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"OPINIÓN"

"Armonización social"

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11/07/2020

    Rafael Morgan Ríos

    cp_rafaelmorgan@hotmail.com

     

    Varios columnistas y comentaristas se han estado refiriendo a una polarización o división social, en momentos en los que se requiere precisamente unidad para enfrentar con éxito no sólo los problemas de salud, sino también los de una economía en recesión, misma que se manifiesta en la pérdida y falta de empleos y de ingresos personales y familiares y aún en la falta de ingresos públicos, además de una polarización entre el sector público y el sector privado que es inoportuna y caótica para resolver problemas económicos.
    La polarización entre gobernantes y los medios de comunicación no da tregua para sentarse a pensar cómo colaborar en la búsqueda de soluciones comunes.
    La polarización entre el gobierno emanado de un partido político y el resto de partidos y organizaciones políticas, obstruye cualquier idea de aportación práctica, que es rechazada de inmediato, no por su contenido, sino por su procedencia.

    También el inicio de polarización entre pobres y “ricos”; entre empresarios y trabajadores, entre “gobiernos puros” y “gobernantes corruptos de sexenios anteriores”, todo ello tiene, en alguna forma, paralizado al País, que pareciera no encontrar un camino de reconstrucción y de afianzamiento de lo que todavía se tiene y que se sabe que ha funcionado bien.
    Con todo y las dificultades que se vislumbran, es necesario iniciar un proceso de “armonización social” que permita que las partes se hablen entre sí, que se reconozcan y se complementen, que sean conscientes que cuando las políticas públicas, los procesos o los sistemas se armonizan, se obtienen resultados mucho mayores y mucho mejores que los que se obtendrían por cada una de las partes en lo individual.

    En este tiempo de confusión y de incertidumbre en cuanto al futuro, no se han encontrado los líderes ni las organizaciones en los cuales confiar y mucho menos en un cuerpo de ideas alrededor de las cuales se reúnan dirigentes y organizaciones interesadas en buscar nuevos rumbos para México. Si bien existen algunos intentos como “Frena” con empresarios, dirigentes políticos y trabajadores; o bien, México SOS, del cual forma parte el Observatorio de Ciudadanos Comprometidos por un México Digno A.C., que plantea la idea fundamental de que la causa única de la situación tan delicada y comprometida en la que se encuentra México, es “el anacrónico y caduco sistema político” y todo lo demás son sus efectos.

    En cualquier caso, aunque se habla de la necesidad de plantear a los ciudadanos un “Proyecto de Nación”, lo cierto es que sí es necesario plantear ideas básicas positivas y constructivas que constituyan un ideario o un conjunto de principios en cuya realización social sea posible comprometerse.

    Es evidente que la lucha contra la pobreza y la desigualdad es punto de inicio, pero el planteamiento tiene que ser con orden, con conocimiento, buscando más que una dádiva, una remuneración por el esfuerzo de las personas beneficiadas. Una buena parte de la disminución de la pobreza está en el servicio público de salud; la necesidad de una política de atención universal de salud ha quedado más que evidente, dadas las consecuencias de la pandemia.

    La reactivación de la economía y con ello la reactivación del empleo y la mejora en los ingresos de los trabajadores, así como la necesidad de un seguro al desempleo es imperiosa.

    Leyes y políticas contra la corrupción y la ineficiencia siempre serán bien recibidas, sin privilegios y sin impunidad.

    Igualmente, proponer una cultura de participación ciudadana en la que los ciudadanos puedan conocer, opinar y trabajar en las decisiones de gobierno que afectan la vida ciudadana y social.

    Proponer una política pública con estrategias para neutralizar a la delincuencia organizada, con la colaboración de la federación, los estados y los municipios, creando policías con mandos civiles y proceder a retirar al ejército real y al disfrazado en la Guardia Nacional.

    Modernizar todo el Sistema Educativo Nacional e impulsar escuelas de tiempo completo y dignificar las instalaciones materiales de las escuelas.

    Impulsar la cultura de la transparencia y la rendición de cuentas en todos los niveles de gobierno, con instituciones ciudadanas de vigilancia y control.

    Plantear un nuevo convenio federal con estados y municipios, revisando el actual convenio de participación fiscal.

    En fin, promover la cultura de la legalidad y una auténtica división de poderes.
    Estas y otras ideas pudieran ser inicio para la colaboración y la armonización social.