Culiacán, la reforma militar y Peso Pluma

22/09/2024 04:00

    Un jueves demasiado surreal hasta para México:

    En Culiacán, la estruendosa confirmación del fracaso de 18 años de la misma “estrategia” de seguridad acumula 10 días. En el Palacio Legislativo de San Lázaro, el grupo que llegó al poder lucrando políticamente con los saldos de la militarización está por constitucionalizarla. Y en el Palacio de los Deportes, el hijo más exitoso de esa guerra, a la que le canta, lo hace ante más jóvenes que los que pudo sumar cualquier protesta de los últimos días, en su segundo concierto en la capital del País.

    En Culiacán, otro jueves negro -el segundo al hilo- que se convirtió en semana, va por ser quincena y ni el poder militar sabe si será mes o centena, porque, aunque bastante deciden en México, lo de los grupos antagónicos lo deciden los grupos antagónicos. A muchos de los habitantes autoconfinados por la pandemia de violencia en Sinaloa no les gusta el término “culiacanazo” y no faltan razones para rechazar más estigmas. En San Lázaro, por el contrario, la mayoría aplastante disfruta de sus motes, como de sus alianzas, sus pactos y sus votos. Dolores Padierna, otrora crítica de la militarización, rodeada de diputados de Morena en la tribuna, dice que son muchos momentos de la guerra de Calderón los que nos trajeron a este debate. Recuerda Villas de Salvárcar, pero olvida las masacres del Ejército. Menciona al policía civil García Luna y lo trae como el único warlord al banquillo del Parlamento, pero no menciona al Cártel. Y en el Palacio de los Deportes, Hassan Emilio Kabande Laija, quien a sus 25 años ha cambiado para toda una generación en el mundo la percepción de la música mexicana (de los sonidos a las letras), sin el pudor que se lleva la libertad, canta el corrido de “El Gavilán”, que chambea con don Iván y es de la gente de “El Chapo” Guzmán.

    Si en Culiacán nadie sabe cuándo cesará la violencia, todos tienen claro por qué empezó: la detención de Ismael “El Mayo” Zambada y Joaquín Guzmán López en Estados Unidos y un no aclarado traslado/secuestro y/o entrega/traición. La FGR investiga la traición como no ha investigado ningún otro jueves negro en la capital de Sinaloa. En la Cámara Baja, la Diputada Jessica Saidén Quiroz presume que “a diferencia de cualquier otro país del mundo”, el Presidente López Obrador, que está a 10 días de dejar el cargo, se reúne con su Gabinete de seguridad de lunes a viernes, de 6 a 7 de la mañana y de alguna forma eso justifica perpetuar y profundizar la militarización. Esas reuniones poco sirvieron, por ejemplo, cuando en el primer jueves negro de noviembre de 2019 el Presidente no fue enterado del intento de captura de Ovidio Guzmán. Pero en el jueves negro de esta semana, militares detuvieron a Mario Alexander Gámez Cuevas, alias “El Piyi”, presunto encargado de la seguridad de “Los Chapitos”, de acuerdo con las fuerzas federales y algún corrido. Lo trasladaron a Ciudad de México, donde una noche antes, miles acompañaron La People II (sobre otro de esos jueves en Culiacán), cuando al ritmo de las luces azules del escenario de Palacio de los Deportes y sus saltos estrambóticos, Peso Pluma la interpretó junto a su primo Tito Double P y Joel De La P, a la voz de “Los radios siguen tronando al cien, los plebes también, soy el 19”.


    LA PEOPLE II (Tito Double P y Joel De La P)

    A la capital le quitaron un hombre y a un buen elemento

    Ni modo, así es esto, recuerden y atentos

    Saben que se pueden abrir esas rejas de acero

    27 y Piyi, cuiden el terreno, la familia y a los viejos


    En Culiacán, como en todo México, las desapariciones en el estado son ese infierno que se esconde detrás de las cifras alegres en la rendición de cuentos sobre los “homicidios a la baja”. Ni más ni menos, la Presidenta electa llegó al poder en medio de una campaña que repitió millones de veces que se redujeron más de 50 por ciento en la capital. Sobra evidencia, historias y fosas clandestinas que dan cuenta del incentivo diabólico en que se ha convertido desaparecer cuerpos en un país que no puede ni quiere identificar los más de 52 mil que acumulan nuestra crisis forense. La ONU, que hace un par de años recomendó, nuevamente, desmilitarizar la seguridad pública, cuando el Comité contra la Desaparición Forzada constató nuestro infierno, lo dijo con todas sus letras: son el “paradigma del crimen perfecto”, pero el escalofrío no llegó a Palacio Nacional. La ONU, la CIDH y una sentencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos de 2019 condenando al Estado a no hacer lo que está a punto de hacer (a partir de un caso de desaparición forzada a cargo de militares) no fueron más que siglas sin sentido para cientos de diputados y diputadas que el jueves 19 de septiembre de 2024 pusieron el penúltimo clavo al ataúd de la República.

    En San Lázaro no les preocupó en absoluto dejar huellas de su primer sanlazarazo (el primer albazo de la nueva Legislatura, porque el Judicial fue en un gimnasio). Esta vez el dictamen está en la pantalla de 500 escaños y tiene 76 páginas, casi 30 de paja, con errores de todo tipo y la sustitución del parlamento abierto por foros sobre programas del bienestar (leyó bien) donde dan cuenta de la discusión de tan profunda iniciativa presentada desde el 5 de febrero, a la sociedad que representan. Pero los diputados también cumplieron con el encargo: ni una sola mención sobre las desapariciones, los asesinatos, las masacres ni las fosas clandestinas. No así en el Palacio de los Deportes:


    GAVILÁN II (Peso Pluma y Tito Double P)

    Y esos que se portan mal

    Aquí no hay chanza de hablar

    Los echo pa la fosa

    Traigo puro exmilitar

    (...)

    Y sin tanto fantochear

    Dependo de los Guzmán


    Aunque importante y hasta fascinante, hay días que no es fácil escuchar corridos bélicos en el país del “mexicanos al grito de guerra” cuando la guerra se profundiza. Pero el cancionero de un país tumbado que explotó ese jueves en la capital de una nación que perpetuaba su militarización a pocos kilómetros de ahí es quizás el acto político más potente desde una parte de las juventudes en el contexto de esta reforma, recordándonos a gritos que no hay una sola forma de manifestación y libre expresión.

    HOLLYWOOD (Peso Pluma y Estevan Plazola)

    Nuestra generación piensa diferente

    Mira al presidente

    Otro más para la lista de corruptos

    Poder absoluto, vive puro lujo

    Mientras uno aquí valiendo

    Alguien, o todos: la Sedena; la Sedena y el Congreso; o la Sedena, el Congreso y el Presidente, han programado que el golpe se concrete en la madrugada del próximo jueves 26, en una escalofriante y programada coincidencia con el aniversario de otra atrocidad contra la juventud: Ayotzinapa.

    Después de eso poco quedará por hacer en lo inmediato para recuperar la civilidad en la Constitución mientras avanzamos decididamente al narcoestado militar y su régimen de opacidad y pactos inconfesables. Y quizás por eso es más importante escuchar a las juventudes a las que volvimos a fallar quienes conocimos un México antes del horror cotidiano. El México que nos dividió en dos generaciones en 2006, cuando Felipe Calderón abrió la Caja de Pandora y Peso Pluma era Peso Mosca y tenía 7 años. Quizás más importante escucharles e incomodarnos este 2024, cuando la primera generación que nació inmersa en la guerra, hace 18 años, pudo votar en una elección por primera vez. Sin fosa no hubiera existido corrido para la fosa. Chau-Chau.

    Alfredo Lecona Martínez. Fan de Star Wars. Exasesor parlamentario, analista político en Televisa, activista en el colectivo #SeguridadSinGuerra hasta 2022 y co-conductor del podcast El Café de la Mañana de Spotify y el periódico REFORMA. X, TikTok e IG: @AlfredoLecona

    En Culiacán, otro jueves negro –el segundo al hilo– que se convirtió en semana, va por ser quincena y ni el poder militar sabe si será mes o centena, porque, aunque bastante deciden en México, lo de los grupos antagónicos lo deciden los grupos antagónicos