"Detrás del maquillaje"

"Convertidos en personajes felices, pocos se detienen a pensar en las horas que los payasos invierten para disfrazarse"

    Muchas horas antes de subir un telón, proclamar el comienzo de un espectáculo o entrar al aire en televisión, alguien en una habitación frente a un espejo disuelve sus disgustos en maquillaje.
    Se hace llamar "Huesitos" y su nombre real no lo conocerán quienes disfrutan su espectáculo.
    Comparte un espejo con dos amigos: "Chivato" y "Zapatín", y en una esquina del balcón de la habitación, reflejándose en un cristal más pequeño, "Guayabín" también cambia su piel tostada por un alegre rosa naranja.
    Son payasos, son mexicanos y se ganan la vida haciendo reír al mundo.
    Los cuatro amigos llegaron a Mazatlán para participar en el 28 Congreso Nacional de Payasos, sobre todo en el concurso de vestuario y maquillaje.
    Si trasnocharon o no, si no tienen para pagar una renta, todo queda detrás de los colores que ni el agua remueve, detrás de una abultada peluca, detrás de unos zapatos 10 veces más grandes.
    "Cuando se maquilla uno tiene que hacer los problemas a un lado, dejarlos atrás", dice Huesitos, en una metamorfosis tan inmaculada que quizá ni siquiera su familia lo reconoce cuando termina.