Desde 2005, La UNESCO celebra el tercer jueves de noviembre el Día Mundial de la Filosofía, para resaltar que es “un recurso indispensable para la convivencia y para toda sociedad libre y pluralista, o que aspira a serlo”, expresó en su mensaje la Directora General, Audrey Azoulay.
“En un mundo cada vez más complejo, donde reina la incertidumbre, donde los cambios sociales y las revoluciones tecnológicas difuminan las referencias establecidas, donde los retos sociales y políticos son inmensos, la filosofía sigue siendo un recurso muy valioso: es un espacio de retiro y desaceleración y, al mismo tiempo, una luz que puede orientarnos”, añadió.
¿Pero, cabe preguntarse, sirve para algo la filosofía? ¿Tiene algún sentido y utilidad? De lo contrario, ¿para qué rendirle un homenaje? Dejemos que sean los mismos filósofos quienes respondan.
“El papel de la filosofía y de los filósofos en la sociedad de hoy es ayudar a hacer preguntas, plantear correctamente los problemas, dar razones de las decisiones que hay que tomar. En pocas palabras, ayudar a pensar”, expresó la española Victoria Camps.
A su vez, el argentino Darío Sztajnszrajber señaló: “Pero la filosofía no resuelve problemas, los crea. No formula preguntas para encontrar sus respuestas, sino que parte de las respuestas instituidas para desmontarlas con su batería de preguntas. En especial con su pregunta predilecta: ¿por qué? La pregunta infantil… La pregunta por el porqué del porqué del porqué”.
El estadounidense Michael J. Sandel precisó: “Lo que me atrajo de la filosofía no fue su abstracción, sino su carácter ineludible y la luz que arroja sobre nuestra vida cotidiana. Entendida de esta manera, la filosofía pertenece no solo al aula, sino a la plaza pública, donde los ciudadanos deliberan sobre el bien común”.
¿Descubro la utilidad y actualidad de la filosofía?
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