El 12 de octubre, el mismo día que en Culiacán el reconocido periodista Arturo Cano presentaba su libro con el título de este artículo, se conocía la noticia de que un amplio número de científicos, intelectuales y artistas de la Ciudad de México publicaba un desplegado en el que expresaban su pleno apoyo a Clara Brugada Molina, una de las aspirantes de Morena a ser candidata a Jefa de Gobierno de la Ciudad de México.
La relevancia de esas personalidades, entre las que menciono sólo a tres de decenas: Julieta Fierro, una de las más connotadas astrónomas que hay en el mundo, Elena Poniatowska y Juan Villoro, quienes no necesitan presentación alguna, dan sólidos argumentos para apoyar a la Alcaldesa de Iztapalapa, con los que, en los hechos, se oponen a que Omar García Harfuch, aún sin mencionarlo, sea el abanderado de Morena para la capital del País.
Este grupo no es el primero que se opone a que Harfuch encabece a Morena y que desea que Brugada lo sea. Militantes de base de Morena lo han expresado, incluso funcionarios del Gobierno federal, como Paco Ignacio Taibo II y Alejandro Encinas, también lo han hecho.
Esta bola de nieve que empieza crecer con militantes y simpatizantes de Morena puede poner en serias dificultades a Claudia Sheinbaum, algo que ni Xóchitl Gálvez ni el Frente Amplio en su conjunto han logrado.
En efecto, si este desplegado, desde la izquierda de Morena, en la que se incluye gente intachable y moderada como Juan Villoro, Poniatowska y Julieta Fierro, y cerca de 800 artistas, escritores, académicos, científicos y políticos, crece, como parece ser, Claudia se va a ver obligada a tomar una decisión muy difícil.
Si deja de sostener a García Harfuch, a quien evidentemente ella invitó a que se inscribiera como aspirante a candidato de Morena, dentro de Morena se va a poner en duda tanto su estrategia electoral como su liderazgo, aunque cabe aclarar que la definición política de proponer a mujeres y hombres que no son miembros de Morena, o a quienes vienen de otros partidos, e incluso que no son de ningún tipo de izquierda, fue establecida por el Consejo Nacional de Morena y avalada por López Obrador y Claudia. No obstante, esto último, una vez que se han conocido nombres promovidos por la Sheinbaum, los gobernadores de Morena y Mario Delgado; es decir, una vez que se supieron los nombres de mujeres y hombres de carne y hueso, desde diferentes esquinas de Morena y del País se han alzado muchas voces en contra.
A García Harfuch sus críticos no lo quieren porque es policía, porque trabajó con gobiernos del PAN y del PRI, porque lo involucran en la represión a los 43 estudiantes de Ayotzinapa y porque no es de izquierda. No obstante, en las encuestas los ciudadanos de la CDMX le reconocen ampliamente su trabajo y lo sitúan por encima de Clara Brugada. Esto es, hasta donde alcanzamos a ver, lo que le interesa Claudia: un amplio reconocimiento que se traduce en votos, incluyendo muchos que se perdieron en las elecciones de 2021.
En un principio parecía que el que parece favorito de Claudia no iba a ser rechazado tan abiertamente por morenistas y simpatizantes. Ya vimos que sí y el repudio aumenta, lo que podría dañar severamente el liderazgo de la ex jefa de Gobierno.
¿Qué pasará? Es difícil saberlo, pero me aventuro a decir que la Sheinbaum lo aguantará hasta el día de la encuesta y dejará que esta sea la que decida. Y ahí no podemos descartar que las simpatías de Clara Brugada, sin duda la mejor Alcaldesa morenista en todo el País, remonten y gane la candidatura. Y si es así, no cabe ni la menor duda que la doctora Sheinbaum lo aceptará plenamente.
Los ascendentes apoyos a Clara Brugada pueden animar a morenistas de otros estados y municipios a pensar que deben ser exclusivamente los militantes de su partido los que tengan derecho a candidaturas para el 2024. Esto es lo que piensan no pocos morenos en Sinaloa. Sin embargo, no hay ninguna Clara Brugada a la vista en nuestro estado que pueda concitar apoyos como los que recibe la ex Alcaldesa de Iztapalapa. Y no hay porque varios de los alcaldes que han llegado al poder en Sinaloa demostraron ser la antítesis de lo que es la señora Brugada y el programa morenista: corruptos, mentirosos, ambiciosos de riqueza mal habida, autoritarios y un rosario más de cosas negativas. Ellos desgastaron a Morena.
Las experiencias de Benítez, Estrada y Chapman deben servir para que la 4T no se vuelva a equivocar. Sus próximos candidatos deben ser, además de reconocidos por la sociedad, comprometidos con la honradez, la democracia y la justicia social.
Regresando al libro de Arturo Cano, diría que nos revela una mujer talentosa, firme, honesta, imaginativa, extraordinariamente trabajadora y con una larga trayectoria de compromiso social. Nos imaginamos que eso se lo reconoció la ciudadanía a través de las encuestas que ganó en Morena, sin dejar de contar que la mayoría, sobre todo los de abajo, la ven como la heredera, como la continuadora natural de López Obrador.
Ella es un caso excepcional en México de una mujer que de las ciencias más exigentes en dedicación, capacitación y talento pasó a la política y a la administración pública. Esto nos hace pensar, y el libro de Cano nos ayuda a pensar así, que las matemáticas, la física, la ciencia, la hacen ver la política de otra manera. Que le interesan mucho los resultados vistos a través de los números y los hechos concretos. Que le interesa mucho la eficiencia, la precisión, la objetividad, lo cual en política es extremadamente difícil, pero que son fundamentales a la hora de gobernar. No obstante, también es una mujer de pasiones, es decir, de las subjetividades que también son fundamentales en el quehacer humano y para convencerse de que se lucha por causas justas.
Como podrán notar, me entusiasma que una mujer de ciencia, de compromiso social y honesta pueda ser Presidenta de México. No tengo por qué ocultarlo.
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