Mi estimado amigo, Ronaldo González Valdez, envió ayer un tuit subrayando una frase de un artículo del crítico y ensayista inglés, Terry Eagleton, titulado “¿Cuál es tu historia?”, publicado en la revista Letras Libres del 1 de mayo de 2023: “El mundo ha dejado de tener forma de historia y eso significa que puedes inventar tu vida sobre la marcha”.
En ese mismo artículo, Eagleton escribió: “No se trata solo de que ahora todo el mundo tenga una historia: es que todo el mundo es una historia. Quien eres es la historia que cuentas sobre ti mismo”.
No se trata de escribir una nueva historia como narración, sino de escribir una historia diversa, diferente; es decir, iniciar un nuevo camino de superación en el que se impriman indelebles huellas.
Aquí resuena el eco de la exhortación que hizo el Papa Francisco en Portugal , el jueves 3 de agosto, al reunirse con jóvenes universitarios, a quienes invitó a escribir una nueva historia: “Sean, por tanto, protagonistas de una “nueva coreografía” que coloque en el centro a la persona humana, sean coreógrafos de la danza de la vida”.
Para forjar otra historia, precisó, se necesita decisión y arrojo: “Tengan, por tanto, la valentía de sustituir los miedos por los sueños...; ¡no sean administradores de miedos, sino emprendedores de sueños!”
Especificó que el progreso de la historia se basa, en ocasiones, en peligrosas regresiones: “No olviden que necesitamos de una ecología integral; necesitamos escuchar el sufrimiento del planeta junto al de los pobres; necesitamos poner el drama de la desertificación en paralelo al de los refugiados, el tema de las migraciones junto al del descenso de la natalidad; necesitamos ocuparnos de la dimensión material de la vida dentro de una dimensión espiritual”.
¿Cuál es mi historia?