Chocan Iniciativa Sinaloa y Rubén Rocha
Lucha anticorrupción los necesita juntos
Por una pregunta buscapiés y la correspondiente respuesta dicha al calor de quien se dice en desacuerdo, en La Semanera del 29 de enero se agudizó la discrepancia de opiniones entre el centro ciudadano de investigación Iniciativa Sinaloa y el Gobernador Rubén Rocha Moya, dos entes que en sus diferentes ámbitos, en el independiente uno y en la función gubernamental el otro, bien podrían complementarse en la lucha anticorrupción.
En momentos en que los saqueadores de erarios parecen ir más adelante que las instituciones de transparencia, las lupas cívica y gubernamental deberían marchar en sincronía, con mayor potencia al enfocar los delitos contra las finanzas públicas.
En los dos extremos la desconfianza recíproca avisa de diferendos que podrían llevar a conflictos tan profundos como desafortunados. Iniciativa Sinaloa acude a órganos de protección y de sanción al decirse amenazada, y el Mandatario estatal ve como adversario político al que lo insta a mejor rendición de cuentas. Pero si ambos empujaran juntos hacia el lado del acceso a la información pública le ofrecerían a Sinaloa el mejor modelo de ejercicio honesto de los recursos presupuestarios.
Existen puntos de encuentro entre los dos factores antes de tildarse como enemigos. Iniciativa Sinaloa ha producido durante casi 14 años importantes investigaciones que develan la opacidad de tres gobernadores, y su financiamiento deriva del reconocimiento que le otorgan instituciones nacionales e internacionales; Rocha Moya desde mucho antes de ocupar el actual cargo, como Diputado local, Rector de la Universidad Autónoma de Sinaloa y Senador, ha patentizado la garantía al derecho ciudadano para saber en qué y cómo se gasta el dinero aportado vía pago de impuestos.
El tema del combate a la corrupción debe sobrevivir a los encuentros ríspidos entre Iniciativa Sinaloa y el Gobierno del Estado, pues es suficiente con los peligros que representan para la sociedad los expoliadores de las finanzas públicas y los escudos de impunidad que reciben. Existen ejemplos de que las instancias propulsoras de la transparencia y las instituciones públicas, blindando la independencia de ambas, sí pueden coincidir en los esfuerzos por rendición de cuentas y una muestra está en Mazatlán donde el órgano no gubernamental Observatorio Ciudadano y el Alcalde Édgar González Zataráin avanzan en sinergias para prevenir, detectar y sancionar el uso irregular de las arcas municipales.
En el caso de la reciente divergencia entre Iniciativa Sinaloa y Rocha emanó de una pregunta del periodista Alejandro Monjardín coronada con la acotación de que “Iniciativa Sinaloa decía que su gobierno parece que se va a convertir en el gobierno de los conflictos de interés”, que sacó de quicio al jefe del Ejecutivo estatal, quien había puesto en pausa durante varias semanas las respuestas desafortunadas para cuestionamientos incómodos.
Refiriéndose a lo que el reportero dijo que declaró Iniciativa Sinaloa, Rocha Moya contestó aludiendo al centro ciudadano de investigación “que me disculpen, pero ellos hacen un juego político, ellos no son imparciales, en el tema de sus observaciones ellos lo hacen por interés político, nos golpean al gobierno nuestro, al gobierno de Andrés Manuel por razones políticas, porque ellos quisieran que esto acabara”.
Eso abrió pauta a que Iniciativa Sinaloa respondiera con un posicionamiento apoyado por sectores de la sociedad, y al mismo tiempo le solicitara las medidas correspondientes y apertura del debido expediente al Instituto de Protección para Personas Defensoras de Derechos Humanos y Periodistas de Sinaloa al considerar Marlén León Fontes, directora de Iniciativa Sinaloa, que este tipo de agresiones obstruyen la libertad de expresión e intentan dañar el prestigio de la organización y ponen en riesgo a sus colaboradores, así como imponer una dinámica de censura, inhibiendo que los medios acudan a ésta como fuente de información.
En la víspera, organismos y actores de la sociedad civil salieron en apoyo de Iniciativa Sinaloa y también trazaron sendas de relación entre las partes discordantes. En el posicionamiento establecen que “en Sinaloa urge que organismos como Iniciativa Sinaloa continúen incidiendo en la vida pública de nuestra sociedad a través de la construcción de estrategias y acciones para la transparencia, la rendición de cuentas y el combate a la corrupción, así como de la participación ciudadana. Desde la sociedad civil, estamos convencidas y convencidos de que el establecimiento de alianzas y articulaciones entre la sociedad, las empresas y el gobierno es fundamental para garantizar el cumplimiento de los derechos humanos y una vida digna y democrática para todas las personas”.
Y sí. En vez de romper las oportunidades de más efectivas estrategias anticorrupción es el momento de tender puentes donde Iniciativa Sinaloa, como peldaño fundamental de la vigilancia de la sociedad civil, y el Gobierno del Estado, como obligado esencial de la transparencia, logren que cada peso gastado por las dependencias públicas sea fiscalizado por los sinaloenses como condición para que la confianza apuntale la credibilidad y respaldo hacia las instituciones y quienes las presiden.
Que sea propicia esta ocasión,
Para que los perciba Sinaloa,
Remando unidos en la canoa,
A contracorriente de la corrupción.
Aprovechando que en un acto de lealtad al Gobernador Rubén Rocha Moya, la Secretaria de Transparencia y Rendición de Cuentas, María Guadalupe Ramírez Zepeda, decidió continuar en el Gabinete estatal y declinar a buscar otros cargos en el proceso electoral en marcha, ella sería el enlace perfecto para generar sinergias no sólo con Iniciativa Sinaloa sino con el resto de los órganos ciudadanizados que trabajan en Sinaloa en contra de la corrupción. Tiene la voluntad, autoridad y conocimientos para establecer bases consensuadas que coloquen al estado a la vanguardia en abatimiento de la opacidad.
