CAADES vota: no más saltos al vacío
A resolver no un ciclo sino un futuro
Más que una elección de dirigente, la que realizará hoy la Confederación de Asociaciones Agrícolas del Estado de Sinaloa es la legítima defensa del sector que hacen los productores del campo pensando en la crisis que vive el surco, y la oportunista pelea por la parcela política que con Gerardo Vargas Landeros a la cabeza está dirigida a cosechar votos verdes en la votación para Gobernador de 2027. Es la lucha de los empeñados en sacar adelante al agro estatal, contra los empecinados en meter a la CAADES en la pantanosa gresca por el poder.
Veamos qué proyecto predomina cuando las mujeres y hombres que nos proveen de alimentos estén en la encrucijada de unirse como nunca antes para salvar no un ciclo sino el futuro de la actividad, o poner por encima de los intereses generales el futurismo que efectúa una sola persona que es la mano que mueve la cuna de la política y en caso de adormilar a los dignos en cuanto lo logre les agitará también el granero.
En tal disyuntiva, es obligación del actual presidente de la Confederación, Marte Vega Román, sacar el proceso con sobrados márgenes de credibilidad y legitimidad debido a que las muchas complicaciones que le llegaron juntas a la agricultura no admiten enconos, distracciones y mucho menos fracturas. Basta con las grietas en el suelo de las miles de hectáreas que no podrán ser cultivadas por la sequía.
En medio del peor estiaje de las tres décadas recientes, el “candidato del norte” como se le identifica a Jesús Alberto Rojo Plascencia, ex dirigente de la Asociación de Agricultores del Río Sinaloa Poniente, aprovecha también la aridez estatutaria en CAADES propia de reglamentaciones que no corresponden a los nuevos tiempos, donde vale igual el voto de agrupaciones pequeñas como las de los grandes valles agrícolas.
Asido a tal disparidad de la democracia interna de CAADES, su posibilidad de suceder a Marte Vega depende de que las asociaciones pequeñas le den el respaldo a riesgo de una representatividad forzada por las minorías que dejarían renga la mesa donde se toman las trascendentes decisiones que habrán de adoptarse si en realidad se quiere revertir la caída libre en que va la labranza de la tierra.
En cambio Enrique Riveros Echavarría, ex presidente de la Asociación de Agricultores del Río Culiacán, tiene el respaldo de grandes productores del estado al representar la nueva horneada de liderazgos que han sido calados con resultados positivos en la defensa del sector. Presenta un plan de trabajo centrado en que la CAADES recupere la presencia y el prestigio que tuvo Sinaloa en el plano nacional como ejemplo en productividad agrícola. Expone que para lograrlo es fundamental retomar los principios básicos de defensa férrea del campo e instrumentar propuestas y prácticas innovadoras que ayuden a superar estos tiempos difíciles.
Riveros le apuesta a la capacidad de corrección que ha distinguido a la Confederación a lo largo de casi 93 años, desde su creación. A aquella dignidad inquebrantable cuando en los años 70 Lauro Díaz Castro pudo defender la pequeña propiedad; la que tuvo una silla importante en la mesa de negociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte; la que sacó la casta cada vez que los productores de hortalizas de Florida, Estados Unidos, quisieron imponerse sobre los de México a través de tramposas acusaciones de dumping. ¿Esa CAADES emergerá hoy desde la memoria y patrimonio moral de sus socios?
Para calcular el exabrupto de la subrepresentación que pudiera emanar en la asamblea de CAADES de hoy el estimado de integrantes por asociaciones anda en alrededor de mil 400 socios la del Río Culiacán; entre 700 y 800 del Río Fuerte Sur; de 400 a 500 la del Río Sinaloa Poniente, y de 100 a 150 las Río Las Cañas, Río Elota, Río San Lorenzo, Río Baluarte y Río Presidio, entre otras. Es decir, sacando cuentas por cada candidato Enrique Riveros representa casi tres veces más agricultores que los que se ubican en la región de Guasave de donde procede Jesús Rojo.
Pues llegó el momento de decidir. Hoy la CAADES debe tomar decisiones de las cuales no se arrepienta mañana. Lo que resulte traerá el inherente efecto de la elección por la dignificación o más saltos al vacío. Marte Vega es el dirigente número 40 y quien lo releve estará de inmediato ante el examen de aptitudes frente a las crisis del déficit de agua para riego agrícola, la violencia que cada vez paraliza más a los sectores productivos, la amenaza que Donald Trump significa para las exportaciones agropecuarias, y las desastrosas políticas públicas de la Cuarta Transformación que devastan a la agricultura comercial.
Así como lo hace la semilla,
Que gloriosa emerge de la tierra,
La CAADES ganará esta guerra,
Donde el enemigo es la grilla.
El del periodista y activista medioambientalista sinaloense Francisco Cuamea es uno de los 10 estudios publicados en el libro “Ecoviolence Studies. Human Exploitation and Environmental Crime” , editado por la Ontario Tech University e impreso y distribuido por Cambridge University Press. El compendio de artículos científicos examina la intersección entre la explotación de seres humanos y el daño ambiental. Son interpretados a través de la categoría de la ecoviolencia, definida en términos generales como la intersección entre la explotación humana y la destrucción de la naturaleza, como una de las características que definen nuestra época. Cuamea escribió en coautoría con Delon Omrow, uno de los académicos editores, el capítulo 9: “Sea of Cortez Region: Crime and Ecosystem Crossroads”.