De sueños y cocinas

01/04/2025 04:02
    Sinaloa no solo se cuenta, se saborea. Es el rumor del mar en un taco, la memoria del campo en un plato caliente, el alma de un pueblo que cocina su historia a fuego lento. ¿A qué sabe Sinaloa? A risas, tierra fértil, fiesta y generosidad.

    La semana pasada tuvimos la fortuna de recorrer varias ciudades sinaloenses con motivo del estreno en salas de cine de la serie documental A Qué Sabe Sinaloa. Como dije en cada una de las presentaciones, soy un convencido de que somos las historias que nos contamos, y esta es, sin duda, una historia que merece ser contada.

    A Qué Sabe Sinaloa está construida alrededor de nuestra gente y sus historias; de personas que, todos los días, se levantan para edificar un estado mejor, que ponen empeño, pasión y cariño en lo que hacen, y se nota. Nuestra tierra es generosa: agua salada, agua dulce, costa, valle y sierra. La combinación perfecta para que aquí nazcan los ingredientes más variados y sabrosos. No sé si la comida es generosa porque nosotros somos así, o si somos así porque nuestra comida lo es, pero esa generosidad es el sello de esta segunda temporada.

    Conforme la serie fue llegando al público y vimos cómo la recibían con entusiasmo, fui recuperando un recuerdo que a veces se nos olvida: lo que también somos. Porque eso que retratamos en la serie existe, es real. Y terminé pensando que, si pudiera pedir un sueño para este proyecto, sería que nos ayudara a reconquistar nuestro estado. Es triste ver cómo algunos de los pueblos, rancherías y cocinas que aparecen en la serie hoy atraviesan momentos difíciles por la crisis de seguridad que vivimos. Me hace pensar que, tal vez, si todos viéramos este Sinaloa que mostramos, podríamos decidir que ese es el estado que nos conviene, el que nos conquista a todos, propios y extraños, a través de sus cocinas y sus sabores.

    Sé que es un planteamiento ambicioso, pero soñar es gratis y a mí me gusta soñar en serio. He escrito antes que no hay salidas fáciles ni rápidas, pero sí creo que este tipo de contenidos y miradas ayudan a reconocer y apropiarnos de la cultura que sí debe prosperar.

    Lo que somos en A Qué Sabe Sinaloa es real, auténtico, un retrato fiel de lo que también somos. Agradezco mucho a sus protagonistas, invitados, a esta casa editorial y al equipo de producción que lo hizo posible.

    Sinaloa no solo se cuenta, se saborea. Es el rumor del mar en un taco, la memoria del campo en un plato caliente, el alma de un pueblo que cocina su historia a fuego lento. ¿A qué sabe Sinaloa? A risas, tierra fértil, fiesta y generosidad.

    Así que, cuando la vean, me cuentan a qué les supo el sabor de nuestra historia.

    Gracias por leer hasta aquí. Nos leemos pronto.

    Es cuánto.