Candidatos, comprométanse
a evitar la catástrofe educativa

    Sea cual sea el color de los ganadores de la gubernatura, municipios y diputaciones, es claro que para evitar la catástrofe educativa, los próximos líderes políticos en Sinaloa tendrán que saber hacer de la educación una prioridad.

    Las campañas para contender por una gran cantidad de puestos de representación popular ya comenzaron. El despliegue territorial y en redes sociales da cuenta de un ánimo optimista en los candidatos en sus primeros actos masivos oficiales. Tanto optimismo, que casi da la impresión de que ya no existiera la pandemia que ha costado la vida de casi 6 mil personas en Sinaloa, misma que silenciosamente ha generado la posibilidad de una catástrofe educativa.

    Pero la pandemia sigue allí. Y a más de un año del cierre de escuelas, las consecuencias ya comienzan a hacerse evidentes. Desde Mexicanos Primero Sinaloa, hemos señalado que, de no mediar una acción pronta y efectiva contra los efectos negativos de los cierres escolares prolongados, la escolaridad promedio en la entidad podría retroceder a los niveles que tenía una década atrás. Y también hemos dicho que, siguiendo las estimaciones del Inegi, el problema del abandono escolar podría significar que 127,869 personas en el estado no pudieron inscribirse en el ciclo escolar 2020-21.

    Si se quiere evitar que estas afectaciones sean permanentes, es fundamental materializar el anuncio de los Centros Comunitarios de Aprendizaje. Estos centros, permitirían a las escuelas reabrir sus puertas para transformarse en lugares en los que la comunidad pueda acceder voluntariamente a un espacio de reunión seguro, en el que los estudiantes con mayor riesgo puedan recibir apoyo académico y socioemocional. Se trata de evitar un éxodo masivo de alumnos de las escuelas, públicas y privadas.

    Organizar estos centros es responsabilidad del gobierno estatal actual, pero a estas alturas resulta claro que dicha medida sólo servirá como primer paso en un largo proceso de restitución del derecho a aprender de niñas, niños y jóvenes. Recientemente, UNESCO informó que recuperar el terreno perdido en el desarrollo de la lectura en niños de 3 años podría llevar hasta una década.

    Sea cual sea el color de los ganadores de la gubernatura, municipios y diputaciones, es claro que para evitar la catástrofe educativa, los próximos líderes políticos en Sinaloa tendrán que saber hacer de la educación una prioridad. Por eso, presentamos a continuación cuatro puntos que debieran servir para iniciar la discusión pública respecto al proceso de recuperación educativa en nuestro estado.

    1) Evaluar la magnitud del problema: Por segundo año consecutivo no se contará con evidencia oficial sobre la afectación del cierre de escuelas en el aprendizaje y bienestar socioemocional de estudiantes. La recuperación educativa no puede ser a ciegas. Ante la ausencia federal en esta materia, una prioridad debe ser implementar mecanismos de monitoreo educativo locales. Un buen antecedente está en la creación en Jalisco del Sistema de Mejora Continua de la Educación, mecanismo amparado en su legislación local que ya comienza a entregar evidencia respecto al impacto del Covid-19 con la cual orientar decisiones estratégicas en educación.

    2) Ampliar acceso a internet y tecnología: La pandemia ha demostrado que asegurar a los estudiantes el acceso a internet y a la tecnología es de vital importancia ante posible futuros escenarios de disrupción similares a los vividos a raíz de la pandemia. Por supuesto, esto no excusa de la solución de problemas aún latentes, como falta de instalaciones escolares y sanitarias adecuadas, sobre todo en las localidades más marginadas del estado.

    3) Fortalecimiento profesional docente: El rol de los docentes durante esta pandemia ha sido fundamental para mantener la continuidad educativa. La adaptación al nuevo escenario ha sido posible en gran medida gracias a su tesón, vocación y compromiso. Pero el regreso gradual a las escuelas requerirá ofrecerles mecanismos de retroalimentación y acompañamiento en el aula, así como oportunidades de formación profesional efectivas, tales como el establecimiento de comunidades profesionales de práctica y aprendizaje.

    4) Participación Social: La experiencia de países como Chile, a través del establecimiento de mesas de trabajo social, ha demostrado la importancia de tomar decisiones relevantes en materia educativa de forma participativa y democrática. Trabajando en conjunto, académicos, organismos de sociedad civil y representantes de actores escolares como familias, docentes y estudiantes, pueden ser parte de las decisiones que definan la estrategia para fortalecer el aprendizaje y renovar la visión de futuro que Sinaloa quiere perseguir a través de su educación.

    Candidatos: nada de esto será posible con demagogia. Todo esto requerirá un presupuesto suficiente, que debido a la política de austeridad federal deberá en gran medida ser conformado por financiamiento estatal y municipal. Hacer de la educación una prioridad durante los años por venir será fundamental para evitar una catástrofe generacional. Cuando tengan la oportunidad, demuestren ese compromiso a través de acciones concretas como aprobar marcos legislativos y presupuestos suficientes para recuperarnos de este golpe, de lo contrario, le fallarán a toda una generación.