Bajo la lupa la opacidad del SNTE 53. Sandoval pide cuentas sin rendirlas él

OBSERVATORIO
08/02/2022 04:02
    La bomba política que lanzó Fernando Sandoval Angulo, secretario general de la Sección 53 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, para que le estallara en las manos al Gobernador Rubén Rocha Moya, se la regresó el Mandatario estatal al dirigente sindical como bazukazo legal que detonará consecuencias jurídicas para el actual líder y la camarilla mafiosa que mantienen el control de la organización magisterial.

    La bomba política que lanzó Fernando Sandoval Angulo, secretario general de la Sección 53 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, para que le estallara en las manos al Gobernador Rubén Rocha Moya, se la regresó el Mandatario estatal al dirigente sindical como bazukazo legal que detonará consecuencias jurídicas para el actual líder y la camarilla mafiosa que mantienen el control de la organización magisterial. ¿Obligará la recién instalada Cuarta Transformación en Sinaloa a que por fin rindan cuentas aquellos que mantienen secuestrado al SNTE 53?

    Centenas de millones de pesos administrados en la oscuridad de las componendas entre cabecillas formales y fácticos del SNTE 53 se estarían ventilando en las instancias de transparencia y auditoría, con las eventuales carpetas de investigación abiertas en la Fiscalía Anticorrupción. Existen manejos irregulares constitutivos mínimamente de delitos por omisión que atentan contra el “patrimonio” de los maestros, ese bien común que es manejado como propiedad de catervas gremialistas.

    Se trata del viejo y reincidente modus operandi de los manejadores en turno de las finanzas del SNTE: acuden a los gritos y sombrerazos para simular ante sus representados la defensa de derechos y prestaciones para que todo acabe en arreglos que en los sótanos del Palacio de Gobierno benefician a los dirigentes y postergan las soluciones a los problemas de los profesores. Tratos eternizados en la irresponsabilidad transexenal de quien no paga y la negligencia permisible del que no cobra.

    Al emplazar a Rocha Moya a que dé respuestas en supuestos adeudos que el Gobierno del Estado tiene con el sindicato de maestros, Fernando Sandoval se asestó a sí mismo el ultimátum para rendir cuentas de posibles complicidades que él y sus antecesores tuvieron durante el sexenio de Mario López Valdez que al no enterar de las retenciones a trabajadores de la educación por el pago de préstamo ni del manejo de recursos de los fideicomisos de la opacidad. Escupió hacia arriba y sobre él cae la obligación de decirles toda la verdad a los maestros.

    Y en efecto, el Gobernador respondió que rendirá cuentas con sustento en la auditoría que solicitó al Congreso del Estado le practique a los que han tenido a su cargo los manejos financieros del SNTE 53 durante los años en que se acumulan las deudas reclamadas. “No voy hacer cosas que no esté seguro que deba hacer”, contestó Rocha al ofrecer que obrará con institucionalidad y al reconocer la responsabilidad con la que las maestras y los maestros cubren las cuotas o los préstamos recibidos. “Si el gobierno les debe algo a ellos, se les pagará”, prometió.

    Envalentonado ahora en lo que el comité ejecutivo seccional solapó desde 2014 cuando en un atípico contrato la Unidad de Servicios Estatales de Culiacán pasó a ser propiedad del SNTE 53, o bien al no requerirles a los gobernadores Malova y Quirino Ordaz la entrega de retenciones que hoy exige, Fernando Sandoval acude a la altisonancia política para capitalizar viejos problemas en el proceso de renovación del mando sindical. Al ardid de “allá va el ladrón, ¡deténganlo!” para distraer la atención de quienes a él tendrían que pedirle el arqueo del dinero sindical.

    En tal ejercicio de ventriloquia ordinaria, Sandoval se convierte en monigote manipulado por Daniel Amador Gaxiola, el eterno gerente del SNTE que manda detrás del trono, y sin nada de mesura en su situación de sospechoso acusa la supuesta intromisión del Gobernador en la elección de la sección 53 “que olvidando su perfil democrático de antaño, hoy lo vemos convertido en aliado de aventureros que abandonaron a su organización y cuyos intereses oscuros se venden al mejor postor”.

    Al sacar cuentas de lo que considera que el Gobierno les debe a los maestros, Sandoval presenta el balance de sus propias desidias ya que no les requirió a los anteriores gobernadores lo que con súbita urgencia le reclama a Rocha: deudas de 53 millones de pesos al Figlosnte, 195 millones de pesos al Issstesin, un millón de pesos por cuotas sindicales, otro millón de pesos por seguro mutual y uno más por clínica dental, así como 101 millones de pesos de bonos a maestros del Cobaes. ¿Todo eso les debe la administración estatal morenista en casi 100 días de estar en funciones?

    Venga pues la claridad en las dos partes de este diferendo. Transparencia de aquí en adelante sin que quede en otra buena intención al calor de la coyuntura electoral interna que vive en SNTE 53. El magisterio y la sociedad sinaloense deben saber de una vez por todas quiénes hicieron mal uso de los fondos económicos del Sindicato y de resultar hechos ilícitos que el ejercicio de la acción penal siente el correspondiente precedente de que la ley no se negocia, se aplica.

    Entonces celebremos que el conflicto dé pauta al punto al que ha llegado. Tal vez Fernando Sandoval buscó el habitual amedrentamiento del Gobierno del Estado que ante la protesta de la cúpula del sindicato se arrinconó en el pasado con acuerdos turbios y secretos que dejaban impunes a los líderes e indefensas a las bases. Pero esta vez de la presión ejercida por el SNTE 53 surge la posibilidad de las cuentas claras y en ello ya no deben admitirse pasos hacia atrás.

    Reverso

    Aquí tienen los maestros,

    Una clase de procacidad,

    De líderes que son diestros,

    En lucrar con la opacidad.

    El MIC y el SNTE 27

    Otra área a transparentar antes de que surjan conflictos con la otra sección del SNTE, la 27, es lo concerniente al Centro de Convenciones de Mazatlán, propiedad de los maestros. Se construyó en 2009 con la “zanahoria” de que en 10 años daría ganancias para distribuirlas, aunque en 2019 fue declarado en quiebra y estuvo a punto de ser vendido. La pregunta pertinente es: ¿ya les está retribuyendo utilidades al magisterio o sigue siendo una carga para su sindicato?