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Una política de austeridad en cualquier institución, gobierno o empresa, requiere necesariamente de un estudio previo y a fondo para poder determinar con seguridad lo que sobra, lo superfluo, los excesos y los privilegios de directivos y funcionarios, pues si no se hace así, se corre el riesgo de que, en el caso de un gobierno, disminuir la calidad o eliminar servicios públicos, se corre el riesgo, por las prisas o por “ceguera de taller”, reducir el servicio de mantenimiento en equipos e instalaciones delicadas o peligrosas. No se puede poner en riesgo a los ciudadanos en salud, en seguridad física o en todo aquello que demerite el futuro de la sociedad, en educación, en el cuidado del medio ambiente y en no perjudicar el buen desempeño de los servidores públicos.
Precisamente en México se están sufriendo las consecuencias de una política de austeridad implantada sin estudios previos, sin cuidado, “al troche moche”, insensata y grosera, con serias y hasta fatales consecuencias en instalaciones y servicios públicos como en el Metro en Ciudad de México, con sus múltiples accidentes; en Pemex con sus incendios y percances; en CFE con sus apagones, y en las carreteras, en las escuelas, en el medio ambiente, en los penales, etc.
Sin ir muy lejos, El Universal reporta el 20 de enero que 26 estaciones del Metro tienen más fallas en las escaleras, pues “en tres años el presupuesto para mantenimiento disminuyó casi 100 millones de pesos”. Según José Luis Luege Tamargo, citado por Jorge A. Meléndez en su columna Bench Mark del 17 de enero en Reforma, “100 trenes están fuera de operación por mal mantenimiento y falta de refacciones. Hay 23 mil averías por año y la mayoría de los 384 trenes rebasan su vida útil de 30 años”.
La información anterior se confirma en la nota de El Universal que, en respuesta a una solicitud de información pública, el Sistema de Transporte Colectivo Metro reconoce que “se tienen 40 trenes fuera de circulación por falta de refacciones” y que “de 2019 a 2022 se registraron 3 mil 156 fallas en trenes por problemas de energía, en el sistema de puertas, pilotaje automático y en tracción-frenado”. Todavía el 7 de enero se registró un accidente grave por alcance que provocó la muerte de una joven y lesiones a 106 usuarios. El problema es que a las causas de esta situación se les llama “accidentes estadísticamente raros” y no se quiere reconocer el principal problema de falta de un adecuado y oportuno mantenimiento, no solo correctivo sino necesariamente preventivo, por falta de presupuesto y atención de las autoridades.
Igualmente están ocurriendo constantes accidentes en Pemex. Según nota del Periódico Noroeste del 25 de febrero, “suma Pemex tres incendios en sus instalaciones en un día”, “que dejaron al menos cinco personas desaparecidas y tres hospitalizadas en el Centro de Almacenamiento Estratégico” en Veracruz. Hubo otro incendio en la Refinería de Minatitlán, también en Veracruz y además otro incendio se registró el mismo día en la Refinería Deer Park en Texas, planta propiedad y administrada por Pemex.
Un día después de estos accidentes, Pemex confirmó la muerte de dos trabajadores en el incendio en la Refinería de Minatitlán y otros tres trabajadores siguen hospitalizados.
La Comisión Reguladora de Energía en su Reporte recién publicado de Confiabilidad del Sistema Eléctrico Nacional, en 2021 “se registraron 123 estados de emergencia”, más del doble de los registrados en 2020 y “2 mil 170 estados de alerta”, todo ello por “fallas de infraestructura de la red nacional de transmisión...”, según se publicó en Reforma del 23 de enero. Héctor Beltrán, director de CIGRE México, “el incremento en las emergencias y estados de alerta, exponen la debilidad de la red... y en los últimos años no ha habido grandes proyectos de transmisión a pesar de que México tiene crecientes necesidades de energía”.
Según análisis de la Auditoría Superior de la Federación, las líneas “de transmisión en Mexicali, Guadalajara, el Valle de México y Monterrey han operado al límite de su capacidad”, y sin embargo, prácticamente no se invierte en nuevos proyectos de generación, según reporta Reforma el día 23 de febrero, pero además se han detenido inversiones en nuevas empresas en Querétaro, Ciudad Juárez y Apodaca por falta de capacidad eléctrica, según el Consejo Coordinador Empresarial.
Este es nuestro panorama, recortes en el gasto necesario, poca inversión y servicios públicos deficientes e instalaciones saturadas.