Adheridos a la 4T en Mazatlán, heridos
La disciplina de los invitados por Rocha

OBSERVATORIO
    Pucheta y Jáuregui son víctimas de una especie de violencia política, inclusive de parte de sus seguidores, pero sobre todo de las siglas opositoras a Morena, que les quieren meter la idea de que fueron utilizados por quien los invitó a ser parte de aquello que se dice será el segundo piso de la 4T. Hasta hoy han aguantado la carrilla porque aun con la burla desencadenada han decidido seguir colaborando con la construcción de victorias electorales para Sheinbaum y sus candidatos en Sinaloa.

    En momentos en que las ambiciones futuristas están desatadas y la subasta de candidaturas entró al clímax, llama la atención que en el caso de la lista de candidaturas aprobada en Sinaloa por el Movimiento Regeneración Nacional sean los miembros del partido de la Cuarta Transformación los que se inconforman, y aquellos que desde otras siglas políticas se adhirieron a Morena muestren disciplina y condescendencia. A pesar de que anímicamente están golpeados, se aferran como recién adoptados a las trincheras morenistas.

    Como Mazatlán ha significado siempre el laboratorio político que más aporta a determinar las debilidades y fortalezas de la lid electoral, basta con analizar los casos de Fernando Pucheta Sánchez, ex militante del Partido Revolucionario Institucional, y de Celia Jáuregui Ibarra, ex miembro de Movimiento Ciudadano, para desentrañar el momento actual donde la moderación viene de parte de quienes fueron invitados por el Gobernador Rubén Rocha para irse a Morena.

    Pudo ser que existió un cláusula no escrita en la invitación que Rocha Moya les hizo a ex priistas, ex panistas y ex emecistas para que se sumaran a la campaña de la Coordinadora de Defensa de la Cuarta Transformación, Claudia Sheinbaum, estipulando que por lo pronto no participarían en las postulaciones para 2024. O tal vez los “conversos” al morenismo entienden que no pueden aspirar a mucho desde la condición de recién teñidos por la ideología guinda.

    Pucheta Sánchez, por ejemplo, desde la privilegiada posición de puntero en el nivel de conocimiento y posible imán de sufragios que le dan las encuestas de intención del voto, sostiene que así como ha caminado en los meses recientes al lado de Rocha Moya, lo seguirá haciendo esté o no en la boleta electoral. Da por hecho que la lista de Morena que se conoce, de los que ocuparán las candidaturas, es la definitiva. En eso le da la razón al Gobernador.

    Celia Jáuregui, que desde Movimiento Ciudadano aceptó la invitación de Rocha a sumarse al proyecto de Sheinbaum, se ha mostrado en la misma línea de comportamiento de reconocer que quienes debieron tomar las decisiones, entre estos el Gobernador, hicieron lo que les pareció correcto. Apareció también en las encuestas externas bien posicionada para el caso en que la designación en Mazatlán favoreciera a una mujer lo cual le permitió conocer la enorme base social con la que cuenta, pero desde que decidió sumarse a Morena iba consciente de que podría suceder lo que acaba de ocurrir. Es posible que esté afectada, pero se plantó en la actitud de hacer lo que ella considera políticamente correcto.

    Pucheta y Jáuregui son víctimas de una especie de violencia política, inclusive de parte de sus seguidores, pero sobre todo de las siglas opositoras a Morena, que les quieren meter la idea de que fueron utilizados por quien los invitó a ser parte de aquello que se dice será el segundo piso de la 4T. Hasta hoy han aguantado la carrilla porque aun con la burla desencadenada han decidido seguir colaborando con la construcción de victorias electorales para Sheinbaum y sus candidatos en Sinaloa.

    ¿Tienen ellos futuro en Morena o se les acabó con la lista que, según el Mandatario estatal, son fundadas en encuestas y en consensos? Lejos de saberse la respuesta a estas alturas del partido, los compás de espera abiertos se irán cerrando paulatinamente según las circunstancias que vengan en las semanas siguientes. Falta conocer las segundas señales del Gobernador que concretarán los relevos en las licencias que pedirán en sus cargos los pretensos secretarios de Gobierno, Bienestar, de las Mujeres, de Educación y titulares de varias Subsecretarías.

    Igual está pendiente que Morena expliqué cuál es el cálculo que hizo con miras a la elección del 2 de junio que debe estar centrado en aportarle a Claudia Sheinbaum el mayor número de votos. Es verdad que el morenista Édgar González, actual Presidente Municipal, y el ex priista Fernando Pucheta, encabezan las simpatías en la población sufragante, y cierto también que la ex emecista Celia Jáuregui y la ex Síndico Procuradora, Elsa Bojórquez Mascareño, están por encima de Estrella Palacios en la intención del voto.

    Por eso la necesidad de conocer el cómputo de posibilidades que Rubén Rocha, Claudia Sheinbaum y Mario Delgado efectúan en Mazatlán al estar a la vista que el candidato que empuja la Alianza Fuerza y Corazón por México, que es Guillermo Romero apadrinado por Marko Cortés, dirigente nacional del Partido Acción Nacional, adquiere arrastre popular. Inclusive, el sector empresarial mazatleco empieza a voltear hacia el Bloque Opositor que conforman PAN, PRI, PRD y PAS después de que habían decidido jugársela con Pucheta o con Jáuregui, según resultara de la cuestión de paridad de género.

    Parece ya tomada, sin marcha atrás, la decisión de Rocha, Sheinbaum y Morena para Mazatlán, de una candidatura de absoluto color guinda, que echa abajo por lo pronto la expectativa de la mezcla de mixturas políticas que aglutinara a cuatroteístas auténticos y a los adheridos del resto de los partidos. Lo que hay que ver es cómo se instrumentan en Culiacán la operación cicatriz y el control de daños, desde el despacho principal del tercer piso de Palacio de Gobierno.

    Reverso

    La gente de risa lo toma,

    Sin saber lo que en verdad pasó,

    Pues creen que Rocha los dejó,

    A ellos chiflando en la loma.

    El error como arma

    Palo dado ni Dios lo quita y el dirigente del Partido Sinaloense, Héctor Melesio Cuén, y la esposa de éste, Angélica Díaz, batearon a jonrón la pelota que de turrón les lanzó el Diputado de Morena, José Manuel Luque, al incurrir en el enredo verbal que fue interpretado como que le deseó la muerte en esta elección al fundador y líder del PAS. Luque aclaró que es al pasismo al que le dirigió tan mal augurio, pero ya la frase imprudente había corrido como reguero de pólvora.