¿A dónde se los llevan?

14/01/2025 04:02
    La desaparición de personas es la principal violencia de la guerra entre los Guzmán y los Zambada y las autoridades están todavía muy lejos de ser eficaces en contenerla, más aún de prevenirla.

    Desde el 25 de julio de 2024, ese jueves que secuestraron a “El Mayo” y mataron a Cuén en el mismo sitio, en Sinaloa han privado de la libertad al menos a 950 personas, de las cuales el 63 por ciento permanece como desaparecidas. Otro 8 por ciento ha sido hallada asesinada y el resto, 29 por ciento, ha sido localizada con vida.

    La gran pregunta es ¿dónde están esas 600 personas que se llevaron y no han regresado con sus familias? Y de ellas se desprenden muchas otras interrogantes: ¿para qué se los llevan?, ¿qué hacen con ellos?, ¿viven?

    Uno se hace de vez en cuando esas preguntas para entender el fenómeno, pero las familias de los desaparecidos se las hacen todos los días, a cada rato, y no dejan se hacérselas nunca: ¿dónde está su ser querido?

    La gran mayoría de los desaparecidos de esta guerra en Sinaloa son jóvenes hombres que rondan los 30 años en promedio; aunque también hay 51 mujeres ausentes, 22 de ellas en Culiacán y el mismo número en Mazatlán.

    Son preguntas que no tienen respuesta precisa pero sí tenemos algunas pistas que nos permite intuir que hay detrás. Por ejemplo, este fin de semana, tras un operativo en Zapotillo, en Mocorito, el ejército detuvo a una persona y rescató a cinco privadas de la libertad, una de ellas ya había muerto.

    De los liberados sabemos que al menos dos habían sido privados de la libertad en Culiacán días antes, ambos estaban golpeados y tenían heridas de bala. Entre las armas decomisadas hallaron una espada ensangrentada, presumiblemente usada para la tortura.

    Antier, en otro operativo en El Tecomate de La Noria, en Mazatlán, el Ejército detuvo a cinco delincuentes y liberó a dos personas secuestradas de las que no tenemos mayor información. Esa comunidad está casi en el límite con Durango, cerca del Río Presidio.

    “Parece que se los llevan al monte, a trabajar”, me dijo hace poco una integrante de un colectivo de buscadoras. Se supone que las autoridades lo saben y que ya se implementan operativos de búsqueda con las pistas y los datos que los familiares de las víctimas les proporcionan. Pero fuentes oficiales me confirman que difícilmente logran encontrarlos. Lo que hace pensar que los criminales mantienen a sus cautivos en constante movimiento en zonas de muy difícil acceso. De hecho, en videos de redes sociales, los testimonios de gente torturada apuntan a ese mismo método.

    La desaparición de personas es la principal violencia de la guerra entre los Guzmán y los Zambada y las autoridades están todavía muy lejos de ser eficaces en contenerla, más aún de prevenirla. Más del 95 por ciento de las 269 personas que han sido halladas con vida hasta ahora, son personas que tuvieron la suerte de ser liberadas y que no fueron encontradas tras una investigación.