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PUERTO VIEJO

Criticable...

    osunahi@hotmail.com
    Olvidando sus constantes campañas de No a la ingesta de medicamentos caducos, las autoridades sanitarias decidieron que toda la existencia de vacuna Abdala, extendiera por seis meses su vida útil.

    El aguacero que nos dejó caer Norma, sin lugar a dudas, fue benéfico para llenar las ubres de los mantos freáticos y permitió una aceptable aportación a los embalses. El agua, hoy y siempre es bienvenida, pero también acarrea afectaciones que, sin distingos, afecta a segmentos de la población que tienen asentados sus inmuebles en zonas inundables, situación irremediable por el caótico crecimiento de la mancha urbana, consentida por la irresponsabilidad y corrupción de las autoridades municipales. Igual sucede en algunas comunidades rurales, como el caso del bonito pueblo de El Quelite, en el que claramente, se aprecia que los lugareños invadieron las márgenes del arroyo que atraviesa el poblado, tema en el que también hubo omisión oficial.

    El nombre Norma que, por cierto, se asocia con la disciplina, la rectitud y la justicia, también puso en evidencia el lamentable estado físico de los hospitales del sistema de salud pública, como el caso del perteneciente al ISSSTE local, del que corrieron evidencias video graficas de la inundación en los cuartos y las filtraciones de los techos, lo que puso en peligro la integridad de los pacientes internados. Una muestra viva del fracaso del actual gobierno federal en el tema de salud y le sigo con otra en el mismo terreno.

    Resulta que tanto la Secretaría de Salud del Gobierno Federal como la Comisión Federal para la Protección de Riesgos Sanitarios (COFEPRIS) realizan campañas para evitar la ingesta de medicamentos caducos, enfocando sus acciones en negocios farmacéuticos y en campañas de concientización para la ciudadanía, advirtiendo de los riesgos que representa el medicarse con medicinas que ya caducaron, las cuales, dicen, que, en el mejor de los casos, no sirven para nada. Cabe agregar, que también hay criterios que disienten de dichas afirmaciones.

    Supongo que la efectividad de un medicamento después de cumplida su caducidad, depende de la duración de la estabilidad de las sales que lo componen y las condiciones de guarda que se recomiendan, las cuales, en lo general, como consumidores, no las cumplimos al pie de la letra.

    También conjeturo que, para preparaciones especiales, como las vacunas, las autoridades sanitarias son estrictas en hacer que se respeten las caducidades y la conservación de las mismas en cuanto al grado de temperatura que debe observarse para ello. Sin embargo, recientemente me he llevado un soberano chasco al respecto.

    Dicho lo anterior, a lo que voy es a la vacuna Abdala, de origen cubano, misma que solo cuenta con autorización de uso por emergencia y cuya base biológica no ha sido actualizada para proteger al usuario de los efectos de la mutación actual del virus, es la que está aplicando el gobierno federal, con el supuesto propósito de acrecentar la barrera que nos permita protegernos de las oleadas del Covid 19, cuyo virus natal, se encuentra en constante transformación.

    Es decir, que hasta ahora, en los anaqueles de la Secretaría de Salud solo se encuentra un inventario de la vacuna cubana, en una especie de exclusividad, ya que no se han otorgado las autorizaciones para que las marcas Pfizer y Astra Seneca sean puestas al alcance de la población, a pesar de que han probado su efectividad con versiones actualizadas ¿Pero que creen?

    Pues que, olvidando sus constantes campañas de No a la ingesta de medicamentos caducos, las autoridades sanitarias decidieron que toda la existencia de vacuna Abdala, extendiera por seis meses su vida útil. Dicho inventario se compone de 26 lotes, de los cuales, 18 caducaron el mes de agosto del presente año y el resto, será alcanzado el mes de noviembre, según se desprende del oficio CENAPRECE DG-6587-2023, emitido el 25 de agosto del año en curso, por el Centro Nacional de Programas Preventivos y Control de Enfermedades (CENAPRECE), bajo el visto bueno de La Comisión Federal para la Protección de Riesgos Sanitarios (COFEPRIS).

    Criticable, sin lugar a dudas, la contradicción de las instituciones de salud y criminal resulta que, por cuestiones de ideología, se esté aplicando a la población que así lo requiere, una vacuna que no tiene ningún efecto antes un virus que ha mutado y que por decreto, se extienda su tiempo de vida. ¡Buenos días!