Compraré boletos y tamales de chipilín

    La apuesta por la Presa Santa María es una apuesta para hacer de Sinaloa un estado menos desigual y más competitivo.

    Mucho se ha escrito sobre la cena de tamales de chipilín en Palacio Nacional, en donde a decir de algunos, el Presidente pasó charola con empresarios para la adquisición de boletos con motivo del próximo sorteo de la Lotería Nacional el 15 de septiembre de este año. El sorteo especial #263 tendrá dos tipos de premios. A) en especie, 8 macro-lotes con valores entre los 200 y casi 300 millones de pesos en las hermosas costas del sur de Sinaloa y B) 28 premios en efectivo, 18 de 5 millones, 5 de 10 millones y 5 más de 20 millones según lo publicado en la página oficial lotenal.gob.mx

    El Gobernador Rubén Rocha Moya y su Secretario de Economía, Javier Gaxiola Coppel, fueron los encargados de invitar a un grupo representativo de empresarios y empresarias sinaloenses que puntuales se presentaron a la cita en Ciudad de México. En la cena estuvieron también empresarios nacionales de gran nivel como Carlos Slim Domit de grupo Telmex, Daniel Chávez de grupo Vidanta, Carlos Bremer el tiburón de Shark Tank, Vicente Yáñez de la ANTAD y Francisco Cervantes del Consejo Coordinador Empresarial.

    Entre las y los empresarios sinaloenses invitados estuvieron, Agustín Coppel Luken de Grupo Coppel, José Eduvigildo Carranza de PINSA, Jesús Vizcarra Calderón de SuKarne, Juan Manuel Ley de Casa Ley, Mónica Murillo Rogers de Fetasa, Carlos Berdegué de Hoteles El Cid, Fabiola García López de Calzzapato, Jesús Armando Kuroda de grupo ferretero Kuroda, Nemesio Artola Hada, Jesús Enrique Castro, José María Pablos entre otros agroproductores y empresarios de primer nivel.

    La petición de Andrés Manuel López Obrador fue para colaborar en la compra de boletos para el sorteo, apoyando con ello, avances en la construcción de la Presa Santa María ubicada en una de las regiones de menor desarrollo en obras de infraestructura hidráulica en el estado. Muchos de los presentes accedieron de inmediato, otros tendrán tiempo y libertad para decidirlo. Cada uno de ellos y ellas, son parte fundamental en la cadena económica y productiva de Sinaloa y México. Sus generosas aportaciones serán un respiro para una obra que lleva tres sexenios en construcción, que, por caprichos del mercado del acero y el cemento, el costo de construcción se ha incrementado de manera extraordinaria.

    Y podrán algunos quejarse, creer que “esas no son las formas”, que está “muy mal” que el Presidente de México pida a empresarios comprar cachitos para financiar una obra pública que debe ser pagada con dinero del gobierno. Y que, si para ello tenemos que esperar otros 10 años para terminar la gran presa, el sur de Sinaloa puede esperar.

    Pero para otros no, y ellos y ellas van a poner varios millones de pesos en boletos, porque entienden el gran valor que tiene la obra hidráulica para el desarrollo regional del sur, dicho al paso, el polo geográfico estatal más atrasado en competitividad, en desarrollo humano, en infraestructura y prácticamente todos los indicadores del desarrollo de sus comunidades. La apuesta por la Presa Santa María es una apuesta para hacer de Sinaloa un estado menos desigual y más competitivo.

    Yo abiertamente he sido un duro crítico del Presidente y varias de sus ocurrencias, pero también he coincidido con él en algunas buenas ideas de su gobierno, aunque para los “correctazos” pueden ser locas y simplistas, como esta de rifar los terrenos de Playa Espíritu vía la Lotería Nacional.

    Hoy no solamente felicito a las empresarias y empresarios que comprarán voluntariamente cachitos del sorteo #263, lo invito a usted amable lector a comprar uno, dos o tres cachitos pensando en el Sinaloa más olvidado, el más pobre, el de menor desarrollo de sus habitantes según Coneval. Yo compraré un par de boletos, no pensando en el premio que difícilmente ganaré, lo haré convencido que ésta es una forma de cumplir también con mi responsabilidad social, de manera directa y particular al pedacito de patria que me vio nacer y del que me siento orgulloso de pertenecer.

    Si a Felipe Calderón se le ocurrió la gran idea de construir la presa, nada será mejor que verla terminada en el sexenio de su eterno adversario, porque cuando los gobernantes dejan de lado las diferencias ideológicas y construyen progreso del lado correcto de la historia, México crece y se desarrolla. Y ahora bien ¿cuántos comparará?. Luego le seguimos...