"Historia olvidada en El Rosario"

EL ROSARIO._ ¿Quién pudiera imaginar que en medio de las montañas rosarenses y cobijados por la abundante vegetación se encuentran huellas del paso de civilizaciones antiguas, algunas de ellas cubiertas por el tiempo y el olvido, pues nadie se interesa por rescatarlas a pesar de que son muestra fehaciente de una parte de la historia del municipio?
Piedras labradas y otro tipo de vestigios, con diferentes formas y grabados dispersos en la sierra rosarense, hasta ahora son sólo conocidos por los pobladores de las comunidades y algunos estudiosos.
En la comunidad de Matatán, a por lo menos 3 kilómetros, sobre el Río Baluarte, se encuentra una de las muchas piedras labradas de la zona, pues la mayoría fueron sepultadas por la corriente del río y con ellas parte de la historia y cultura de civilizaciones antiguas que habitaron en el municipio.
De los lugares donde hay petroglifos, los más visitados son los que se encuentran en Santa María, en un lugar mejor conocido como Los Otates.
De acuerdo al historiador Guillermo López Estrada, el lugar más importante de la historia prehispánica de El Rosario, además de Chametla, fue Maloya, ya que en esa época era uno de los señoríos de la región, esto por la ubicación de las piedras labradas.
Los símbolos grabados en las piedras son muy parecidos, aunque según el historiador, puede deducirse que funcionaban como señalamientos de las antiguas generaciones y las colocaron en caminos y brechas para identificarlos, aunque se desconoce una interpretación real del significado. Se especula que pudieron haber formado parte de una ruta que siguieron los aztecas.
Figuras de animales, espirales de diferentes tamaños, rostros y otros símbolos es lo que se aprecia en la superficie de las piedras, las cuales algunas alcanzan hasta los 2 metros de diámetro, lo que muestra el minucioso trabajo.
Tanto los vestigios como los petroglifos se encuentran en la parte serrana de las comunidades de Buena Vista, Maloya, Potrero de Los Laureles, Cacalotán, los tres Tablones, Potrerillos, entre otras.
Algunos de esos lugares son más conocidos por los vestigios y símbolos que han encontrado en las zonas, tales como Los Platos, Los Monos, La Mona, Los Sauces, Los Números, Cerro Colorado, Las Piedras Letreadas y que hasta la fecha acompañan el caminar de los habitantes que cerca de ahí realizan sus actividades diarias.
Existen otros sitios con huellas de civilizaciones antiguas, que sólo los pobladores de las comunidades serranas conocen, ya que para llegar ahí la travesía es complicada, pues debe hacerse entre cerros inclinados y la espesa vegetación, que en la actualidad es prácticamente imposible.
La mayoría de los petroglifos se encuentran en cuerpos de agua o en la parte alta de los cerros, por lo que se presume que este tipo de lugares eran utilizados como centros ceremoniales y de reunión, de acuerdo al tipo de utensilios que se han encontrado en ellos, asegura López Estrada.
El hecho de que haya petroglifos en la zona serrana del municipio no es algo que asombre a los historiadores del municipio, ya que El Rosario fue la puerta de entrada del mestizaje, de la religión, minería, de la ganadería y a través de Chametla, Hernán Cortés conquistó la Baja California.
Este municipio fue el primer productor de caña de azúcar, se colocó la primera cárcel de la corona en el Noroeste, lo cual muestra la grandeza del municipio hasta ahora poco explotada, señala López Estrada.


Coleccionista de la historia

BUENA VISTA, El Rosario._ Lo que para algunos pueden ser simplemente piedras con figuras o "monitos" sin importancia, para Jesús García Rodríguez significa conservar la historia de su municipio.
Recuerda que desde su infancia empezó su gusto por coleccionar figuras de barro o piedras que se encontraba cuando jugaba, con el único objetivo de guardarlas como un tesoro de gran valor y que a la fecha todavía conserva.
"Todas las piezas que tengo me las he encontrado cuando voy al cerro a trabajar, siento que me llaman porque a donde volteo y fijo la mirada es una figura", dice.
Él labora en una de las minas que realiza trabajos de exploración en zona, lo cual le sirve para continuar en la búsqueda de más vestigios.
Actualmente, su colección asciende a por lo menos 150 piezas arqueológicas, aunque calcula que llegó a tener más de 300, pero algunas de ellas se las robaron.
Entre las que conserva destacan los malacates, pipas, obsidiana, piedras talladas, trozos de lo que fueran lanzas y flechas y hasta urnas funerarias con restos que presume eran de humanos.
En algunas ocasiones han acudido personas de diferentes lugares a comprarle las piezas, sin embargo se ha negado a venderlas argumentando que nadie le va a compensar la historia que cada pieza guarda y el tiempo que ha dedicado para reunirlas y sólo las donaría si se creara un museo en la comunidad.
"Si yo guardo estas piezas no son con el afán de hacer negocio, sino porque quiero que mis hijos las conozcan y sepan que entre el monte vivió gente y que de ahí nacimos nosotros, porque quien no quiere su historia no quiere a su gente", expresa.

La ruta
En por lo menos ocho comunidades hay petroglifos y vestigios prehispánicos. Partiendo de la cabecera municipal dos están al norte, una al oeste, tres al este y dos al sur. 


De El Rosario a: 

Matatán 15 kilómetros
Los Otates 24 Kilómetros
Santa María 34 kilómetros

Maloya 38 kilómetros
Buena Vista 40 kilómetros


Tablón Viejo 14 kilómetros
Tablón Viejo 1 11 kilómetros

Chametla 24 kilómetros