"La discreta Primera Dama"
A no ser por Margarita Zavala, la esposa del Presidente, dos de los temas que más duelen a las mujeres sinaloenses, las adicciones y la prostitución infantil, hubieran quedado como hueco discurso oficial.
En esos círculos fríos, el de "foros regionales" sin calor humano, donde la gente de la calle está ausente, y que utilizan políticos ansiosos de promoverse.
La presidenta del DIF nacional habló como mujer, madre, esposa. Le puso rostro a las cifras sobre víctimas. Habló del sufrimiento que hay detrás de vacíos legales, del que se aprovechan quienes abusan de niños y los utilizan como una mercancía.
Detrás de cada caso de prostitución infantil, de cada drogadicto, dijo, hay un padre o una madre sufriendo.
Pidió cerrarles las puertas, a través de reformas a las leyes estatales.
Su tono contrastó con el acartonado y tedioso discurso el ombudsman nacional José Luis Soberanes, del presidente del Senado Manlio Fabio Beltrones y del Gobernador Jesús Aguilar.
A la primera visita de Zavala se sumó también la de José Luis Soberanes, quien vetara ante el Gobernador, según luchadores de derechos humanos, a Óscar Loza Ochoa para la presidencia de la Comisión de Derechos Humanos local, y luego promoviera al actual ombudsman Juan José Ríos Estavillo.
Zavala no perdió oportunidad para evocar sus años como ex Diputada federal. A sus ex compañeros Alejandro Higuera, Diva Gastélum, Jesús Vizcarra.
Fue Lorena Clouthier, esposa de Heriberto Félix y coordinadora nacional de la red voluntariado del DIF nacional, quien la acompañó en toda la gira por Culiacán, donde pasó por un hotel sitiado por militares, policías, Estado Mayor Presidencial, y vigilado desde el aire, por helicópteros del Ejército.
Los políticos en busca de nuevos cargos y ambiciones pasaron a segundo plano. Mario López Valdez, Jesús Vizcarra, Francisco Javier Luna, Pablo Moreno Cota. Liderazgos sociales ausentes. Burócratas por doquier. Un intérprete para sordomudos traído por la CNDH, y que nadie supo explicar a quién se dirigía.
El discreto vestir de Zavala contrastaba con el de las funcionarias y políticas asistentes. Ella, sin joyas ni ropa de marca para presumir.
"¡No doy entrevistas!", se disculpaba una y otra vez, para marcar su raya del protagonismo que caracterizó a su antecesora. Su último encuentro fue privado.
El Gobernador la despidió, mientras ella se iba con Lorena Clouthier.