"El regreso de Javier Aguirre"
CIUDAD DE MÉXICO._ Tras siete temporadas en España, donde se marchó con un balance positivo en Osasuna y Atlético de Madrid, equipos a los que clasificó para la Liga de Campeones, Javier Aguirre vuelve al punto de donde partió: a la selección mexicana de fútbol.
"Estoy muy contento de estar aquí, de volver a mi patria, a mi selección", explicó Aguirre en su presentación.
Sustituto del sueco Sven-Göran Eriksson, el "Vasco" regresa al banquillo mexicano con las mismas urgencias con las que fue contratado en 2001: clasificar a la "Tri" para el Mundial. Entonces, Aguirre logró el billete para Japón y Corea (2002), torneo en el que brilló con luz propia la selección mexicana, cayendo en octavos de final ante Estados Unidos.
Ocho años después, Javier Aguirre se enfrenta a una situación muy parecida. México es cuarto en la serie de clasificación de la Concacaf para el Mundial de Sudáfrica de 2010 con tres puntos, por detrás de Estados Unidos (7), Costa Rica (6) y Honduras (4), y la urgencia de alcanzar la clasificación a la cita mundialista, en la que México ha estado presente en las últimas cuatro ediciones.
EL ENTORNO DE LA SELECCIÓN
"Vengo a convencer a la gente de que juntos podemos, nadie gana individualmente", se ha apresurado a decir el "Vasco", quien conoce muy bien el entorno de la selección mexicana, como comentaba a EFE-Reportajes en noviembre de 2003, un año después de su salida de la "Tri".
"El entorno muchas veces prima por encima de lo deportivo. Hay mucha gente interesada ya que la selección mexicana es un producto muy grande y muchos quieren estar cerca de él porque genera riqueza".
Aguirre, en aquella ocasión, apuntaba los males de la selección mexicana. "El problema es el entorno del entrenador, no sólo se trata de entrenar y obtener buenos resultados. El entrenador debe convivir con muchas otras cosas además de lo que significa ser seleccionador nacional, como los medios de comunicación, la afición, los directivos".
De estos problemas bien pueden hablar Ricardo Lavolpe, Hugo Sánchez y Eriksson, quienes han estado después de Aguirre al frente del combinado nacional de México. "Llegó con mayor experiencia y con mayor conocimiento para tomar decisiones", argumenta el "Vasco" ahora.
El primer mexicano que ha entrenado en Europa, después de él lo ha hecho Hugo Sánchez, pretende recuperar la identidad de la selección mexicana y buscar que los jugadores lleguen a la selección con "orgullo".
Para ello, sabe de la importancia de los mexicanos que juegan en las ligas europeas, aunque no estén en sus mejores momentos.
Tras los regresos de Pavel Pardo y Omar Bravo a México, sólo Rafael Márquez (F.C. Barcelona) parece mantener el pabellón mexicano en un buen lugar en Europa. El rendimiento de Salcido (PSV), Maza Rodríguez (PSV), Osorio (Stuttgart) y Guardado (Deportivo de La Coruña) es discreto, mientras la participación de los jóvenes Nery Castillo (Shakhtar), Héctor Moreno (AZ), Giovanni (Ipswich) y Carlos Vela (Arsenal) no es la que se esperada.
Recuperar a estos jugadores y enfriar la polémica creada sobre la convocatoria de varios nacionalizados (Lucas Ayala y Matías Vuoso, nacidos en Argentina, y Leandro Augusto y Antonio Naelson 'Sinha', brasileños de origen) por su antecesor, son las principales tareas de Aguirre, quien ha manifestado que "no descarto a nadie" ya sean jugadores nacidos en México o nacionalizados.
En su haber, Aguirre aporta sus siete años en la liga española, donde ha tenido a sus mandos a futbolistas como Fernando Torres, Diego Forlán o el "Kun" Agüero, un tiempo en el que tuvo a su lado a Ignacio Ambriz, como su segundo, pero que en esta ocasión no trabajarán juntos.
Aguirre tendrá como ayudantes de campo a Mario Carillo y Manuel Vidrio, a Juan Iribarren como preparador físico y a Alberto Aguilar como entrenador de porteros.
