La inflación en México está motivada por factores externos, no por el descontrol monetario y de gasto público que marcó la década de los 80. Vale recordar que la inflación en 1982 fue de 98.84 por ciento anual.
Hoy no vivimos este desorden económico, pero aun así tenemos una alta inflación ya que ésta supera el doble del objetivo del Banco de México. La inflación a mayo de 2022 fue del 8.6 por ciento anual, y la de 2021 terminó en 7.36 anualizada.
Dentro de los factores externos que presionan la inflación mundial está el hecho de que muchos países desarrollados han inyectado liquidez a sus economías para mitigar los efectos de la pandemia, lo cual ha calentado la demanda, mientras que de lado de la oferta se rompió la cadena de suministro y producción de muchos artículos generando desajustes entre oferta y demanda, por otro lado, la guerra de Ucrania ha encarecido los energéticos y algunas materias primas, presionando los precios al alza.
Recordemos que con la inflación el dinero pierde poder adquisitivo con el tiempo, por esto vemos que los bancos centrales se esmeran por generar tasas reales de interés por encima de la inflación.
Ante esta situación de bajo crecimiento económico y alta inflación, ¿cómo puedo proteger mi empresa? Primero debo reconocer que el dinero se convierte escaso y más caro con el aumento de las tasas de interés, y también debo saber que el dinero pierde valor con el transcurrir del tiempo.
Por lo anterior, se hace prioridad planear mi flujo de efectivo revisando mis fuentes internas de flujo en mi negocio. Debo empezar con un plan sistemático de reducción de costos y gastos, para inmediatamente seguir con una revisión de las cuentas por cobrar, las políticas de crédito comercial y convertirme en muy buen cobrador, ya que tu cliente te pagará pesos de menor valor.
No mantengas dinero en la chequera sin que genere intereses y deposita inmediatamente en inversión o toma descuentos por pronto pago a tus proveedores.
Fija un día para el pago de proveedores, ya que esta es una buena fuente de financiamiento de tu capital en trabajo. Baja tu nivel de inventarios liquidando “las mulas”. Identifica los productos de rápido movimiento y de alto margen, y depura tu inventario sobre la base de 80-20, prioriza los pocos productos que te dejan dinero y se mueven rápido, y elimina los de baja rotación y bajo margen.
La única razón para inventariarte es que tengas la liquidez para hacerlo y tu inventario esté subiendo de valor generándote una utilidad. Solo cuida de no especular pidiendo prestado. Mantén sanas y vigentes tus líneas de crédito con los bancos, para aprovechar oportunidades y no caer en la posibilidad de no cumplir con tus compromisos.
Considera valuar tu inventario con el sistema UEPS, últimas entradas primeras salidas, para no tener utilidades ficticias que descapitalicen tu negocio y actualiza tus precios periódicamente.
Si requieres invertir en proyectos de largo plazo pide créditos de largo plazo, ¡no compres activos fijos con créditos de corto plazo!
Ten en mente que con la inflación el dinero pierde valor, mientras los activos duros tienden a reevaluarse. Si vas a invertir no inviertas en activos o proyectos que no entiendas, en épocas de crisis es más importante que nunca “el zapatero a tus zapatos”. Revisa y si tienes activos fijos ociosos, venderlos puede ser una buena fuente de capital fresco.
Finalmente, la regla general es: “Cobra rápidamente a tus clientes”, frena un poco el pago a tus proveedores, y cuida tu crédito e imagen mientras manejas el dinero de otros.