Deshacer y rearmar el Gabinete de Rocha
La lista de Morena es la del Gobernador

OBSERVATORIO
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    Con lo expresado ayer por Rocha Moya está claro que la lista difundida por Morena es también la lista del Gobernador. Por más que diga que tal elenco político no fue decidido en el Tercer Piso de la sede del Gobierno del Estado, significaría exceso de ingenuidad determinar que los cuadros beneficiados carecieron del visto bueno del jefe político de la Cuarta Transformación en Sinaloa. Al atribuirle la luz verde para las candidaturas a 66 consejeros morenistas asistentes de 70 que son en total, aprobándolas 64 de estos, cuida las formas y se mueve al ras de los márgenes que el ejercicio de la función pública le permite.

    A pesar de que aún falta bastante tiempo por correr y muchos inconformes por venir en los plazos del Movimiento Regeneración Nacional para definir las candidaturas en Sinaloa, el Gobernador Rubén Rocha Moya les dio un empujoncito a los integrantes de su Gabinete para que preparen la salida de los cargos, aunque las normas electorales y partidistas no lo establezcan así. Es decir, cuando parece que las postulaciones están resueltas, asoma la pertinencia de reponerle piezas clave a la administración pública estatal con criterios de aptitud y lealtad.

    Se da por hecho que la semana en curso es la última para los secretarios del gobierno de Rocha que aparecen en la lista que recientemente definió Morena con las propuestas a buscar senadurías, alcaldías y diputaciones federales y estatales, catálogo de aspiraciones que el Mandatario estatal validó al considerarlas legitimadas por las dos vías estatutarias, la consulta y el consenso, con las cuales el partido decide en estos asuntos.

    Desde ayer mismo, a los del “dream team” rochista que les adelantan Las Golondrinas son los secretarios de Gobierno, Enrique Inzunza Cázarez; de Turismo, Estrella Palacios; de Educación, Graciela Domínguez Nava; de las Mujeres, María Teresa Guerra, y del Bienestar, María Inés Pérez Corral. Y junto al adiós se les endulza el ocaso con la adaptación de aquella copla que hizo famosa Miguel Aceves Mejía de “el que regrese muy bienvenido, y si quiere irse pues nomás se va”.

    Y sí. Al mismo tiempo que la estampida de los “búfalos” políticos del rochismo está por comenzar, inicia también la romería hacia la tumba de Jesús Malverde para rogar la oportunidad de integrarse al primer círculo del poder público en Sinaloa. Es que en los pueblos de Badiraguato el Gobernador aprendió del dicho que dice que “el que mucho se despide pocas ganas tiene de irse” y los instó a decir adiós de una vez en tanto se determina si serán o no investidos como candidatos.

    Junto a la desbandada por comenzar, que le resuelve a Morena los perfiles sinaloenses a concursar en la boleta electoral del 2 de junio, llega la coyuntura de reestructurar la gobernanza quizá de manera temporal o definitiva para los casi cuatro años que le restan al sexenio. El Gobernador aclaró que por lo pronto a ninguno de los que se vayan los suplirá en definitividad de sus puestos, remarcando la postura de mantenerles abiertas las puertas de Palacio de Gobierno por si no logran las candidaturas o en caso de no alcanzar mayoría del voto constitucional.

    Y aunque en La Semanera de ayer el Gobernador sustentó que “la lista es la lista” la realidad es que falta demasiada agua por correr en la árida estepa en que se mueven los pretensos morenistas de aquí al 17 de febrero cuando, según la convocatoria, el Movimiento Regeneración Nacional dará a conocer los aspirantes a presidentes municipales y diputados locales que resulten aprobados para pasar a la siguiente ronda, la encuesta, que definirá las candidaturas el 5 de abril, segunda criba que al parecer no será necesario hacer en Sinaloa.

    No obstante, lo expuesto por Rocha instando a los pretensos guindas a preparar las solicitudes de licencia así como la adelantada integración de la planilla electoral que hizo Morena estatal, podría tener el efecto de apaciguar las inconformidades de quienes no aparecen en las ya conocidos como las “listas de Merary Villegas”. Sin descartar que los destapes prematuros desencadenen el sobrecalentamiento de la atmósfera política en la Cuarta Transformación de Sinaloa, no se diga los hervores de las pasiones futuristas cuando el largo plazo para las decisiones definitivas opere en contra de los acuerdos y la unidad.

    Con lo expresado ayer por Rocha Moya está claro que la lista difundida por Morena es también la lista del Gobernador. Por más que diga que tal elenco político no fue decidido en el Tercer Piso de la sede del Gobierno del Estado, significaría exceso de ingenuidad determinar que los cuadros beneficiados carecieron del visto bueno del jefe político de la Cuarta Transformación en Sinaloa. Al atribuirle la luz verde para las candidaturas a 66 consejeros morenistas asistentes de 70 que son en total, aprobándolas 64 de estos, cuida las formas y se mueve al ras de los márgenes que el ejercicio de la función pública le permite.

    Para mayor desasosiego de los excluidos, o artículo de fe para los palomeados, se empieza a notar que la súbita correlación entre encuesta y consenso implica a todos los niveles de determinación de Morena, desde el Gobernador Rocha hasta a Claudia Sheinbaum, la candidata de Morena a la Presidencia de México, e inclusive para cuestiones de alta malicia política pudo mediar la aprobación de Palacio Nacional.

    Podría ser que la normatividad morenista ni las leyes que regulan los procesos electorales les exijan a los funcionarios del equipo de Rocha Moya que dejen los cargos desde ya. Pero hay un cambio de mentalidad en los ciudadanos, que son los que van a elegir, en cuanto a dejar de vivir de los recursos públicos cuando desde el usufructo de la nómina oficial ya se está pensando en saltar a otra posición de gobierno.

    Reverso

    No estaría nada mal,

    Que hicieran lo más sano:

    Ya desprenderse de plano,

    De la ubre presupuestal.

    Cuando la ira habla

    Los políticos deben tener más cuidado cuando tienen micrófonos y cámaras enfrente. Se le pasó la mano al habitualmente mesurado Diputado, José Manuel Luque, de Morena, al señalar en el debate del Congreso del Estado sobre la revocación de mandato que el Partido Sinaloense representa “el peor ejemplo que ustedes puedan imaginarse de democracia” porque, agregó, “no ha tenido más que un solo dirigente desde que se fundó y no va a tener otro hasta que se muera que espero que sea en estas elecciones que vienen”. Sea descuido de la sintaxis o mala leche, nadie debiera invocar esa manera de eliminación del contrario.