La complejidad y magnitud del fenómeno de Trata de Personas, así como la convergencia de delitos contra niñas, niños y adolescentes en el espacio virtual, representan un desafío cada vez mayor.
Si en el mundo real los depredadores sexuales y los tratantes pasan desapercibidos, en las plataformas digitales puede ser un completo misterio saber quién está del otro lado de una pantalla.
Los delincuentes trasladaron parte de su operación hacia Internet, redes sociales o diversos espacios de diversión online, donde amparados en el anonimato crean perfiles apócrifos —con fotos falsas y nombres genéricos que no revelan ningún dato de identidad— e interactúan con menores de edad.
Esta forma de operar ha sido particularmente empleada por redes de Trata de Personas o pornografía infantil, y en el encuentro “Diálogos Constructivos sobre Trata de Personas 2024”, organizado por la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC), en Viena, Austria, el pasado 10 de julio, fue colocada como uno de los métodos de enganche en crecimiento.
En el foro internacional, el Consejo Ciudadano de la Ciudad de México —el único organismo latinoamericano en intervenir en los paneles informativos— presentó entre los hallazgos de su Línea y Chat Nacional Contra la Trata de Personas, 800 5533 000, los riesgos de victimización a menores de edad, que representan prácticamente la mitad de las víctimas de este delito.
Aunque no es aún la forma predominante de captación —sigue siendo el contacto persona a persona—, cada vez hay más casos relacionados con el espacio virtual, como el de un niño de 10 años quien se hizo amigo de un hombre de 51 a través de Minecraft. El adulto le pidió su celular y por WhatsApp el menor le envió fotos; un familiar se percató, reportó e impidió que el intercambio continuara.
A las niñas y niños el universo virtual les es familiar, lo que puede resultarles ajeno son los riesgos latentes. En esta nueva dinámica tenemos la oportunidad de fomentar la prevención. Conocer los hábitos de navegación, sitios y personas frecuentadas, establecer límites de tiempo en el uso de dispositivos tecnológicos son acciones para aplicar desde casa.
En lo colectivo, la denuncia y el reporte ayuda a conocer la forma de operar de los delincuentes y diseñar estrategias para su persecución y prevención.
Si normalmente les enseñamos a no hablar con extraños en la calle, en las plataformas digitales es similar. Madres, padres o responsables de la crianza deben establecer pláticas cercanas con niñas, niños y adolescentes sobre el tipo de personas que pueden encontrar en el mundo virtual.
El fenómeno delictivo ya ha sido visibilizado. Es necesario socializar esquemas de prevención y denuncia para erradicar toda probabilidad de victimización, así como fortalecer la persecución de los depredadores digitales.
* Salvador Guerrero Chiprés (@guerrerochipres) es presidente del Consejo Ciudadano para la Seguridad y Justicia de la Ciudad de México