"Cuando Mazatlán habló el Alcalde acató. Participación Ciudadana, brújula sin usar"
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Nada tiene de malo que Luis Guillermo Benítez Torres haya consultado a los mazatlecos para que ellos decidieran, con el previsible “no” tan apropiado, sobre las fiestas del Carnaval en un contexto endémico tan complejo porque la enfermedad Covid-19 continúa y acechan nuevos picos de contagios. Al contrario, deberíamos reconocer este nivel de asertividad del Alcalde y éste proceder a reencauzar por dicha senda sus acciones de gobierno.
Cancelar el Carnaval de Mazatlán es cosa importante para una comunidad que convierte la celebración en el desahogo de los males viejos y toma de fuerza para los desafíos nuevos. Algo se purifica con la fiesta de la carne para ir con las penas expiadas a hacerle frente a la realidad contrastante de felicidad proveída por las olas del Pacífico y desventuras a ras del abismo donde habitan todos los males.
Hay pérdidas de carácter social, político y económico y existe en consecuencia el sacrificio del conjunto humano que declina a la utilidad, entendida desde lo lúdico hasta el negocio y la notoriedad, con tal de proteger desde el “yo” a los demás. Los mazatlecos siempre han ido con alto grado de responsabilidad cívica a atender los tiempos de la historia y la alternancia en el poder público nacida aquí y cultivada durante tres décadas es ejemplo de ello.
Entonces, la decisión del popular y controversial “Químico” debiera ser el modelo a seguir para que los ciudadanos se expresen sobre aquello que les resulta fundamental e inherente. El ejercicio de la función pública necesita explorar más en el sentimiento de la gente y asumir los resolutivos emanados como la única guía de fiar en la atención de asuntos trascendentes. Cuando los gobernantes escuchen al pueblo invariablemente harán lo correcto.
Qué buen gobierno tendría Mazatlán, e inmejorable candidato para que el Movimiento Regeneración Nacional intente gobernar en Sinaloa a partir del 1 de noviembre de 2021, si Benítez Torres hubiera legitimado sus otros actos a través del plebiscito que por cierto es una figura sin usar de la Ley de Participación Ciudadana aprobada por el Congreso del Estado desde agosto de 2012.
Bien pudo preguntarles a los gobernados si le autorizaban sus viajes al extranjero con banquetes ostentosos, invitados de a montón y tambora incluida; sus recorridos por Sinaloa en el proselitismo adelantado; tal vez inquirirles si imponía por sus pistolas al titular del Órgano Interno de Control o se ceñía al procedimiento legal establecido o la compra de la camioneta de más de un millón de pesos que ofendió a las familias empobrecidas y atacó la tesis lopezobradorista de la austeridad republicana. ¿Le late a usted que sea candidato a Gobernador de Sinaloa o prefiere que concluya la responsabilidad que pusieron en mis manos, de ser Presidente municipal de Mazatlán por tres años?
El caso es que a su manera, sea aceptada o cuestionada, Benítez Torres se animó a consultar a la población sobre algo. Los demás gobernantes le tienen terror a tomar en cuenta a la gente usando los instrumentos legales de referéndum y plebiscito, sacándole a la vuelta a hacer lo que la sociedad pida porque se acostumbraron a imponer caprichos personales o de grupos políticos que chocan con las demandas populares.
El plebiscito, mecanismo que usó “El Químico” lo autoriza la ley al ser “el acto conforme al cual los ciudadanos sinaloenses expresan su aprobación o rechazo a los actos, propuestas o decisiones del Poder Ejecutivo Estatal u organismos e instituciones de la administración pública paraestatal que sean trascendentes para la vida pública del Estado, así como de los ayuntamientos u organismos e instituciones de la administración pública municipal que sean trascendentes para la vida pública del municipio”, según lo establece el artículo 12 de la Ley de Participación Ciudadana.
Oír a los ciudadanos equivale a darle el mejor de los sentidos a la democracia. Y si aparte son atendidas las solicitudes expuestas, el desempeño del servicio público ofrece el dulce fruto final con dividendos de satisfacción en tres vías: el funcionario, la institución y los peticionarios. Florece la esperanza colectiva con el hecho de reponerle a las sociedades el derecho a definir mejores destinos.
Así como el Alcalde de Mazatlán corrió el riesgo de examinar el sentir de los vecinos y evitar el trance de errar en lo relativo al Carnaval en época de pandemia, el resto de los ediles o sujetos en responsabilidades públicas están obligados a tomarse la molestia de explorar en el sector comunitario. Si el pueblo es sabio imaginemos los gobiernos que resultan cuando los políticos saben escuchar.
Reverso
Tener a la gente muda,
Viendo desfilar los agravios,
Es una práctica ruda,
Que acumuló los resabios.
Orden de ataque
El Congreso del Estado dio la voz de arranque para que a partir del 15 de diciembre entre en vigor la convocatoria para las elecciones ordinarias que definirán el 6 de junio próximo los cargos de Gobernador, diputados locales, presidentes municipales, síndicos procuradores y regidores. Esto hará que desde el martes próximo Sinaloa sea el pandemónium del cual ya han dado anticipos los partidos y políticos. Si alguien le vende un cubrebocas a prueba de las guerras de lodo, cómprelo sin pensarlo dos veces.