‘Alito’ y Marko, los ganones en Sinaloa
El cochinero que dejan a Paola y Roxana
Con los dirigentes nacionales Alejandro Moreno y Marko Cortés anulando a los liderazgos estatales de Paola Gárate y Roxana Rubio, los partidos Revolucionario Institucional y Acción Nacional actúan como si fueran hoy la primera fuerza política, dándose lujos que no se prodigaban ni cuando fueron Gobierno en México y Sinaloa. Del ofrecimiento de ciudadanizar la política han saltado súbitamente a la patética operación de abrirles las puertas a viejos personajes y mafias que le causarán más crisis electorales que las tenidas hasta ahora.
El PRI y PAN, o mejor dicho quienes los presiden en el País, ganarán sin duda a costa de la derrota que ven venir. Moreno y Cortés deben tener un botín político o de otra índole garantizado, de esos reservados para el placer de los ladinos, sin embargo, de tales privilegios ya negociados estará al margen la candidata de la Coalición Fuerza y Corazón por México, Xóchitl Gálvez, a quien hacen parecer rebasada en la construcción de eventuales triunfos electorales.
Sólo de esa manera puede entenderse que el jueves mostraran tanto júbilo Moreno y Cortés al sumar al Partido Sinaloense al Frente Opositor y abrirle el primero un gran zaguán a Mario López Valdez para que aspire a algo, no se sabe a qué, por el partido que en 2010 traicionó de todos los modos posibles. Bienvenido Malova y la marca de corrupción que trae tatuada, sólo para acabalar a los 40 ladrones que caben en la remozada cueva de los Alí Babá prianistas.
La fiesta que los cabecillas del PRI y PAN comparten con el PAS se parece bastante aquella que en 2010 acabó en zafarrancho cuando Malova se le atravesó con todo a Héctor Melesio Cuén Ojeda para cerrarle el paso a la candidatura panista a Gobernador. O al cobijo que en 2016 le dio el PAN al fundador pasista para que fuera su abanderado al Gobierno de Sinaloa y el desdén que terminó asestándole Acción Nacional terminó desbaratando tal disparate.
El ciclo se repite, sin duda. A Cuén le están vendiendo Moreno y Cortés el “espejito” de defenderlo de la supuesta persecución política que realiza contra él Rubén Rocha Moya, pero en realidad lo exprimirán en todo lo que puedan y luego lo dejarán solo. Es decir, es un pacto fincado en la desesperación: al PRIANRD le urgen los votos que le pueda dar el PAS y Héctor Melesio requiere de aliados para transitar la etapa donde el ex Rector de la Universidad Autónoma de Sinaloa, Jesús Madueña Molina, y diez ex funcionarios de la institución educativa, están sujetos a tres vinculaciones a procesos por posibles afectaciones a las finanzas universitarias.
En este tinglado donde los ganones son Alejandro Moreno y Marko Cortés han sido borradas del pódium político estatal tanto Paola Gárate como Roxana Rubio, convertidas en testigos de piedra de arreglos que se fraguan en la capital del País y en Sinaloa sólo se perpetran. Y los electores observan con igual repugnancia que la mostrada desde que en 2018 Andrés Manuel López Obrador y su partido Movimiento Regeneración Nacional han capitalizado el rechazo nacional a prácticas como las que retoman el PRIAN en Sinaloa.
Ahora ha de entender mejor Paola Gárate por qué Cinthia Valenzuela dejó la dirigencia estatal priista y hasta renunció a la militancia en dicho partido. La actual Diputada del recién integrado Grupo Plural le conoció las entrañas al PRI de “Alito”, quiso ser forzada a tragar de esa bazofia sin hacer gestos, y al resistirse le echaron encima toda la gavilla tricolor que acompaña y solapa a Moreno Cárdenas.
Pero a Roxana Rubio no le va tan bien en el PAN estatal porque el Comité Ejecutivo Nacional valora la posibilidad de enviar a Sinaloa a un delegado especial que venga y maneje los tratos que tiene Marko Cortés en los cuales la lideresa no garantiza fidelidad a ciegas. Las cosas que están por verse y que apenas asoman en el horizonte político local necesitaran del sacrificio de muchos panistas de cepa que se aprestan a buscar las candidaturas en juego y que sin nada de pena ya prorratea el repartidor mayor. Y Roxana está en la lista de los que podrían ir al cadalso blanquiazul.
La gran pregunta que dejan en Sinaloa los dirigentes nacionales del PRI y PAN es si Xóchitl Gálvez está aprobando lo que ellos vinieron a consumar. Aunque la candidata presidencial opositora no habla, se sostiene en el silencio que es delator del secuestro político en que la tienen, circulan a toda velocidad las consternaciones, principalmente en priistas y panistas, que presencian la enésima circunstancia de mafias de poder que arrasan con los sentimientos y los ánimos de las militancias.
Y Morena feliz en Sinaloa. Paradójicamente, la mejor campaña para que la Cuarta Transformación refuerce su expectativa de victorias electorales se la están realizando el PRI y PAN. Ni mandada hacer le hubiera salido mejor a la izquierda en el poder la oferta electoral prianredista a tal grado que al sufragar la gente no sabrá si se trata de la boleta electoral o de uno de esos carteles de “Se Busca” propios del Viejo Oeste.
Dejan a Sinaloa enojado,
Con su visita Moreno y Cortés,
Por ese acuerdo no deseado,
Que carece de cabeza y de pies.
Ni las cenizas quedaron de aquel Frente Cívico Nacional que anunció que las más capaces y honestas mujeres y los más notables perfiles de hombres encabezarían las candidaturas en Sinaloa de la hoy renombrada Coalición Fuerza y Corazón por México. En realidad ni tenían la intención de moralizar la acción política y les valía un comino la participación ciudadana. Fueron lo que la sociedad sospechó desde un principio: el encubrimiento para que los perniciosos centralismo y dinosaurismo del PRI y PAN anduvieran con máscaras nuevas.