Contraposición de visiones

TIERRA NUESTRA
09/04/2022 04:05

    El primero de abril del año en curso la Secretaría de Hacienda y Crédito Público presentó ante el Congreso sus “Pre-Criterios 2023”. Este documento es un instrumento intermedio para hacer actualizaciones previas a la presentación del Paquete Económico para el siguiente año, del cual se derivarán los presupuestos de ingresos y gastos.

    Conforme a los Pre-Criterios 2023, se corrige la previsión de crecimiento económico para 2022, de 4.1 por ciento se baja a 3.4 por ciento, y para 2023 se adelanta que sea de 3.5 por ciento. Estas tasas quedan muy por arriba de pronósticos efectuados por otras fuentes. El último, como ejemplo, proviene del Banco Mundial. Institución que anticipa un crecimiento económico para 2022 y 2023 de 2.1 por ciento.

    La tasa anticipada por la SHCP no corresponde propiamente a un pronóstico, es más bien una tasa proyectada que atiende a la evolución reciente de la economía del país y a posibles escenarios y definiciones de política. Como objetivo de planeación tiene efectos sobre otros objetivos de política fiscal.

    En principio, la SHCP comunica que se continuará con una política fiscal orientada a conservar finanzas públicas sanas, mantener la deuda en una trayectoria decreciente y enfocada hacia el incremento de la recaudación a través del combate a la evasión y elusión fiscal. Su enfoque no es hacia la búsqueda de un crecimiento económico elevado como objetivo fundamental.

    En tal sentido, se propone como meta disminuir la deuda en 1.4 puntos porcentuales respecto a lo previsto en el paquete económico 2022 y en 0.4 puntos porcentuales respecto a lo observado en 2021, para ubicarse en 49.6 por ciento del PIB; anticipa que se busca que el gasto programable para 2023 permanezca constante en términos reales (descontado el efecto de la inflación), no siendo, por lo tanto, expansivo; y que el balance primario se ubique en 0 por ciento, que sería menor a lo previsto antes (0.3 por ciento). Como anclaje, se busca que el déficit público sea de 3.1 por ciento del PIB, alineado a las estimaciones hechas en el Paquete Económico 2022.

    La calificadora de riesgo de inversión Fitch Rating pronostica que las autoridades fiscales tendrán que hacer recortes para cumplir con el objetivo de déficit fiscal que propone. Advierte que para ese déficit la relación deuda/PIB debe permanecer en 48 por ciento, pero que esta relación aumentará si continúa el bajo crecimiento de la economía. No cree que el crecimiento esperado compense las presiones de gasto. Es posible.

    Sin embargo, en términos de política macroeconómica, no solamente en el caso de la política fiscal, siempre se hacen elecciones, de acuerdo con los objetivos que se proponen y las circunstancias por las que pasa la economía del país.

    ¿Cuál es el escenario actual? La economía nacional ha pasado por un choque externo, la pandemia de Covid-19, la cual todavía representa un riesgo. Además, está padeciendo los efectos de un nuevo choque, derivado de la guerra en Ucrania, que está afectando los precios de los energéticos y de los alimentos, siendo causa de una aceleración de la inflación. A esos choques, podría agregarse un tercero, el aumento de la tasa de interés de referencia en Estados Unidos (para hacer frente a sus propias presiones inflacionarias), que podría llevar a inestabilidad en los mercados financieros, e incluso a la recesión.

    Actualmente la aceleración del aumento de precios afecta a todas las economías, y la inflación en Estados Unidos es más alta que en México. El Banco de México comunicó el día 7 del mes en curso que la inflación anualizada a marzo fue de 7.45 por ciento, mayor a la del mes anterior. Si se me pregunta en qué se debe poner mayor atención, diría en la inflación, teniendo como referente el comportamiento positivo del empleo. El enfoque de política fiscal que anuncia la SHCP va en ese sentido.

    En la última semana, el país ha recibido buenas y malas noticias. No es posible hacer aquí un recuento. No obstante, vale la pena destacar una buena. La calificadora de riesgo Japan Credit Rating comunicó que modificó su calificación de la deuda del país de “negativa” a “estable”, debido a la disciplina fiscal mostrada. Destacó el desempeño de la política macroeconómica de México en materia cambiaria y monetaria, así como la resiliencia de México ante choques externos. No se espera una aceleración del crecimiento, pero sí un crecimiento estable.