Los ciudadanos están claros: lo que viene realizando el Presidente de la República son obras concretas, de amplio beneficio social. La sociedad en general está convencida de esa realidad, sin corta pisas, en eso hay plena conciencia y, debido a esto, cuenta con un amplio respaldo popular. Coincidimos con quienes tienen plena confianza en la grandeza del pueblo mexicano, hoy por hoy uno de los pueblos más politizados del mundo.

    En el ámbito nacional prevalece un ambiente de optimismo, con ánimos renovados en el futuro próximo, como pocas veces se había palpado, un indicador de que las cosas marchan por buen sendero, la ciudadanía así lo percibe, pese al ruido ensordecedor de los agoreros del desastre que todo lo ven negativo, afortunadamente sus augurios se estrellan en la realidad, el pueblo no se equivoca.

    El 21 de marzo próximo se inicia una nueva etapa en la historia nacional, ese día será la inauguración del Aeropuerto General Felipe Ángeles, en la Ciudad de México, la primera de cuatro magnas obras realizadas por el gobierno del Presidente Andrés Manuel López Obrador. Seguirá la Refinería Olmeca, que se abrirá en julio próximo. El Tren Maya y el corredor Transístmico están programados para terminarse en el 2023.

    Con la terminación de estas monumentales obras el País va a dar un paso de grandes dimensiones, cambiando por completo la situación de los estados del sur, que se habían mantenido olvidados por los sucesivos gobiernos. Hoy la situación ha cambiado para los estados del suroeste de nuestro País, las obras realizadas en esos estados, por su magnitud, serán de mucha trascendencia para toda la nación, no solamente para los estados directamente beneficiados.

    La idea de unir los dos océanos, el Atlántico y el Pacífico, por el estrecho del Istmo de Tehuantepec, data de antiguo tiempo. Algunos presidentes acariciaron la idea, pero ninguno se decidió a emprender esa obra, no tuvieron los arrestos suficientes para emprender tan monumental obra. Fue hasta que llegó el gobierno de la cuarta transformación que se decide construir tan portentosa obra, que va a producir beneficios en toda la nación. ¡Cuándo habíamos visto, en nuestro País, la realización de obras de tal envergadura en un sexenio?

    Y no solo se realizan las obras referidas, también, en la mayoría de los estados, se realizan obras que tienen gran significado para sus habitantes. Podemos poner como ejemplo la obra hidráulica para potabilizar el agua para el consumo humano que beneficiará a los pueblos de la Laguna, en los estados de Durango y Coahuila; lo mismo la construcción de carreteras en los estados, vemos además la apertura de infinidad de distritos de riego en todo el territorio nacional. Por su cantidad y aún más por su calidad estos hechos inéditos perfilan a este régimen como promotor de la reconstrucción nacional. Al término del sexenio el rostro del país va a ser otro, lo decimos con absoluta seguridad.

    Los exabruptos de la oposición no tienen límite, son de un fanatismo desenfrenado, no aceptan la realidad que les golpea el rostro, por eso suenan huecos sus descomunales infundios, mismos que esparcen con un candor penoso, exhibiéndose como mitómanos contumaces, no se miden en sus denuestos trasnochados. Lo bueno es que los ciudadanos los identifican como falsarios, sin el mínimo recato a la hora de mentir de manera grotesca, por decir lo menos.

    Los ciudadanos están claros: lo que viene realizando el Presidente de la República son obras concretas, de amplio beneficio social. La sociedad en general está convencida de esa realidad, sin cortapisas, en eso hay plena conciencia y, debido a esto, cuenta con un amplio respaldo popular. Coincidimos con quienes tienen plena confianza en la grandeza del pueblo mexicano, hoy por hoy uno de los pueblos más politizados del mundo.

    Tenemos que enfatizarlo: en este país se ha iniciado el camino sin regreso en el establecimiento de la democracia; es un imperativo para mejorar la vida de la sociedad y terminar con la impunidad y la corrupción, dos flagelos que se vienen combatiendo con entereza, desterrarlos para siempre de la vida nacional será la proeza que tendrá que realizar la actual generación de mexicanos.

    Los ciudadanos son conscientes de la responsabilidad que les toca en la tarea de consolidar la democracia, por eso participan activamente en las actividades políticas que tienen lugar en este gran país, el poder en manos de los ciudadanos es una garantía para que todo marche sobre ruedas.