Descuidos de la Fiscalía en el caso UAS
Otra prueba de fuego para Sara Bruna

OBSERVATORIO
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    En el juicio de la Fiscalía contra el Rector, ex Rector y miembros del Comité de Adquisiciones de la UAS lo que menos importa es la situación jurídica en que terminarán éstos, sino poner a salvo en todo momento la imperturbable condición moral del alma máter de los sinaloenses para que el águila rosalina cruce el actual pantano sin manchar su plumaje. Por eso importa el desempeño de Sara Bruna Quiñónez y colaboradores apegado al pie de la letra al protocolo judicial ya que nuevas pifias, por mínimas que sean, serán capitalizada para la impunidad.

    Por fallas procedimentales imputables a la Fiscalía General del Estado han sido diferidas dos audiencias iniciales en los juicios contra del Rector de la Universidad Autónoma de Sinaloa, Jesús Madueña Molina; su antecesor en el cargo, Juan Eulogio Guerra Liera; el Abogado General universitario, Robespierre Lizárraga Otero, e integrantes del Comité de Adquisiciones de la institución educativa, lo cual abona al alegato de la parte acusada que se queja de carpetas de investigación integradas sobre las rodillas y la intencionalidad de la persecución política.

    Por lo demás, las actuaciones judiciales no han sido impugnadas del todo pues los meticulosos trabajos de los jueces de control, que van apegados a los pasos y tiempos que marca la ley, ayudan a desvanecer la hipótesis alentada por los indiciados en el sentido de que el Supremo Tribunal de Justicia del Estado atiende en estos casos las indicaciones provenientes desde el tercer piso de Palacio de Gobierno.

    Entonces la atención debe colocarse sobre la labor que está desempeñando el equipo de la Fiscal Sara Bruna Quiñónez Estrada pues de continuar los retrasos en enterar a los universitarios de los motivos por los cuales son puestos a disposición de los tribunales, la opinión pública que de momento se mantiene observando trasmutará a creer la estrategia de los defensores de Madueña y coacusados para presentar a éstos como víctimas, ocasionando que el veredicto social los absuelva antes de que se dicten los resolutivos judiciales.

    Ya van dos que le ganan a la Fiscalía. El 21 de julio no fue posible realizar la primera audiencia inicial debido a que los funcionarios de la Universidad afirmaron que no les habían entregado la carpeta de investigación y la semana pasada, el viernes 18 de agosto, ocurrió otro diferimiento porque el Ministerio Público omitió hacerles llegar un disco compacto relacionado con los delitos atribuidos. ¿Qué le pasa a la FGE al notarse distraída, involuntaria u oficiosamente, en el cuidado del debido proceso que en el caso UAS es de fundamental relevancia?

    Sin duda se trata de juicios, cuatro y posiblemente serán más, que resultarán prolongados por las argucias de las partes acusada y querellante para cada cual sacar adelante sus posiciones. En la naturaleza del Sistema de Justicia Penal Acusatorio implementado desde 2016, con la peculiaridad de la presunción de inocencia, los jueces prescinden de la prisa alevosa del modelo anterior donde en cuanto caían los imputados podía sentenciarlos por la injerencia de intereses políticos y económicos.

    Hoy no es así, o al menos no debiera serlo, por lo cual antes de absolver o inculpar a los funcionarios universitarios el Poder Judicial está obligado a resolver con estricto respaldo en la probanza. En esta ruta, que exonerará a los indiciados o los inhabilitará para el desempeño de la función pública, la Fiscalía debe mostrar firmeza, certeza y presteza, de lo contrario se le caerán los elementos de imputación.

    Lo demás es ruido. Es parte del juego de resistencias que media entre la integración de expedientes inculpatorios y el veredicto judicial. Secuencias de amparos, posicionamientos, movilizaciones, suspensiones provisionales y definitivas, colmillo de abogados para retrasar la labor de la justicia y mañas de los fiscales para ganar tiempo en la complementación a contrarreloj de las baterías de pruebas. Estrategia de un lado para beatificar a los sospechosos y por el otro para satanizarlos.

    En el juicio de la Fiscalía contra el Rector, ex Rector y miembros del Comité de Adquisiciones de la UAS lo que menos importa es la situación jurídica en que terminarán éstos, sino poner a salvo en todo momento la imperturbable condición moral del alma máter de los sinaloenses para que el águila rosalina cruce el actual pantano sin manchar su plumaje. Por eso importa el desempeño de Sara Bruna Quiñónez y colaboradores apegado al pie de la letra al protocolo judicial ya que nuevas pifias, por mínimas que sean, serán capitalizada para la impunidad.

    La hoy Fiscal desempeñó un rol ejemplar cuando tuvo que deliberar sobre delitos de corrupción cometidos por servidores públicos durante el gobierno de Mario López Valdez, oponiéndose como Juez a burdos acuerdos para reparar daños y que los implicados salieran ilesos, riéndose a carcajadas de la justicia. Ahora, en la misión de integrar adecuadas carpetas de investigación y enterar de ellas a los universitarios imputados, la sociedad la deletrea en lo que hace o deja de hacer para reiterarle o retirarle el reconocimiento.

    Este día se reanuda la audiencia que quedó inconclusa el viernes y que es el parámetro para medir las tantas que vienen en la extenuante senda que a todos nos impone la obligación ineludible de defender a la UAS. Pero protegerla de todo lo que la amenaza.

    Reverso

    Si fue de hierro la Juez,

    A Sinaloa no le quede mal,

    Y demuestre otra vez,

    Que es de acero como Fiscal.

    Refrendo de eficacia

    Para legitimarse ante los sinaloenses como Fiscal ejemplar, de la misma manera que la acción cívica la certificó como Juez modelo, Sara Bruna Quiñónez está obligada a ofrecer buenos resultados no solamente en el expediente UAS sino también en las investigaciones de bastantes casos que lucen empantanados como lo son el fraude de Inverplux, los crímenes contra Maximiliano Corrales, Alejo Valenzuela, Magnolia Morales y Luis Enrique Ramírez, en Culiacán; Juventino Espinoza en San Miguel Zapotitlán; Román Rubio en Sinaloa Municipio y, por mencionar algunos, los recientemente agregados feminicidios teniendo como víctimas a Perla Scarlett en Mazatlán y Valeria Dallana en Ahome.