Si el 19 de octubre de 2019, según numerosos observadores y analistas de la realidad mexicana, fue la fecha que confirmaba una especie de pacto de no agresión, e incluso de acuerdo político, entre el gobierno de López Obrador y el Cártel de Sinaloa, ¿el 5 de enero será el código de la ruptura?

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    ¿Esta fecha irá a ser un nuevo parteaguas en la historia de la 4T y del Cártel de Sinaloa?

    Si el 19 de octubre de 2019, según numerosos observadores y analistas de la realidad mexicana, fue la fecha que confirmaba una especie de pacto de no agresión, e incluso de acuerdo político, entre el gobierno de López Obrador y el Cártel de Sinaloa, ¿el 5 de enero será el código de la ruptura?

    Para el especialista en temas de seguridad Carlos Pérez Ricart, quien escribe en las páginas de Noroeste, la detención de Ovidio desbarata la conjetura de que había un acuerdo entre el cártel y la 4T. No obstante, para Ricardo Ravelo, periodista especializado en temas de seguridad, y para numerosos observadores en todo el País, incluyendo en primer lugar los de Sinaloa, Sonora, y las dos Bajas, sí ha habido múltiples evidencias, sobresaliendo las electorales, de que han sobrado abrazos entre los morenistas y el Cártel de Sinaloa.

    Esto, entonces, quizá quiera decir, que se rompe el acuerdo con “Los Menores”, como ayer llamó el General Cresencio Sandoval a los hijos de El Chapo, pero no con las otras dos fracciones, la de “El Guano”, hermano de Joaquín Guzmán, y la de “El Mayo”. Esto solo el tiempo lo dirá. Lo único evidente es que después de la detención de “El Ratón” va a ser muy difícil restablecer acuerdos, si es que los hubo, entre la 4T y la fracción de “Los Chapitos”.

    Una especie que inmediato surgió el jueves 5 de enero- nuevamente un fatídico jueves- tanto en las redes sociales como en círculos políticos y periodísticos locales y nacionales, es que la detención de Ovidio era resultado de las exigencias de Joe Biden ante su próxima visita. No obstante, expertos como Mike Vigil, ex director de Operaciones Internacionales de la DEA, consultado por SinEmbargo.MX, sostiene que eso es casi imposible: realizar un operativo de esa envergadura para que coincida con la visita del Presidente de Estados Unidos es extremadamente complicado. Vigil no cree que eso haya sido así. Mera coincidencia, dice él.

    Si fue así, de cualquier manera, a López Obrador le ayuda enormemente que la detención se haya dado en este momento porque el tema de la inseguridad y el narcotráfico es central en la agenda que comparten los dos países, y AMLO podría decir a Biden y a muchos en México: “esta es una muestra de que no hay pactos con el Cártel de Sinaloa”.

    Por otra parte, si se dice que el Cártel de Sinaloa fue un aliado de la 4T en 13 de 15 elecciones estatales pasadas ( Ricardo Ravelo, dixit), en el 2024, ante la disminución de la popularidad de AMLO y de Morena, ¿no sería un gravísimo error político romper y enfrentar a “Los Menores” en el marco de las próximas elecciones presidenciales?

    Ahora bien, según habitantes del sur del estado, no en elecciones estatales sino en las más pequeñas y aparentemente insignificantes pero territorialmente importantes, las de síndicos y comisarios municipales de 2022, “Los Chapitos” inhibieron el voto en favor de Morena y alentaron otra opción electoral. Si esto es cierto, los acuerdos políticos entre los hijos de Joaquín Guzmán y Morena, al menos en Sinaloa, serían muy volátiles y se pueden romper muy fácilmente.

    En este contexto, si también hay acuerdos políticos con las otras dos fracciones del cártel, ¿dónde y cómo se expresan?, porque los habitantes de los municipios sureños solo hablan de “Los Menores”.

    Todo lo anterior nos diría, entonces, que no podemos hablar del Cártel de Sinaloa como una unidad homogénea y menos en términos políticos.

    Pero, pero..., si en condiciones de crisis o de emergencia el Cártel de Sinaloa actúa al unísono, férrea y unificadamente, como dicen fuentes periodísticas de Culiacán actuaron el 19 de octubre de 2019, entonces, habría que esperar a ver qué postura asumieron el jueves y de ahora en adelante frente a la 4T.

    Si el Gobierno federal, y particularmente las Fuerzas Armadas, siguen actuando como lo hicieron el jueves, al Cártel de Sinaloa no le conviene una guerra abierta. El Ejército Mexicano demostró que tiene la inteligencia, estrategia y capacidad de fuego para ganarle otras batallas a los capos sinaloenses hasta , si no desparecerlos porque el narco es una industria inmensa, sí diezmarlos significativamente.

    No sabemos qué va a pasar en los próximos días y meses. Por lo pronto los hijos de “El Chapo se replegaron las siguientes horas.

    En el escenario político internacional, con repercusiones nacionales relevantes, no es descartable que el Gobierno de México busque negociar la extradición de Ovidio Guzmán a cambio de que Estados Unidos le entregue más información de Felipe Calderón, a través de la que haya soltado Genaro García Luna. En Palacio Nacional y en la SRE están convencidos de los acuerdos de Calderón con el crimen organizado durante su sexenio y quieren tenerlos en la mano para utilizarlos en 2024. Esto sería lo más valioso de la detención del menor Guzmán para la 4T.

    Por otra parte, en las redes sociales a nivel estatal no le está yendo nada bien al gobierno del doctor Rocha Moya -quien ha insistido que el Gobierno federal no le avisó del operativo- por su manejo de la información. Por no agitar más las flamas del incendio, mucha gente dice que el Gobernador ha minimizado la violencia que se desató. Es decir, es posible que, al menos coyunturalmente, la imagen del Gobierno de Sinaloa se debilite, pero a nivel nacional la detención de Ovidio Guzmán podría fortalecer a López Obrador.

    Ya veremos.