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"Opinión"

"A dos años del triunfo histórico democrático del pueblo de México"

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    El pasado 1 de julio, se cumplieron dos años del triunfo electoral de la coalición Juntos Haremos Historia (Morena, PT y PES) que llevó a Andrés Manuel López Obrador a la Presidencia de la República. Preciso: ¡Fuera vanidades! fue AMLO el que generó el triunfo de la propia coalición. Su llamado a votar por todas las candidatas y candidatos hizo gobernadores y alcaldes, construyó la mayoría legislativa del Senado, la Cámara de Diputados y la mayoría de los Congresos locales del país.

    Las encuestas hoy lo siguen señalando. El Presidente tiene una aprobación por encima del partido Morena, pero la marca Morena está mejor posicionada que cualquier personaje o aspirante a aparecer en la boleta de 2021. En otras palabras, Morena podría ganar una elección casi con cualquier candidata o candidato que postule. Ojo, casi con cualquier candidata o candidato que postule. Casi.
    Sin embargo, a dos años del autodenominado “triunfo histórico democrático del pueblo de México”, aparecen lecciones que ciudadanos y militantes (como es mi caso) debemos reflexionar.
    El primero tiene que ver con la carencia de institucionalidad de la vida interna del partido, pasando por el proceso de selección de las y los candidatos. De manera específica la revisión del procedimiento conocido como “la tómbola” que sin ningún filtro permite hacer candidatos plurinominales, del que por cierto, hay que decirlo, han salido honorables representantes populares, pero también, bochornosos personajes sin la más mínima formación política. Grave error.
    En palabras de Porfirio Muñoz Ledo, el controvertido y experimentado legislador morenista, señala que la tómbola es un proceso selectivo “lamentable y carente de ideología” que dificulta el debate parlamentario. No han sido pocas las veces en que don Porfirio enfrenta con valentía a la mayoría parlamentaria de Morena. Estoicas han sido sus posiciones y gallardos sus argumentos. “Yo pido democracia dentro del movimiento porque la tuvimos. Triunfamos con banderas democráticas y es un partido que debe trabajar democráticamente... fiel a sus principios y a la 4T”, señala en entrevista al periódico Reforma.
    De la posición de Muñoz Ledo, rescato la importancia del debate y la autocrítica como elementos fundamentales de toda organización política democrática. La complacencia es fruta envenenada que nos aproxima velozmente al fracaso. En Morena hay lecciones que demuestran la existencia de militantes y gobernantes congruentes, pero también, por desgracia, a desorbitados que se alejan de los principios que 30 millones de personas votaron.
    Avanzar con el proyecto que se propone, no cambio, sino transformación de la vida pública, requiere de un partido fuerte que acompañe al Presidente de la República, a sus gobernadores y legisladores, como brújula indispensable de las acciones de gobierno.
    No obstante, desde el triunfo electoral del 1 de julio de 2018, el partido vive la desgracia de la crisis política en lo nacional que se refleja en lo local. Por ello, avanzar cuanto antes al proceso electivo, o debido a la pandemia del Covid-19, a un gran acuerdo, sin dejar de lado los mecanismos democráticos y transparentes, debe ser premisa fundamental. En el caso de las entidades federativas, las militancias locales deben asumir la responsabilidad de empujar acuerdos para hacerse cargo de su propio partido. Es lo menos que puede hacer el partido que se propone transformar democrática y pacíficamente al país, a dos años del gran triunfo electoral y a seis de su fundación.
    ramirezleond@hotmail.com