Cómo acompañar el duelo de las niñas y niños

    Las niñas, niños y adolescentes tienen el talento natural para lidiar con el dolor; la mentira, omisión o secretos entorpecen su capacidad innata de resiliencia.

    En México, la muerte es un concepto profundamente influenciado por nuestra rica multiculturalidad, visto como un paso de transición y no como un final. Aunque celebramos a quienes se han ido, a menudo evitamos hablar de la muerte en sí misma, considerándola algo oscuro y ajeno a la vida. Este tabú se vuelve aún más complejo cuando el duelo debe abordarse con niñas, niños y adolescentes, a quienes erróneamente se les ve como incapaces de comprender o manejar el tema.

    Sin embargo, las niñas, niños y adolescentes son capaces de entender y procesar temas complejos, incluido el duelo, siempre que se les brinde apoyo, compañía y orientación adecuada.

    Lamentablemente, existen mitos y creencias erróneas sobre el duelo en niñas, niños y adolescentes que atentan directamente contra su derecho a la información, participación y bienestar emocional. Por ejemplo, se ha arraigado la idea de que sufrirán ante la noticia de una muerte y, por ello, se les excluye de las malas noticias y se les quita la oportunidad de vivir y aprender del proceso de duelo, argumentando algunos prejuicios en torno a la niñez como: “está muy pequeña o pequeño para entender”, “si me ve llorando va a sufrir más”, “si va a un funeral se va a traumar”, “las niñas y los niños sufren más cuando alguien muere”, etc.

    Sin embargo, con estas ideas, mitos y prejuicios, socialmente nos vamos familiarizando con la concepción de que los duelos son procesos negativos y dolorosos que deben esconderse a niñas y niños para impedir lastimarlos, prefiriendo ignorar los sucesos y emociones que generen, sin considerar que esto les causa complicaciones en su desarrollo personal y social, y la oportunidad de elaborar un duelo saludable.

    Las niñas, niños y adolescentes tienen el talento natural para lidiar con el dolor; la mentira, omisión o secretos entorpecen su capacidad innata de resiliencia. Un periodo o proceso de duelo no debe de ser un argumento para despojar a la niñez y adolescencia de su derecho básico a la información, acompañamiento y participación.

    Hablar del duelo con respeto a los derechos de la niñez es hablar de amor, de comprensión, de acompañamiento antes, durante y después de un duelo. Es establecer las bases para una transformación social que priorice el bienestar de todas las personas que la compongan. Nosotros mismos en algún momento fuimos niñas, niños y adolescentes y sabemos lo que nos gustó vivir, lo que nos hubiese gustado y lo que no.

    En consideración a esto, desde Save the Children tenemos a disposición de todas y todos el espacio enduelo.org, en el que se encuentran guías, videos, cápsulas, webinars, incluso un chat que da asesoría primaria, para brindar herramientas a niñas, niños, adolescentes, sus familias y cuidadores para transitar por un duelo sano a través de un acompañamiento consciente y amoroso por parte de adultos.

    Es importante que quede atrás la idea de que las personas adultas podemos decidir cuándo y cómo pueden vivir un duelo las niñas, niños y adolescentes. No olvidemos que un duelo no se olvida, se transita.