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"ÉTHOS"

"Desarrollar tu talento"

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    rfonseca@noroeste.com
    @rodolfodiazf

     

    Todos tenemos talento, pero no todos tenemos el mismo. Habrá quien tenga especial habilidad para dibujar, pero no para cantar, o viceversa. Puede ser una aptitud o capacidad innata, pero también puede desarrollarse con el ejercicio, práctica y constancia cotidiana.

    Originalmente, entre los griegos, se llamaba talento al platillo de la balanza; posteriormente, se usó el término para referirse también a los metales preciosos que se colocaban en el platillo para ser pesados.

    Con el tiempo, el vocablo se amplió para significar a las diversas monedas que circulaban, o para indicar un tesoro o una suma de gran valor. Sin embargo, dice Ricardo Soca en su libro Nuevas fascinantes historias de las palabras, que la palabra talento apareció por primera vez en castellano en 1155, en el Fuero de Avilés, ya con el sentido de “inteligencia” o “dotes intelectuales”.

    Agregó que Corominas presentó la hipótesis de que este cambio de sentido en nuestra lengua (dotes naturales) podría deberse a la parábola evangélica de los talentos, en la que unos servidores ponen a trabajar sus talentos, mientras que otro lo entierra para no perderlo (Mt 25,14-30).

    Talento es aquello para lo que tú sientes haber nacido; lo que te apasiona, disfrutas, entusiasma y hace vibrar. Aquello en lo que te sientes realizado y que puedes hacer con mayor facilidad.

    Alejandro Jodorowsky apuntó el siguiente ejemplo: “Maestro, tengo un problema con mi hijo: me trajo las notas del colegio, una alta calificación en dibujo y una pésima calificación en matemáticas.

    ¿Qué harás?

    ¡Lo pondré de inmediato a tomar clases particulares con un profesor de matemáticas!

    Necio, ponlo de inmediato a tomar clases particulares con un profesor de dibujo. Desarrolla su talento. Todos servimos para algo pero no todos servimos para lo mismo”.

    ¿Descubro y desarrollo mi talento?