La historia política de México está llena de grandes epopeyas, escritas por los ciudadanos, que han dejado claramente asentado que no permiten que nadie dilapide el patrimonio nacional, tarde o temprano el pueblo se cobra esas afrentas.

    No podemos permanecer al margen del ajetreo político que priva en el territorio nacional, con motivo de la sucesión presidencial y algunas gubernaturas en los estados, presidencias municipales, senadores y diputados federales al Congreso de la Unión. Esta parafernalia política mantiene pendiente a los ciudadanos, que ya analizan las propuestas que se hacen el espectro de los partidos políticos, en unas elecciones que tendrán su epílogo el 2 de junio próximo.

    La ciudadanía está muy al tanto de lo que representa cada partido político, conoce de memoria las trampas de la coalición de partidos de derecha, que buscan cómo acomodar su discurso hipócrita, planteando una cosa en campaña y haciendo lo contrario cuando llegan al poder. Esa ha sido la característica del discurso de la derecha. Sólo que ya no estamos en los tiempos en que el PRIAN tenía la sartén por el mango. Esa estrategia ya no les funciona, porque dejaron una honda huella en el largo periodo que gobernaron con extrema corrupción. Por eso, por más que prometan, no tienen eco en los ciudadanos, quienes conocen demasiado bien sus demagogias de campaña.

    El pueblo de este País es uno de los pueblos más conscientes, políticamente están blindados contra los cantos de sirena que representan los partidos de derecha, a quienes la ciudadanía ha retirado el favor de su voto, sobre todo porque cuando gobernaron dejaron una negra trayectoria. Aún está fresca en la memoria ciudadana el atraco a los bienes de la Nación y los atropellos sin fin a los ciudadanos, su regreso al poder es sencillamente imposible, el pueblo es mucha pieza para que permita ese retroceso político.

    La historia política de México está llena de grandes epopeyas, escritas por los ciudadanos, que han dejado claramente asentado que no permiten que nadie dilapide el patrimonio nacional, tarde o temprano el pueblo se cobra esas afrentas. A eso, agréguele que, en la actualidad, hay un interés porque continúe el rumbo que ha iniciado el gobierno de la cuarta transformación, que ha hecho suya la agenda social de bienestar para todos y no sólo para una minoría rapaz. La ciudadanía, como lo señalamos, está muy clara en el rumbo que ha tomado el país, y lo apoyan de manera irrestricta, están conscientes de la realidad que priva en el ámbito nacional.

    El pueblo no se equivoca en sus expectativas, tiene seguridad en lo que se propone, por su experiencia acumulada durante muchos años, lo que le permite decidir su futuro con certeza, en eso no tiene duda; camina con seguridad de llegar a buen puerto, donde alcance una vida de bienestar para su familia; esa es su meta, no se detiene bajo ninguna circunstancia; todo indica que el futuro le favorece, ya que en décadas no se veía un futuro tan promisorio.

    Siempre hemos enfatizado que el pueblo no se equivoca cuando se trata de engrandecer a la patria. Lo hemos visto a lo largo de la historia, no titubea a la hora de defender sus derechos. Es difícil ver a los ciudadanos apoyando a sus verdugos, por eso en las grandes gestas sociales siempre vemos que el pueblo y los conservadores marchan por caminos opuestos (el pueblo mirando hacia un país de justicia y libertad; la derecha añorando el pasado de corrupción), esa es una realidad objetiva que no cambia.

    Son universos sociales contrapuestos por su propia razón de ser. Es lógica esa actitud histórica de ambos universos sociales, el pueblo y la derecha son como el agua y el aceite, no pueden unirse. Siempre vamos a ver las mismas discrepancias. En la actual coyuntura histórica lo vemos plásticamente en el discurso libertario de unos, en el clasismo prejuicioso de otros.

    Los ciudadanos tienen claridad en lo que se proponen y no se andan con medias tintas, van a votar y lo harán masivamente por continuar la gran transformación del país y lograr un progreso con bienestar para todos.

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