2025, construyamos una nueva historia del mar

Atarraya
04/01/2025 04:02
    Cada inicio de año representa una oportunidad para replantearnos objetivos y trazar un plan para lograrlos. Este 2025 comienza con un gobierno nuevo que ha dado señales de mayor apertura y priorización de la agenda ambiental, las energías renovables y el impulso a los pequeños productores.

    El gobierno de Claudia Sheinbaum plantea un horizonte enfocado en impulsar las energías renovables en aras de un México soberano en términos energéticos. Para lograrlo, se requieren varias acciones, pero hay una por donde se debe comenzar este año: mantener el legado de López Obrador y evitar la apertura de concesiones para la explotación de petróleo en el Golfo de México a empresas trasnacionales. Desde 2018 no se abren las rondas de explotación petrolera, y esto debe continuar.

    Rumbo a las metas 30x30, México está cerca de alcanzar la protección del 30 por ciento de su mar territorial. Sin embargo, es imprescindible que las Áreas Naturales Protegidas tengan programas de manejo que aseguren su gobernanza de la mano de las comunidades costeras, eliminen las actividades extractivas perjudiciales y garanticen recursos materiales y humanos para su adecuado cuidado. En este año, la Conanp debe avanzar de manera contundente en la creación de dichos programas. Dos son de especial interés para Oceana, dada la importancia de los ecosistemas que protegen: Parque Nacional Bajos del Norte y Parque Nacional Arrecifes del Golfo de México-Sur, ambas creadas en 2024.

    En el ámbito pesquero, la deuda de los gobiernos anteriores es mayor y las prioridades son varias. La primera es crear el reglamento de la ley de pesca, que carece de él desde que se generó en 2007. Esta grave omisión ha propiciado la ilegalidad y la gestión deficiente de los problemas pesqueros.

    Lo segundo es incluir una reforma a la ley de pesca que faculte a la Conapesca, la autoridad pesquera mexicana, a restaurar pesquerías cuando éstas se encuentren en deterioro o en vías de estarlo. La escasez de peces precariza aún más la situación económica de los pescadores y sus familias, agravando la pobreza. Este año al menos debería aprobarse esta ley en alguna cámara del Congreso.

    Tercero, México debe comenzar a combatir la pesca ilegal, y para ello se debe crear una política pesquera que la combata, con objetivos claros, indicadores y que establezca una adecuada coordinación de las autoridades que atienden este problema: Conapesca, Profepa y Semar.

    Cuarto, con la finalidad de contribuir al combate de la pesca ilegal y asegurar mercados internacionales, México debe implementar medidas de trazabilidad de pescados y mariscos. Estas acciones permitirán rastrear a los pescados desde la embarcación hasta el consumidor final, reduciendo la comercialización de productos ilegales y cumpliendo con estándares internacionales que cada vez más exigen trazabilidad.

    Quinto, la participación del sector pesquero en la toma de decisiones es fundamental para asegurar una actividad más ordenada y que atienda las necesidades de todas y todos, no sólo de la pesca industrial. Por lo tanto, este año es ideal para reactivar el Consejo Nacional de Pesca y los consejos estatales. Algunos funcionan bien, pero la mayoría no sesionan ni involucran una amplia representación.

    Finalmente, México debe dejar de “pescar a ciegas”. El IMIPAS requiere recursos para investigar el estado de las pesquerías, mitigar el impacto del cambio climático y desarrollar propuestas de pesca sustentable. Pero aun cuando los recursos sean escasos, el IMIPAS debe crear mecanismos para incluir las evaluaciones de la academia, organizaciones civiles y de los propios pescadores, asegurando contar con la mejor ciencia disponible que, ante la falta de presupuestos, puede ser la creada por las propias comunidades. Hay que desarrollar los mecanismos para incorporar esos saberes.

    Este año pinta bien, pero los recursos limitados de las autoridades mexicanas complicarán los esfuerzos por proteger los mares. Más cuando el océano sigue siendo presa de la contaminación, especialmente la plástica, que inunda los mares con plásticos mortales para la vida marina. En este contexto, las empresas plastiqueras presionan a los políticos, quienes ceden su obligación de proteger nuestros derechos y continúan permitiendo que se creen plásticos innecesarios.

    2025 será crucial para establecer las bases de una política robusta de mares y costas, así como una política pesquera con instituciones sólidas y marcos legales efectivos. Si no aprovechamos esta oportunidad, será difícil restaurar la abundancia de los mares mexicanos.

    Por su biodiversidad, México es un país fundamental para el planeta. Las y los mexicanos tenemos la obligación moral de dar las batallas necesarias para garantizar que las generaciones futuras puedan disfrutar de la variedad biológica de nuestros mares. No podemos permitir que un solo animal marino se extinga, debemos dejar este planeta en mejores condiciones de como lo encontramos. El gobierno de Claudia Sheinbaum puede ser el que cambie la historia del mar y, con ello, construir el legado planetario más importante.

    La autora es Renata Terrazas, directora Ejecutiva de Oceana en México.

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    @oceanamexico