"Más que el viento, es nuestra inconsciencia la que nos mata"

"Más que el viento, es nuestra inconsciencia la que nos mata"

    Sr. Director editorial

    Como todos sabemos, durante la madrugada del pasado miércoles 21 de octubre, los habitantes de Mazatlán y el Sur de Sinaloa sufrimos los embates de la tormenta tropical "Rick". Evento pronosticado para unas horas después, se presentó horas antes para hacernos pasar una desvelada o desmañanada que ahora es motivo de plática en todos los estratos sociales del puerto pero, en descargo de nuestro servicio meteorológico y autoridades de todos los niveles que han sido objeto de críticas por no haber afinado, creo que a los pronósticos de esta naturaleza hay que tomarlos en serio y con las debidas precauciones, fenómenos de esa naturaleza son todavía impredecibles y eso nos obliga a mantener nuestras preocupaciones frente a la incertidumbre. Horas antes u horas después, lo cierto es que tuvimos tormenta, y que bueno que fue en la madrugada y no en horas hábiles, si no el desastre hubiera sido mayor.
    Lo que si era predecible y es necesario que autoridades y ciudadanía tengamos en cuenta, son los resultados negativos a la vista y que son hijos de nuestra escasa cultura de prevención, un mal comportamiento social ante estos eventos de la naturaleza y las pobres condiciones medio ambientales en las que desarrollamos nuestras actividades cotidianas.
    Es sabido que los árboles deben podarse y más en temporada de lluvias, pero no lo hacemos, resultado: árboles caídos, arrojados al suelo por el viento. Con ellos se vienen al suelo cables de teléfono, televisión y energía eléctrica y caer encima de techumbres o en vehículos y finalmente para obstruir la vialidad o lo peor caer en los canales y evitar el desfogue del agua. En los canales de Infonavit Playas y Colonia Pueblo Nuevo existen árboles que crecen sin ningún cuidado. En otros canales la situación es similar.
    También sabemos que la basura que arrojamos al suelo, la bolsita, el vaso o la botellita de plástico en algún momento es arrastrada por las corrientes de lluvia a las alcantarillas, rejas, de drenaje y canales de agua pluvial, resultado: obstrucción de alcantarillas, encharcamiento de calles e inundaciones que afectan casa y bienes muebles de todo tipo.
    Desde hace mucho tiempo se viene insistiendo en la regulación de la publicidad que se monta en techumbre, en estructuras, en puentes y armazones las cuales constituyen la principal fuente de contaminación y afeamiento visual de nuestras calles. La novedad es que hoy con el uso de lonas plastificadas el riesgo es menor, pero las estructuras y columnas publicitarias se vienen abajo. En el malecón de nuestra ciudad las autoridades han querido ocultar las ruinas de una ex discoteca que con anuncios de eventos culturales e información turística hoy que pasó el viento tenemos como resultado que las lonas volaron y la Franki Oh se muestra como una muela con caries. Estamos amolados y mostrando ruinas como esa y otras más, nuestra imagen se desploma. Así, muchos espectaculares por distintos rumbos de la ciudad volaron dejando a la vista o por los suelos la estructura en que se sostenían. Podrá el Ayuntamiento aprovechar la recta y solicitar a los publicistas formas menos agresivas de anunciar.
    Tenemos entendido que como destino turístico, el principal tesoro que tenemos son nuestras playas y en tiempos de "normalidad" autoridades de todo tipo permiten la construcción de muchas cosas sobre las mismas, desde las plazoletas del malecón, hasta las palapas, autoridades y privados, todos se han sentido con derecho de cimentar, de hacer piso de cemento, levantar muros de cemento y ladrillo que luego de nada sirven frente a la fuerza de las olas y del viento, convirtiéndose en escombros, resultado: hoy nuestra Playa Norte, desde el área de los pescadores hasta la punta del Camarón tenemos escombro regado por todos lados y playas erosionadas. Lo mismo sucede en la Isla de la Piedra y así deben estar las playas que permanecen ocultas a simple vista por las construcciones de hoteles en la Zona Dorada desde el Sábalo hasta Cerritos. Acaso esperamos que la decidía e indolencia acaben con nuestras playas, las únicas que tenemos y que debemos cuidar como la joya más preciada.
    Así, árboles mal cuidados, basura de todo tipo, espectaculares y construcciones en la playa se nos revelan como los principales problemas ante el paso de tormentas, que como "Rick" seguirán pasando por nuestra ciudad y comunidades del sur de Sinaloa.
    Urge que las autoridades y ciudadanía tomemos conciencia, y sobre todo medidas que nos permitan superar con mayor facilidad los desastres naturales a los que inevitablemente estamos expuestos.

    Luis Antonio Martínez Peña
    Profesor Facultad de Ciencias Sociales UAS