A las y los enfermeros, médicos, camilleros, dentistas, paramédicos, laboratoristas, trabajadores sociales, técnicos, secretarias, trabajadores de limpieza… A todos los caídos.
PRESENTE:
A estas alturas de la batalla es necesario hacer un merecido reconocimiento a todos ustedes que velan por nuestra salud. A ti, que estás en la primera línea de combate, hoy queremos agradecerte por tu ardua labor. Ha sido una larga y dura batalla, sabemos que estás agotado, exhausta. No descansas ni en los momentos que cierras los ojos, pero sabemos también que sacas fuerzas del amor que sientes por la humanidad.
A ti, que has visto tanto dolor y sufrimiento, esas lágrimas te hacen cada vez más fuerte. A ti, que conoces de cerca la muerte. Sabemos que temes a ella, es normal, el valor está hecho de temores. También sabemos que ese miedo es principalmente a dañar a los que más quieres.
A ti, que has hecho tantos sacrificios. Que no puedes quedarte en casa por cuidarnos. Que has dejado tu corazón en cada paciente, que haces tu trabajo con amor. A ti que has hecho hasta lo imposible por salvar lo inevitable.
Hoy queremos agradecerte por el honor y las nobles tradiciones de la profesión médica. Por ejercer vuestro arte con conciencia y dignidad, pero sobre todo, por tener absoluto respeto por la vida humana.
Hoy, cuando te dirijas al campo de batalla, recuerda que los mejores hombres y mujeres son siempre los que están al frente. Que depositamos en ti nuestra confianza y más alta admiración.
La fila parece interminable, pero también esto pasará. Ganaremos este combate y será sólo gracias a ustedes: al ejército blanco, a los héroes de bata y cofia.
Desde nuestra trinchera, con un amplio y profundo agradecimiento. Dios les bendiga hoy y siempre.
Todos sus pacientes
Atentamente
*Doctor de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad Autónoma de Sinaloa
*Consejero Consultivo de la CEDH de Sinaloa