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PUERTO VIEJO

A 113 años...

    osunahi@hotmail.com
    La situación continúa prácticamente igual; una cadena gubernamental operada por gente, en la mayoría de los casos, que ve el servicio público como una oportunidad de negocio. Es más que evidente la riqueza acumulada por los no pocos pícaros que se dicen servidores del interés público.

    20 de noviembre de cada año, es la fecha en la que se conmemora un aniversario más del inicio de la Revolución Mexicana, lo cual, sucedió el domingo 20 de noviembre de 1910, en apego a la proclama de Francisco Ignacio Madero, expresada en el documento conocido como Plan de San Luis. Dicho proyecto fue elaborado por Madero y sus ideólogos, el 5 de octubre de dicho año, estando el llamado Apóstol de la democracia, en San Antonio Texas, en virtud del destierro al que estaba sujeto por las fuerzas represivas del dictador Porfirio Díaz Mori.

    Francisco I. Madero y sus correligionarios por medio del Plan de San Luis, incitaban a toda la nación a levantarse en armas, justo el domingo 20 de noviembre a las seis de la tarde.

    El llamado de Madero tuvo eco; el movimiento prendió y se derramó sangre a lo largo y ancho del territorio nacional, concluyendo más menos una década después, pero a la fecha, muchos de los postulados que motivaron el movimiento armado continúan vigentes, ya que la clase política receptora de los acuerdos que pusieron fin a la lucha armada, en otros planos, vamos a decir, menos violentos, ha continuado con el conflicto, ya que los mueve no el cumplimiento de las metas revolucionarias, sino la codicia de controlar el poder y de todo lo que de ello se deriva. A las pruebas me remito.

    De la parte introductoria Plan de San Luis, del trascendental documento para la vida nacional, destaco los siguientes fragmentos, tratando de definir el encuadre de la presente colaboración. Va el primero.

    “...En cambio de esa tiranía, se nos ofrece la paz, pero es una paz vergonzante para el pueblo mexicano, porque no tiene por base el derecho, sino la fuerza; porque no tiene por objeto el engrandecimiento y la prosperidad de la patria, sino enriquecer a un pequeño grupo que, abusando de su influencia, ha convertido los puestos públicos en fuentes de beneficios exclusivamente personales, explotando sin escrúpulos todas las concesiones y contratos lucrativos”.

    Seguramente el lector estará de acuerdo conmigo, al asegurar que la situación continúa prácticamente igual; una cadena gubernamental operada por gente, en la mayoría de los casos, que ve el servicio público como una oportunidad de negocio. Es más que evidente la riqueza acumulada por los no pocos pícaros que se dicen servidores del interés público.

    Va el segundo, que hasta parece nota actual de la gente que levanta opinión a través de los medios de comunicación.

    “Tanto el poder Legislativo como el Judicial, están completamente supeditados al Ejecutivo; la división de los poderes, la soberanía de los Estados, la libertad de los Ayuntamientos, y los derechos de los ciudadanos solo existen escritos en la Carta Magna...la justicia, en vez de impartir su protección al débil, solo sirve para legalizar los despojos que comete el fuerte; los jueces, en lugar de ser representantes de la justicia son agentes del Ejecutivo, cuyos intereses sirven fielmente; las Cámaras de la Unión no tienen otra voluntad que la del Dictador, Los Gobernadores son designados por él, y ellos, a su vez, designan e imponen de igual manera a las autoridades municipales”.

    A 113 años de que el coahuilense y sus colaboradores, entre los que se contaban los hermanos Ricardo y Enrique Flores Magón, denunciaban muchos de los porqués se excitaba al pueblo a tomar las armas para derrocar a Porfirio Díaz, continúan vigentes, como lo está una clase política rapaz que para esta conmemoración, anualmente se rasga las vestiduras hablando de justicia social, pero que dentro de sus propósitos, no cabe la construcción sólida de un ambiente de justicia y bienestar para la población ¡Buenos días!