Contradictorios

    El domingo durante el desfile de Carnaval, vi como las madres y familiares de desaparecidos marchaban al frente de un contingente. Entiendo la oportunidad de visibilidad que esto representa, pero por otro lado no cambió ni un poco el sentido de la fiesta. ¿La fiesta debería ser ajena a los dolores? Imaginen una ciudad que baila mientras otras lloran.

    No es poca la literatura que hay al respecto, parecería que la contradicción es inherente a nuestra condición humana, no hay persona que logre escapar ni de las contradicciones propias ni de las ajenas.

    El domingo durante el desfile de Carnaval, vi como las madres y familiares de desaparecidos marchaban al frente de un contingente. Entiendo la oportunidad de visibilidad que esto representa, pero por otro lado no cambió ni un poco el sentido de la fiesta. ¿La fiesta debería ser ajena a los dolores? Imaginen una ciudad que baila mientras otras lloran.

    Espero que se entienda que lo que me resulta profundamente contradictorio es la necesidad de una comunidad de tener un escape de realidad ante la imposibilidad de cambiar la realidad misma. Pero esto no quiero que caiga en un señalamiento moral, sino como una invitación a reflexionar. Reflexionar sobre la contradicción y su presencia en nuestras vidas.

    Kierkegaard, Nietzsche, Sartre, Heidegger, Levinas, Beauvoir, por mencionar algunos, tienen en el centro de algunas de sus obras a la contradicción, las paradojas, como condiciones pero también como retos. Los seres humanos tenemos una capacidad cognitiva compleja, esta nos permite procesar información contradictoria y mantener creencias y valores opuestos. Sin embargo, estamos siempre en la posibilidad de caer también en conflictos internos cuando somos capaces de darnos cuenta de ello. Así que no hay respuestas ni procesos fáciles. ¿Cuántas veces hemos pensado en algo y resulta que no es compatible con aquello que sentíamos? ¿Cuántas veces hemos tomado decisiones que se contraponen?

    Otra forma en la que se manifiesta la contradicción es a través de la libertad y de la responsabilidad. Por un lado deseamos ser libres, por el otro, tenemos la libertad del otro cruzada. O la tensión entre el individuo y sociedad, ¿quién cambia a quién?, ¿cuál construye al otro?, ¿somos realmente únicos?

    Y por si fuera poco, hay contradicción hasta en lo divino, como Mazatlán o Sinaloa, México o el mundo. ¿O quién sería capaz de negar la belleza que existe en sus paisajes y su gente? Y al mismo tiempo, ¿quién sería capaz de negar los terrores que nos habitan?

    Así que el Carnaval y su desfile fue eso, una enorme contradicción, una más de esas que nos habita.

    Camus dijo, - “la condición humana es una paradoja: somos seres racionales viviendo en un mundo irracional”. Y que tal que usamos ese pensamiento para conversar nuestras contradicciones, porque tal vez el principio del camino sea aceptar la contradicción, tal vez aceptando la contradicción como humana podemos comenzar a entender y aceptar nuestras propias contradicciones y paradojas. Tener un primer diálogo honesto con nosotros mismos para luego tener este diálogo franco con los demás. Aspirar a vivir una vida más aunténtica y significativa. Una vida dedicada a construir un mundo mejor, más simple, más honesto, conscientes de nuestras contradicciones.