"Carol Arriaga no sabe hacer milagros. Morena en Sinaloa, sin pies ni cabeza"
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Por lo pronto cayó en territorio aplanado Carol Berenice Arriaga García, la delegada que el Movimiento Regeneración Nacional envió a Sinaloa, pues por arte de magia fueron desactivadas todas las expresiones internas que pedían que fuera sinaloense, de probada trayectoria de lucha social y sin antipatías locales quien tomara en sus manos el timón estatal de Morena. Como los inmaculados no existen en política, tampoco halló el Comité Ejecutivo central quién cumpliera tales requisitos, y las bases de la Cuarta Transformación optaron por disciplinarse.
Desde su constitución como partido, Morena desdeñó a Sinaloa como bastión electoral debido a que aquí la mentalidad ciudadana y la lógica del poder es distinta a la del centro y sureste mexicano, por ejemplo, que son los baluartes comiciales de Andrés Manuel López Obrador. Debido a que menospreció las posibilidades de victorias, llenó las planillas con personajes que creía enviaba al sacrificio.
Pero no fue así y, al contrario, empoderó a morenistas sin experiencia en el desempeño de la función pública y oportunistas de otras siglas que se subieron al barco de la alianza “Juntos haremos historia” convencidos de que sólo iban a un viajecito en panga. No obstante, esta tierra poco proclive a la izquierda política sorprendió al hoy Presidente al aportarle 834 mil 001 votos, el 64.4 por ciento del total de sufragios emitidos.
Ese bono electoral que coloca a Sinaloa dentro de los siete estados del País donde más se votó por López Obrador (de cada 10 electores que acudieron a las urnas 6.4 optaron por AMLO) ha sido descuidado. El batido ideológico en el grupo de diputados federales, senadores, alcaldes y diputados del Congreso del Estado que se benefició con el tsunami lópezobradorista del 1 de julio de 2018 estropeó aquí los alcances de tal hazaña democrática.
Como bancada mayoritaria de la 63 Legislatura, Morena ha oscilado entre la cohesión a la hora colocar algunos temas en la agenda del Congreso, mostrándose de pronto como la “aplanadora” que es, y otras dividiéndose en tantas partículas como si la hubiera atropellado el tráiler de las concertacesiones. La han convertido en añicos y nadie se responsabiliza de las roturas, menos de recoger los fragmentos.
En los senadores Rubén Rocha Moya e Imelda Castro Castro radica la apuesta de que uno de ellos será el candidato al Gobierno de Sinaloa, una vez que López Obrador tome la decisión. Mientras, los diputados federales reparten sus intereses entre al menos 10 aspirantes a suceder en el cargo a Quirino Ordaz Coppel y los alcaldes, ¡ah sí, los alcaldes!, se perfilan como la mejor contracampaña que Morena pueda enfrentar, al ser los enemigos de casa los que le podrían regresar en bandeja de plata al PRI lo que éste perdió hace casi dos años.
Esta es la gran labor, a ras de lo portentoso, que le espera a Carol Arriaga en Sinaloa. Con rencillas intramuros, al parecer irreconciliables, y zancadillas de todos contra todos, que en un momento parecieron demoler el factor bisagra que representa la diputada Graciela Domínguez, con un Luis Guillermo Benítez Torres que más que químico se ufana de ser el alquimista que logrará la pócima que adormile a los demás pretensos a Gobernador, y la botarga ahuyentavotos que es el Alcalde de Ahome, Manuel Guillermo Chapman, a la delegada la tendrá que auxiliar Jesús Malverde para que logre el prodigio de la reunificación.
Con fama de simpática conciliadora, pero de no transigir a la hora de la hora frente a presiones ni chantajes, Arriaga García debe tener el carácter de una leona indomable porque en la tierra de los once ríos habrá muchos grupos o personajes que pretenderán domesticarla para exhibirla en el circo de las apetencias de poder. Sabe defenderse y quien mejor lo sabe es Alfonso Ramírez Cuéllar, que sufrió las consecuencias de querer desplazarla a ella de la Secretaría de Mujeres de Morena.
Maestra en Derecho, ex dirigente del sector femenil de Morena y aspirante a dirigir el Instituto Nacional de las Mujeres, trae indicaciones del líder morenista en el País y del despacho presidencial de construir los andamios para que el movimiento amloísta siente sus reales en Sinaloa en la elección del 6 de junio de 2021. No trae candidatos ni ases ocultos; lo que sí porta es la instrucción clara de darle forma a la 4-T en una entidad donde difícilmente se conocen los rasgos esenciales del actual régimen federal.
Sin duda Carol Arriaga obligará a Morena a los virajes indispensables para posicionarse bien en el ánimo de los electores sinaloenses. Pronto se sentirá el perfume de mujer seduciendo a votantes que si bien es cierto no son adeptos fanáticos de la 4-T, saben descifrar y apreciar signos de buena voluntad y podrían extenderles el voto a ciegas a López Obrador si el Presidente ya le da a Sinaloa la prueba de amor que hasta ahora no ha proporcionado.
Reverso
Al armar el rompecabezas,
No le debe de temer,
A asestar sobre las mesas,
Suaves golpes de mujer.
El despensómetro
Pobre de aquel político que no crea que una parte importante del voto para elegir al siguiente Gobernador de Sinaloa se decidirá tomando como referente la ayuda alimentaria proporcionada a las familias de mayor nivel de marginación en la actual emergencia de salud y la crisis económica que viene. Llámenle clientelismo, compra de votos o lucro con la necesidad, pero la gente en la desesperación aguza más el ojo para ver quién la auxilia y retribuirle con gratitud. Así funciona esto todavía y quien no lo sepa se dará por enterado en la votación del 6 de junio de 2021.