Amigo lector de Noroeste, entramos en la recta final de año, que aunque se recomiende no hacer reuniones, usted y yo sabemos que lo prohibido es lo que más hacemos, desgraciadamente cuando se vienen las consecuencias de la desobediencia, queremos culpar a terceros.
Usted como un ente social es el único que puede ver por su salud, es cierto que existen una y mil justificaciones para hacer las cosas, pero, si vemos que en un alto porcentaje son más las pérdidas que las ganancias, luego entonces "para qué lo hace", pero usted tiene la última palabra.
El alcohólico es una persona que va acabando poco a poco con su calidad de vida, va presentando degeneración de órganos o infiltrado de los mismos, como grasa en el hígado, cuya gravedad es proporcional al tiempo de adicción y a la cantidad de alcohol consumido. Este proceso puede deberse al aumento de la síntesis de ácidos grasos por parte del organismo, la menor utilización de triglicéridos, la excreción defectuosa de proteínas, la acción tóxica directa de los radicales libres (producidos por el metabolismo del alcohol) sobre el retináculo endoplasmático de las células hepáticas, así como a la dieta típica del alcohólico, que suele ser excesivamente rica en grasa.
Las bebidas alcohólicas son aceptadas socialmente. Cuando se ingieren en forma excesiva, producen una intoxicación que afecta el organismo produciendo efectos leves (mareo) hasta graves (estado de coma), pero sus complicaciones pueden llevar hasta la muerte.
El alcohólico, de acuerdo a la cantidad ingerida y su capacidad de metabolismo al alcohol puede presentar diversos síntomas como: euforia, necesidad de hablar permanentemente, falta de coordinación de los movimientos, sopor e incoherencia, vómitos, delirios, agresividad, contracciones musculares violentas, pérdida del conocimiento y coma.
Cuando es necesario saber cuánto alcohol tiene en la sangre (alcoholemia), se indica laboratorios donde el resultado se reporta así: menor de 0.5 gramos (sin consecuencias), entre 0.5 y 1 gramo (25% de las personas presentan intoxicación), hasta 1.5 gramos (límite de seguridad para conducir vehículos), entre 1.5 g. y 2.48 gramos (el 75% de las personas presenta intoxicación), hasta 2.49 gramos ebriedad moderada, más de 2.5 gramos (intoxicación seria), de 3.5 a 4.5 gramos (coma alcohólico y muerte), más de 5.5 gramos (peligro de muerte o muerte), todos estos parámetros son por litro de sangre.
El alcohol, el órgano que más daña es el hígado, también afecta otros órganos (irritación de la mucosa digestiva del esófago, estómago e intestinos; lesiones cerebrales, del corazón, musculares, genitales, etc.); sin embargo, es el hígado el más dañado debido a que en él se produce la mayor parte de las transformaciones metabólicas, y a que el alcohol es un tóxico que actúa directamente sobre las células hepáticas, ya que se degrada en forma de acetaldehído y acetato, que lesionan el tejido hepático.
Aun así, con todos estos daños que produce al organismo no hay que ser tan catastróficos, ya que el alcohol si se consume en forma moderada y a dosis bajas no se ha comprobado que la ingestión de éste tenga efectos perjudiciales para la salud. Estas dosis bajas van como máximo 100 cc de vino al día, que es equivalente a un vaso pequeño "un caballito" al día. Bien, luego entonces a partir de hoy el consumo de alcohol es su decisión, porque si lo hace de manera no apta, el único dañado es usted.
Para el manejo del alcoholismo, es multifactorial, lo primero es aceptar que se es alcohólico, aceptar el manejo multidisciplinario, que el alcohólico sea paciente, perseverante y estar consciente que todo se revuelve con no consumir alcohol, familiar, psicológico, social y un ambiente libre de acusaciones que se vuelvan soluciones.
También desde esta columna le invitamos a no bajar la guardia, está prohibido. Siga las indicaciones del Sector Salud, lávese las manos, use cubrebocas, careta o lentes, mantenga sana distancia (1.5 metros o más), no exponga a su familia y a terceros. RECUERDE QUE USTED PUEDE LLEVAR LA MUERTE A SU CASA. Sea feliz siempre.