Botín de guerra

    Como si de un botín de guerra se tratase, los mercenarios participantes se reparten los espacios públicos sin importar la naturaleza de las instituciones que van en el acuerdo.

    Para que Manolo Jiménez ganara la Gubernatura de Coahuila con casi el 57 por ciento de los votos, el PRI y el PAN se pusieron de acuerdo. La división que sufrió Morena con la irreconciliable fractura entre el Senador Armando Guadiana y el ex funcionario federal Ricardo Mejía fue apenas uno de los factores del descalabro morenista. El entonces candidato Guadiana -fallecido hace unas semanas- quedó muy lejos del abanderado coalicionista del PAN, PRI y PRD. Entre el primero y el segundo lugar hubo más de 35 puntos de diferencia. Un verdadero descalabro oficialista.

    Meses después de uno de los pocos triunfos de la Oposición en 2023, diversos medios de comunicación dan a conocer un escandaloso acuerdo político firmado por el dirigente nacional del PAN Marko Cortés, Alejando Moreno del PRI y el gobernador Manolo Jiménez. En el documento denominado “Acuerdo Político Electoral Coahuila 2023-2024”, después de acordar los cargos electivos en 2023 y 2024, los firmantes se comprometen a respetar una serie de espacios dentro de la administración pública estatal, organismos autónomos locales, espacios en universidades públicas y planteles educativos, magistraturas en el Poder Judicial y notarías públicas.

    Como si de un botín de guerra se tratase, los mercenarios participantes se reparten los espacios públicos sin importar la naturaleza de las instituciones que van en el acuerdo. Los partidos políticos pueden acordar el espacio y acomodo de las candidaturas en los distritos federales, locales, senadurías, gubernaturas y en los municipios la integración de las planillas para la conformación de los cabildos de manera legal. La naturaleza de un acuerdo político entre partidos de un mismo frente permite, de manera legal y legítima, llegar a los acuerdos para postular candidaturas comunes en la búsqueda de los sufragios ciudadanos.

    Una cosa es buscar espacios de representación común y otra, firmar de manera ilegal e ilegítima, acuerdos que trastoquen decisiones que están fuera de las facultades legales de los partidos políticos y sus dirigencias.

    Carlos Castillo López, director de la Revista Bien Común, hijo del notable Carlos Castillo Peraza (1947-2000), hace un llamado a la militancia panista para frenar las ambiciones de un dirigente que, según lo expresa, representa “corrupción, amiguismo y gregarismo”. Sin guardarse palabras, hace un llamado a los panistas que dieron la firma de apoyo al actual dirigente nacional de Acción Nacional: “Ojalá tengan el valor de denunciar y alzar la voz esta vez, antes de que terminen de desgraciar un partido clave para la democracia en México. Ojalá entiendan la responsabilidad y la complicidad que tienen ante esta información. Ojalá sean capaces de recuperar a un partido que se ha convertido en un cártel que negocia en secreto, coacciona votaciones, manipula padrones, se alía con truhanes, segrega a quienes piensan distinto y obliga a callar a quienes están inconformes”. El hijo de uno de los ideólogos más prominentes del PAN sentencia: “Ojalá, ahora sí, entiendan que alzar la voz es urgente: están perpetrando en el poder a una pandilla de delincuentes. Ojalá...”.

    Entre políticos mexicanos, se le atribuye al eterno líder sindical don Fidel Velázquez la frase: “Si lo piensas, no lo digas; si lo dices, no lo escribas; si lo escribes, no lo firmes; si lo firmas, ¡échate pa´atrás!”. La máxima queda como anillo al dedo a los dirigentes nacionales, que hoy por hoy, están en el ojo de un huracán por la burda exhibición de las prácticas de siempre.

    Los partidos políticos poco favor le hacen a Xóchitl, quien dice que acabará con la corrupción, cargando un costal de corruptos bajo el brazo. ¿En dónde está la diferencia? Luego le seguimos...