En México el agresor está muy cerca de la víctima en la enorme mayoría; los datos de naciones tan distintas como España, Estados Unidos o Egipto comprueban esta tendencia.
    La sociedad todavía es patriarcal y las violencias, todas, son machistas. Hoy es un momento oportuno para recordar que, a su prevención, combate y erradicación estamos convocados todas y todos desde la trinchera en que participamos.

    “La violencia de género contra las mujeres es estructural porque el orden social es patriarcal”. Así explica la antropóloga Marcela Lagarde las modalidades de violencia que sufren las mujeres y que están contenidas en la legislación que ella ayudó a impulsar.

    Las violencias de género, desde las menos fáciles de detectar por el grado de normalización social que tienen -chantajes, ley del hielo, bromas hirientes o stalkear en redes sociales-, hasta las más evidentes por el daño físico que provocan o hasta el extremo atroz del feminicidio, deben ser prevenidas, combatidas y erradicadas. Para recordar ese objetivo es que existe el 8M.

    La historia de este día se remonta a 1875, cuando 129 trabajadoras textiles fallecieron víctimas del incendio que consumió la fábrica en la que habían sido encerradas en castigo por la huelga que convocaron para exigir un salario igual al que percibían sus compañeros hombres por el mismo trabajo.

    En la II Conferencia Internacional de Mujeres Socialistas, Clara Zetkin proclamó al 8 de marzo como el Día Internacional de la Mujer Trabajadora, para honrar a las mujeres caídas en la huelga y como recordatorio de la lucha por la justicia laboral. En 1975, la ONU lo designó oficialmente como el Día Internacional de la Mujer. Y aunque han pasado muchas décadas, la lucha por la igualdad sustantiva, seguridad y justicia sigue en todo el mundo.

    Una muestra de lo que observamos en nuestro país es que entre 2019 y lo que va de 2022, de las 119 mil atenciones que el Consejo Ciudadano para la Seguridad y Justicia de la Ciudad de México ha brindado a mujeres, más de nueve mil son por violencia familiar.

    Aunque la mayoría se acercó por temas de agresiones psicológicas (85 por ciento) y físicas (71 por ciento), tres de cada cuatro reportaron padecer más de uno de los cinco tipos que clasifica la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia; a los mencionados se suman la económica, patrimonial y sexual.

    El 84 por ciento de esos abusos fueron perpetrados por parte de su cónyuge, concubino, ex pareja o novio. En otras palabras, en México el agresor está muy cerca de la víctima en la enorme mayoría; los datos de naciones tan distintas como España, Estados Unidos o Egipto comprueban esta tendencia.

    La sociedad todavía es patriarcal y las violencias, todas, son machistas. Hoy es un momento oportuno para recordar que, a su prevención, combate y erradicación estamos convocados todas y todos desde la trinchera en que participamos.

    En el Consejo Ciudadano este 8M, como cada día, le recordamos a las niñas y mujeres que no están solas. Somos parte de una cadena de auxilio en la que participan Semujeres, la Fiscalía General de Justicia, la Secretaría de Seguridad Ciudadana y el DIF a través de nuestro servicio gratuito, 24/7 y confidencial en la Línea Mujer y Familia y el Chat de Confianza, 55 5533 5533.