Con los nuevos dispositivos tecnológicos vivimos cada día más conectados, pero también más solitarios; poseemos mayor información, pero sufrimos más incomunicación. Los saludos y abrazos virtuales no compensan la carencia del contacto físico. La cercanía alimenta mucho más que exquisitas viandas.
La soledad buscada nutre y fortalece, pero la soledad impuesta en la actual sociedad frustra y enloquece. “Solía pensar que lo peor de la vida era terminar solo, pero no lo es. Lo peor es terminar con personas que te hacen sentir completamente solo”, expresó el actor Robin Williams.
Por eso, no es de extrañar que la Primera Ministra de Inglaterra, Theresa May, anunciara el miércoles 17 de enero que la Diputada Tracey Crouch será Ministra de la Soledad, pues se trata de una epidemia social debe ser considerada asunto de salud pública, ya que afecta a 9 millones de personas de ese país.
“Para demasiada gente, la soledad es la triste realidad de la vida moderna. Quiero confrontar este desafío para nuestra sociedad y que todos nosotros actuemos para atender a la soledad que padecen los mayores, los cuidadores, aquellos que han perdido a seres queridos, gente que no tiene a nadie con quien hablar o compartir sus pensamientos y experiencias”, destacó.
La Diputada Rachel Reeves precisó que ya no se puede considerar la soledad como un problema de desgracia personal. “Cuando la cultura y las comunidades que antes nos conectaban unos con otros desaparecen, podemos quedar abandonados y excluidos de la sociedad... En las últimas décadas, la soledad ha pasado de desgracia personal a epidemia social. Cada vez más de nosotros vivimos solos. Trabajamos en casa. Pasamos más tiempo del día solos que hace 10 años. A veces parece que nuestro mejor amigo es el teléfono móvil”.
¿Administro mi soledad? ¿Busco compañía?
@rodolfodiaz