La posibilidad de terminar con las narrativas de odio, mitos y el estigma social asociado a las personas seropositivas se fortaleció con una decisión histórica impulsada desde el Gobierno de la Ciudad de México: la derogación del artículo 159 del Código Penal.
Este apartado criminalizaba hasta con 10 años de prisión a las y los portadores de VIH/Sida por poner en “peligro de contagio la salud de otro, por relaciones sexuales u otro medio transmisible”.
Penalización heredada desde el Código Penal federal de 1940, donde se castigaba el contagio de “sífilis o un mal venéreo” y al cual, en 1991, se agregó el término “enfermedad grave en periodo infectante” y se ampliaron los medios de transmisión.
De acuerdo con ONUSIDA no existen datos para probar que estas medidas generen justicia o se prevenga la transmisión del virus. Al contrario, la criminalización vulnera la salud pública y los derechos humanos.
Tan solo algunos datos para dimensionar el problema. Según la Encuesta Sobre Discriminación 2021 de Copred CDMX, 75.7 por ciento de las y los habitantes de la capital nacional considera que hay discriminación contra portadores de VIH Sida. Y, de acuerdo con el Conapred, cinco de cada siete rechazan la idea de tenerles como huéspedes o empleados.
El año pasado se cumplieron 40 años de los primeros casos detectados de esta enfermedad, y una pregunta central sigue vigente: ¿por qué persiste el estigma hacia las personas portadoras?
En pleno Siglo 21, en el fortalecimiento de una ciudadanía progresista, todavía hay quienes vinculan el VIH con la población LGTB, o quienes creen que compartir un vaso, el espacio físico o una picadura de mosquito pueden ser vías de transmisión.
En México, de los 370 mil enfermos, según estimaciones de la Secretaría de Salud federal, 67 por ciento conocen su diagnóstico y 61 por ciento tiene acceso a un tratamiento antirretroviral. Un déficit asociado al prejuicio, estigma y discriminación.
Actualmente más del 90 por ciento de las personas seropositivas tienen carga viral indetectable y, por tanto, intransmisible; son más accesibles los medios preventivos, y hay un mejor conocimiento sobre las formas de transmisión. Sin embargo, el VIH es todavía la infección que detona mayores prejuicios.
De ahí la importancia de la derogación del 159 impulsada por el diputado morenista Temístocles Villanueva y la coordinadora de la bancada, Martha Ávila, pues como lo dijo el jefe de Gobierno de Ciudad de México, Martí Batres, es “una buena noticia para la libertad y para la salud, para la lucha contra la discriminación, una buena noticia para una sociedad moderna y diversa”.
Desde el Consejo Ciudadano de la Ciudad de México respaldamos el combate contra toda forma de discriminación y a través de la Línea de Seguridad o Chat de Confianza, 55 5533 5533, o la Línea y Chat Nacional Diversidad Segura 800 000 5428 ofrecemos apoyo emocional y jurídico gratuito, 24/7, sin prejuicios, a todo el país.
Empieza a haber alineación entre la evidencia científica y la ley.
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El autor es presidente del Consejo Ciudadano de Seguridad y Justicia de CDMX
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