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"Observatorio"

"Billy Chapman se ríe del Congreso. Ascendió al que arrestó a Dignora"

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OBSERVATORIO

    Se mofa del Congreso del Estado el Alcalde de Ahome, Manuel Guillermo Chapman Moreno, al designar como Secretario del Ayuntamiento a quien consumó la represión misógina contra Rosario Dignora Valdez López, la agente de la Policía Municipal que fue arrestada el Día Internacional de la Mujer por acusar la discriminación que ella y sus compañeras policías sufren en la corporación.
     
    Ríe a carcajadas el Edil después de las reacciones que organizaciones de derechos humanos, instituciones de defensas de las mujeres y la sociedad entera tuvieron en reprobación a la coerción homofóbica que le dio la vuelta al mundo. En premio por el atropello, Juan Francisco Fierro Gaxiola asciende desde la Dirección de Seguridad Pública y Tránsito Municipal al segundo cargo de más importancia en el Gobierno de Ahome.
     
    Por si fuera poco, el nuevo Secretario del Ayuntamiento fue implicado como jefe de la Policía en las amenazas contra la Síndico Procuradora, Angelina Valenzuela, carpeta de investigación que sigue abierta en el Ministerio Público sin determinarse la culpabilidad o inocencia del funcionario municipal que es considerado el brazo ejecutor del Alcalde contra sus enemigos políticos.
     
    La narrativa de Chapman en Ahome no pasa de las quejas y los reproches. Desconoce a las instituciones y prefiere la travesía del encono, así sea con aquellos que pertenecen al partido que lo llevó al poder y que son los mismos que podrían tirarle una balsa de salvación en las aguas viles donde flota.
     
    El 11 de marzo, tres días después de que Fierro Gaxiola cometiera el atropello contra la libertad de expresión de Dignora Valdez, la 63 Legislatura condenó el arresto llamando represor al Alcalde Chapman. La Diputada del PRI, Gloria Himelda Félix, denunció en tribuna que el Presidente Municipal arremete contra las mujeres pues, recordó, tiene la denuncia de amenaza de muerte contra la Síndico Procuradora.
     
    “Es un represor que de manera reiterada ha lastimado a nuestro género”, dijo la legisladora priista, secundada por Graciela Domínguez Nava, presidenta de la Junta de Coordinación Política, que desde un día antes instó al Alcalde Chapman a poner en libertad a Dignora, al considerar su retención como “un acto vergonzoso contra una mujer valiente que está haciendo un trabajo por muchas mujeres y está alzando la voz por muchas mujeres”.
     
    Todo eso se lo pasó el Alcalde de Ahome por el arco del triunfo y tras un peregrinar de diez días pidiendo el apoyo del Presidente Andrés Manuel López Obrador y del Gobernador Quirino Ordaz Coppel, regresó más provocador para burlarse del Congreso y de la Comisión Estatal de Derechos Humanos que interpuso la queja correspondiente, dándole Chapman mayor autoridad a quien consumó aquella trasgresión a las garantías individuales.
     
    De vuelta a la Ciudad de México, a donde ahora se llevó al cuerpo de regidores para gestionar apoyos en materia de cultura, Chapman ha de llevar la risa de oreja a oreja como muestra de que la ley, el Congreso, el Presidente López Obrador y el Movimiento Regeneración Nacional le hacen lo que el viento a Juárez. El partido que lo arropó hasta convertirlo en Alcalde debe tragarse la pena y la humillación de haber puesto a los ahomenses en manos de un mutante político que nadie sabe si es del PRI, del PT, de Morena o de quién. 
     
    Esto, por supuesto, se sale de los planes de la cuarta transformación en Sinaloa. En realidad Chapman rompe cualquier proyección que se haya hecho sobre él al asumir la Presidencia Municipal. Se ha quedado muy chiquito en la enorme circunstancia histórica que lo empoderó y bien se le pueden augurar dos desenlaces: que le llene el hígado de piedritas a AMLO y al Congreso del Estado, o que en los 31 meses que le restan en el cargo lleve a Ahome a su peor escenario de ingobernabilidad.
     
    La encrucijada es terrible sea cual sea la senda que tome y ningún gobierno municipal se había colocado en tal bifurcación política desde que Jorge Rodríguez Pasos fue destituido por el Congreso en 2002 de la Alcaldía de Mazatlán, al ser declarado culpable de violencia intrafamiliar. ¿Desidia y simulación en el caso Chapman? Le compete al Congreso responder.
     
    Reverso
    De plano, a nadie escucha,
    Ni a Morena ni al Presidente,
    Ni al Congreso y ni a la gente, 
    ¡Ya la rebeldía es mucha!
     
    Dos rayitas menos
    En Culiacán, el Alcalde Jesús Estrada Ferreiro debería bajarle a la estridencia declarativa que es la que lo mete en problemas. No son los hechos, porque el que nada hace nada agita, sino la disentería verbal de todos los días la que inquieta a los culiacanenses que quieren conocerlo y evaluarlo por los resultados, pues ya chole con que se saque de la manga cada rabieta y evasiva. Tiene razón Audómar Ahumada al decir que Estrada calladito se vería mejor.