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"ÉTHOS"

"Ancianidad y vejez"

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    rfonseca@noroeste.com
    @rodolfodiazf

     

    Para muchas personas la juventud es la etapa ideal de la vida, mientras que la ancianidad es una época de deterioro y decadencia. Es cierto que los adultos mayores pierden fuerza, vigor y elasticidad, pero ganan terreno en madurez, sabiduría y plasticidad.

    Los jóvenes no logran entender el papel que les corresponde desempeñar en la vida, mientras que la experiencia de los ancianos les permite disfrutar y aquilatar el gozo y oportunidad que contiene cada momento, como afirmó Albert Einstein: “Vivo en una soledad que es penosa en la juventud, aunque deliciosa en los años de madurez”.

    Para comprender mejor la última etapa de la vida es necesario distinguir entre ancianidad y vejez, pues el primer concepto tiene una connotación positiva, mientras que la del segundo es claramente negativa. Anciano significa el que es anterior y va adelante; es decir, el que conoce el camino y puede liderar y guiar a la comunidad. En cambio, el viejo es visto como alguien acabado, consumido y decrépito que ya no tiene ninguna utilidad.

    Ya desde el Antiguo Egipto, en un texto de Ptah-Hotep escrito 2 mil 450 años a.C., se afirmó: “¡Qué penoso es el fin de un viejo! Se va debilitando cada día, su vista disminuye, sus oídos se vuelven sordos, su fuerza declina, su corazón ya no descansa, su boca se vuelve silenciosa y no habla. Sus facultades intelectuales disminuyen y le resulta imposible acordarse hoy de lo que sucedió ayer. Todos los huesos están doloridos. Las ocupaciones a las que se abandonaba no hace mucho con placer, sólo las realiza con dificultad, y el sentido del gusto desaparece. La vejez es la peor de las desgracias que puede afligir a un hombre”.

    ¿Distingo entre ancianidad y vejez? ¿Respeto y valoro a los adultos mayores?