Fuente: Lupa 1426 de Juan Ignacio González Íñigo.
5. Lo más destacado de Las memorias completas son las nuevas subsecciones que tratan de García Lorca, e identifican a un amante masculino con el que Neruda conoció con frecuencia al poeta español cuando lo conoció a principios de la década de 1930. Una nota del editor señala que el motivo de la no publicación de estos textos se basó en una pregunta que Neruda le hizo a su esposa, Matilde Urrutia: “¿Está el público lo suficientemente libre de prejuicios como para aceptar la homosexualidad de Federico sin comprometer su prestigio?”. La viuda Urrutia, que supervisó la publicación de las memorias después de la muerte de Neruda, compartió estas dudas. “Tenía dudas similares”, dijo en una nota manuscrita, “y no lo incluí en las memorias”.
6. Es revelador, por el contrario, que ni ella ni Neruda tuvieran dudas sobre la inclusión en las memorias de un episodio de la época del poeta como cónsul honorario de Chile en Colombo, en Ceilán, gobernada por los británicos, en 1929. El pasaje es, por ahora, uno de los más (in)famosos del libro. Describe cómo él, como diplomático de 25 años, viola a una mujer de limpieza tamil que vaciaba la letrina en su casa todos los días. El encuentro no dura más de cuatro párrafos, y sin embargo estas escasas palabras imparten un hedor a sus memorias que es difícil de ignorar.
7. La mujer era “una estatua oscura”, “la mujer más hermosa que había visto en Ceilán”. Era “un tímido animal de la selva”. Durante unos días él había estado dejando sus regalos: un pedazo de seda, algo de fruta. Luego, una mañana, “le agarró fuerte la muñeca” y la llevó a su cama. Siguió “la unión de un hombre y una estatua”. Mientras él tenía relaciones sexuales con ella, “ella mantuvo los ojos abiertos todo el tiempo, completamente insensible”. Neruda la había violado, aunque nunca habla del encuentro como eso. Sí observa que “ella tenía razón al despreciarme”.
8. Esas líneas han vuelto a empañar a Neruda tras su muerte. Hace tres años, una medida para cambiar el nombre del aeropuerto de Santiago en su honor fue rechazada por feministas que encontraron la idea desagradable. Pero Neruda sigue siendo un poeta querido. Por mucho que podamos creer que Gabriel García Márquez estaba exagerando cuando llamó al chileno “el poeta más grande del siglo 20, en cualquier idioma”, debemos reconocer que se encuentra entre los poetas de amor más seductoras de la era moderna. Raro es el joven de habla hispana (que no es del todo un boor) que no ha leído Veinte poemas de amor y una canción desesperada de Neruda, uno de los libros más traducidos del mundo.
9. La política en Neruda era desagradable, incluso odiosa: admiraba a Stalin, considerándolo como “un hombre bondadoso de principios, tan sobrio como un ermitaño”. En sus memorias escribe que “fascistas y reaccionarios me han descrito como un intérprete lírico de Stalin. Esto no me molesta particularmente”.
10. Aún así, es como poeta y no como ideólogo que Neruda es venerado, y con razón. Fue incomparable en su replanteamiento de la lengua española -“una buena lengua que heredamos de los feroces conquistadores”- y en incorporar a su poesía el alma y la historia de América Latina. Los bosques del sur de Chile fueron su mayor musa. El sabio escritor argentino Jorge Luis Borges debería tener la última palabra. Consideraba a Neruda como un buen poeta, entre los mejores, de hecho. Pero Borges sumó una calificación. “No lo admiro como hombre”, dijo. (Como me pasa a mí con muchas “celebridades”.)
Recuerda meditar cuanto puedas, cuando puedas. Excelente introducción a la meditación, y cómo entrar en paz y relajación:
http://www.todo-mail.com/content.aspx?emailid=2581