@isaacarangureconacentoenlae
Perdón que rescate el pesimismo en una época del año tan optimista, pero me duele, como ya deja entrever el título, que mientras algunos afortunados pensamos en la cena de Noche Buena y los regalos de Navidad, de acuerdo con la Academia de Derecho Internacional Humanitario y Derechos Humanos de Ginebra en este momento están ocurriendo, en Medio Oriente y el norte de África, 45 conflictos armados activos, entre ellos el de la Palestina, 35 en el resto del Continente Africano, en Asia 21 conflictos en activo, Europa tiene siete, entre ellos el de Ucrania, y seis en la América Latina; así que mientras algunos disfrutamos para otros el mundo arde y me resulta imposible no pensar en ellos.
Arthur Schopenhauer, fue un filósofo alemán del Siglo 19, es conocido por su filosofía pesimista y su influencia en el pensamiento occidental. Schopenhauer desarrolló una visión del mundo que se centra en el sufrimiento humano y la insatisfacción de los deseos. Consideraba que la voluntad es la fuerza impulsora de la existencia y que los deseos son la causa principal del sufrimiento. Propuso que la liberación del sufrimiento puede lograrse a través de la negación de los deseos y la autotrascendencia.
Y es que algunas veces las cosas no son como queremos que sean. El dolor y la tristeza son inherentes a nuestra condición humana, y él sostiene que la existencia está dominada por la insatisfacción y el sufrimiento. Él consideraba que la voluntad es una fuerza ciega e impulsiva que empuja a los seres humanos hacia la búsqueda constante de la satisfacción del propio deseo. Sin embargo, la satisfacción de estos deseos es efímera y nunca nos brinda una verdadera felicidad duradera, en cambio solo crea un ciclo interminable de deseos y decepciones.
Este sufrimiento está profundamente ligado a nuestro apego a la ilusión de satisfacción que nos traerá el deseo cumplido, pero no todo es desolador para Schopenhauer, también sostiene que la solución a este sufrimiento radica en la capacidad que tenemos para centrarnos en la contemplación estética, la compasión hacia los demás y la búsqueda de la sabiduría, sólo así, según él, podremos encontrar un estado de paz y liberación del sufrimiento. ¿Es posible?
¿Cuándo habremos de dejar de desear paz y amor? En medio de estos dolores del mundo, el pesimista de Arthur también invita a encontrar alegría y felicidad, así que toca darnos permiso para sentir amor y paz, pero lo más importante para compartirlo con aquellos que les haga falta y demandarla, por más paradójico que esto sea, para aquellos que viven en el dolor.
Así que deseo que en esta época, sus deseos por la paz en el otro prosperen y el amor inunde sus corazones. Que el mundo vea su sufrimiento apagarse pronto. Felices fiestas, un abrazo fraternal.
Gracias como siempre, por leer y compartir.
Es cuánto.