"Caso Villarreal asusta a Ortega Carricarte. Los 'motivos personales' del ex Tesorero"
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Al mismo tiempo que Quirino Ordaz Coppel se sostiene en el segundo lugar de los gobernadores mejor evaluados de México, el Gabinete del Mandatario de Sinaloa se agita con la renuncia del Secretario de Administración y Finanzas, Carlos Ortega Carricarte, quien al ver a disposición de la justicia al Tesorero del sexenio anterior, Armando Villarreal Ibarra, decide marcar distancia de una circunstancia que igual lo puede inculpar a él dentro de algunos meses.
El impacto de la dimisión de Ortega Carricarte no es tanto por el que se va sino por el contexto en que abandona la nave quirinista. Inaceptable la explicación de “motivos personales” a no ser que la abdicación tenga que ver con la sensación de estar en la fila de posibles implicados cuando la juez Sara Bruna Quiñónez Estrada quiere abrir el amplio zaguán de la cárcel para que entren Armando Villarreal Ibarra y los que en el futuro le sigan.
Por alguna razón, o por muchas, Quirino Ordaz ha acostumbrado a los sinaloenses a ver salir y entrar colaboradores a su equipo de trabajo de manera tan normal como la gente entra y sale del cine. Del Gabinete ejecutivo en 10 dependencias ya no están los que iniciaron en enero de 2017 y permanecen solamente Gonzalo Gómez Flores en la Secretaría de Gobierno, José de Jesús Gálvez Castro en Innovación, Javier Lizárraga Mercado en Economía, Osbaldo López Angulo en Obras Públicas y María Guadalupe Yan Rubio en Transparencia y Rendición de Cuentas.
Pero la salida del Secretario de Administración tiene mayor capacidad de desestabilización. Es verdad que en el Centro de Justicia Penal Acusatoria y Oral de Culiacán retumbó fuerte el nombre de Ortega Carricarte cuando se dio a conocer el 29 de enero que éste, junto con el todavía Secretario de Gobierno, Gonzalo Gómez Flores, habían acordado que Villarreal Ibarra, operador financiero del sexenio de Mario López Valdez, pagara solamente 2 millones de pesos de los 293 que presuntamente desvió, sin embargo, es difícil que esa sea la motivación del ahora ex titular de la SAF para irse.
Manejar el erario sinaloense se tornó una labor complicada y hasta incómoda debido a dos elementos estresantes. Uno es que Quirino Ordaz ocupó el mismo cargo que Ortega Carricarte en los dos últimos años del gobierno de Jesús Aguilar Padilla y desde ese conocimiento de la hacienda estatal tomó el control de las decisiones en el gasto público, afectando partidas de algunas áreas para destinarlas a la obra pública que será la insignia sexenal.
La otra tiene que ver con las restricciones presupuestales que el Presidente Andrés Manuel López Obrador aplica a las entidades federativas, reduciendo márgenes de maniobra financiera y con los conflictos que se manifiestan actualmente por las deudas que al Gobierno del Estado le brotan por todos lados. Recordemos que en julio de 2019 Ortega Carricarte le reclamó a la 4T que Sinaloa había dejado de recibir 9 mil millones de pesos de ingresos federales.
Además, el Congreso del Estado ha enfocado sobre el área administrativa del gobierno de Quirino Ordaz un telescopio más potente que el de la Sierra Negra, de Puebla, acabándose aquel “paraíso” malovista donde el Legislativo no solo mató la vaca de la rendición de cuentas sino que también le agarró la pata. El mismo martes que Ortega abandonó el equipo de QOC, la Diputada de Morena, Alma Rosa Garzón, soltó el último misil político que alcanzó de rozón al funcionario saliente al acusar la asambleísta que hay un arreglo entre la actual y anterior administración estatal para no clarificar alrededor de 6 mil millones de pesos que en el sexenio anterior fueron manejados en forma indebida.
Sin saber que unas horas después se daría el relevo en la Secretaría de Administración y Finanzas, Garzón se refirió a un “oscuro arreglo entre el Tesorero de Mario López Valdez con el Tesorero de Quirino Ordaz Coppel, para resolver, ‘entre comillas’, uno de los muchos casos de desvíos encontrados por la propia Auditoría, según los resultados de la última cuenta pública de Malova”.
¿Tenía que aguantar todo esto Ortega Carricarte? ¿Debió arriesgarse a entrar, una vez que acabara el gobierno de Quirino Ordaz, a la misma dinámica de descrédito y ser llevado ante la justicia, como sucede hoy con Armando Villarreal? ¿Vio venir la campaña negra que cobraba forma en su contra en las redes sociales? Es muy posible que lo haya asustado el hecho de ser apuntado cada día más por el flamígero dedo social.
El tiempo lo dirá. Estas incógnitas se resuelven tarde o temprano por mucho que se manejen a través del ostracismo de las redes sociales, con la correspondiente secrecía que alienta hipótesis derivadas de la desinformación. ¿Y qué tanto le pega la renuncia de Carricarte al Gobernador? La más reciente encuesta de Consulta Mitofsky refrenda a Quirino Ordaz en el segundo lugar dentro del grupo de los cinco mandatarios mejor evaluados de México.
Reverso
Porque la política es el arte,
De otear lo que huele mal,
Frente al caso Villarreal,
¡Corre, corre, Ortega Carricarte!
Víspera de más truenos
Tiene dedicatoria y podría dar lugar a otros cambios en el Gabinete de Quirino Ordaz Coppel el exhorto o ultimátum de “nada ni nadie por encima de la ley” que hizo ayer Ricardo Madrid Pérez, Secretario de Desarrollo Social, en la ceremonia del 103 aniversario de la promulgación de la Constitución de México en 1917. Ojo con este párrafo: “la sociedad cada día se encuentra más activa, más enérgica y es en nuestras leyes donde se encuentra un refugio del que como clase política somos responsables de proteger”.