López Obrador ha entrado a su debacle política. Su autoritarismo y ambición dictatorial van en caída libre. La democracia lo sometió.
AMLO será, de aquí al último día de septiembre de 2024, un Presidente acotado.
Lo ocurrido el domingo pasado, cuando la Oposición unida, coherente y firme derrotó a golpe de votación unánime la regresiva y nociva Ley Eléctrica (en realidad deberíamos llamarla Ley Bartlett porque, en su esencia, junto con AMLO, fue ideada por Manuel Bartlett bajo una visión estatista a ultranza), nos arroja varias lecciones políticas de presente, corto plazo y futuro -léase 2024-, que sacuden el tablero de nuestra política, en un viraje tan inesperado como refrescante para la golpeada democracia mexicana.
¿Qué lecciones nos deja que López Obrador haya sido vencido por la Oposición? Varias y de fondo:
Primera lección: tenemos un Presidente acotado. Con los límites bien marcados por la propia Oposición y que revive aquella máxima lanzada por Vicente Fox en su toma de posesión: “El Presidente propone y el Congreso dispone”. Tenía razón Fox. Esa fórmula es la base para la división de poderes que desde las primeras horas del lunes pasado ha quedado restablecida, vitaminizada y fortalecida -para salud del País-, ante un presidencialismo cada vez más autoritario, dictatorial y por tanto, peligroso, como el que ha pretendido ejercer AMLO. Hay, sin duda, un antes y un después para el régimen de López Obrador con la derrota propinada por el frente opositor. El antes, la Presidencia arrasadora. El después, el sano equilibrio de poderes. Ese equilibrio que, quiera o no, AMLO deberá obedecer como ocurrió con la Ley Eléctrica o Ley Bartlett. La ecuación democrática fue simple, pero efectiva: el Presidente propuso, y el Congreso dispuso. Así.
Segunda lección: hoy tenemos una Oposición más que fortalecida. Contamos con un PAN, PRI, PRD y MC unidos en esta votación y que a la par, juntos, de la mano, con el objetivo de hacer frente a las retrógradas y antidemocráticas reformas emanadas desde Palacio Nacional, se han convertido en el contrapeso que tanta falta le hacía a México. Un poder absolutista, una voluntad de dictador, se contrarrestan con una Oposición fuerte y sin divisiones. Sí, señores: ¡Hay Oposición!
Tercera lección: fue fundamental que Morena haya perdido la mayoría absoluta en San Lázaro en la elección de 2021, y lo del domingo ratifica la importancia de las elecciones intermedias como un referéndum del Gobierno en turno. Seamos claros: si Morena hubiera mantenido, junto con sus aliados Verde y PT esa mayoría absoluta, la Reforma Eléctrica hubiera sido aprobada por las bancadas oficialistas sin mayor problema. Afortunadamente, no fue así. Hoy tenemos la respuesta clara del electorado de lo importante que fue arrebatarle a Morena esa aplanadora legislativa, y en ese mérito, hay que decirlo, mucho tienen que ver los presidentes del PAN, PRI y PRD. Ya sea por conveniencia política, por acuerdo, por sobrevivencia. Como sea. Pero se unieron y vencieron a un Presidente autócrata y a un partido autoritario. Y en política, lo que cuentan son los resultados.
Cuarta lección: las próximas reformas emanadas de los forros y afanes antidemocráticos de López Obrador, ya tienen obituario. Primero, la llamada Reforma Electoral que no tiene mayor propósito que debilitar o hasta desaparecer al INE por parte de AMLO, bajo un claro propósito oscuro y antidemocrático: permitir que las próximas elecciones presidenciales se manejen desde Palacio Nacional o Gobernación, como en los tiempos, precisamente, del gemelo político de AMLO: Manuel Bartlett. Dentro de su locura de poder, el objetivo principal de López Obrador es adueñarse del INE y entregarle en automático la Presidencia de 2024 a Sheinbaum o a Ebrard o a su paisano Adán Augusto. Pero eso era posible hasta antes del domingo. Hoy por hoy, el panorama es diferente: la Oposición ya advirtió que la Reforma Electoral de AMLO no será aprobada. “Hoy es la primera de las tres derrotas que tendrán las reformas de López Obrador”, advirtió el líder del PRI, Alejandro Moreno. Es decir: la también dañina y regresiva Reforma Electoral de AMLO, está, desde ahora, en el ataúd. Y la reforma para que la Guardia Nacional sea controlada y operada por los militares, también estaría muerta.
Quinta lección: y tal vez la más importante a futuro, que para 2024, si se une de nuevo toda la Oposición: PAN, PRI, PRD y Movimiento Ciudadano, estaría en condición de ganar la Presidencia de la República. Sí: unidos, estos cuatro partidos podrían vencer a quien fuera candidato (a) del partido de AMLO, a pesar del abierto intervencionismo presidencial y del aparato de Gobierno. Es de tal relevancia lo registrado el domingo pasado en San Lázaro, que al bloque opositor le alcanzaría sin duda para -independientemente de quien sea su candidato (a)-, triunfar sobre Morena en la próxima elección presidencial.
*****
La soberbia es el pecado de los estúpidos, y con su soberbia al negarse a negociar con la Oposición; con sus aires de dictador tropical que busca someter en lugar de llegar a acuerdos; con sus ataques e insultos a quien piense diferente; con su afán de buscar mascotas en vez de aliados, López Obrador es, sin duda, uno de los principales responsables de la derrota de su Reforma Eléctrica. Aliarse a una historia negra como Manuel Bartlett, es un error mayúsculo.
La Oposición derrotó a la Reforma Eléctrica.
Enterrará también a la Reforma Electoral.
¡Hay Oposición para 2024!