Dominando el lenguaje del trading: terminologías esenciales para los principiantes

Comenzar a incursionar en el mundo de las transacciones financieras puede parecer abrumador, especialmente debido al vasto conjunto de términos y jerga especializada que se emplea en el sector. Sin embargo, comprender este vocabulario es fundamental para poder navegar con éxito por la app para trading y en el mercado financiero.

En este artículo, desarrollaremos algunas de las terminologías más importantes que todo principiante en el trading debe conocer antes de adentrarse en este emocionante mundo de los negocios.

Las acciones representan una participación en la propiedad de una empresa, lo que significa que al poseer las mismas, se tiene una parte proporcional de los activos y ganancias de la compañía.

Por otro lado, los índices son indicadores que rastrean el rendimiento de un grupo de las acciones seleccionadas, como el S&P 500 o el Nasdaq Composite. Estos brindan una visión general del desempeño del mercado y son usados como referencia a la hora de evaluar el rendimiento de una cartera diversificada.

Al hablar de Forex se hace alusión al mercado de divisas, el cual es el mercado financiero más grande y líquido del mundo, ya que en este se negocian las monedas extranjeras. Aquí, los traders especulan sobre el valor relativo de una divisa con respecto a otra, como el dólar estadounidense frente al euro o el peso mexicano.

Por otro lado, las criptomonedas son monedas digitales descentralizadas que operan en una red blockchain. Entre las más populares destacan nombres como Bitcoin y Ethereum. El mercado de las mismas es conocido por su volatilidad y oportunidades de trading las 24 horas del día.

Los Contratos por Diferencia, también son conocidos como CFDs por sus siglas en inglés. Estos son derivados financieros que permiten a los traders especular sobre el movimiento de los precios de los activos subyacentes, sin la necesidad de poseerlos realmente.

Asimismo, los CFDs ofrecen la oportunidad de operar y obtener ganancias tanto en mercados alcistas como bajistas, pero también hay que tener en cuenta que conllevan un alto riesgo debido al apalancamiento.

El apalancamiento es una herramienta que permite a los traders controlar una posición de mayor tamaño con una cantidad relativamente pequeña de capital. Por ejemplo, un apalancamiento de 1:100 significa que por cada dólar depositado como margen, se puede controlar una posición de $100.

Si bien el mismo puede aumentar las potenciales ganancias, también aumenta el riesgo de pérdidas. Es por esto que resulta fundamental usarlo con precaución.

Al hablar de las órdenes de trading, se hace referencias a las instrucciones que un trader da a su corredor para ejecutar una operación en su nombre.

Entre los tipos más comunes destacan las órdenes de mercado, que se ejecutan al precio actual del mercado; las órdenes límite, que se ejecutan al precio especificado o mejor; y, por último, las órdenes stop, que se activan cuando el precio alcanza un nivel predeterminado.

El copy trading es una forma de inversión en la que los traders pueden, automáticamente, copiar las operaciones realizadas por otros que cuentan con más experiencia en el sector.

Esto resulta muy beneficioso, principalmente, para los principiantes, dado que les permite beneficiarse del conocimiento y la habilidad de otros traders más exitosos y entendidos del tema, sin la necesidad de ejecutar las operaciones ellos mismos.

El spread es la diferencia entre el precio de compra (bid) y el precio de venta (ask) de un activo. Los mismos afectan directamente a la rentabilidad de una operación, por lo que resulta crucial comprender a qué hacen referencia y cómo operan.

Los activos que cuentan con spreads más amplios pueden requerir movimientos de precios más grandes a la hora de obtener ganancias; mientras que los activos con spreads estrechos pueden ser más rentables para operaciones de corto plazo.

La expresión “ir largo” hace alusión a comprar un activo con la expectativa de que su precio aumente. Por consiguiente, “ir corto” significa vender un activo con la expectativa de que su precio disminuya.

Para tener éxito en el mundo de los negocios, resulta crucial comprender cómo funcionan estas posiciones y cuándo utilizarlas. Ir largo es la posición más común y se utiliza en mercados alcistas, mientras que ir corto es más común en mercados bajistas o para especular sobre la caída de un activo.

El término volatilidad, en el contexto de los negocios, hace referencia a inestabilidad de los precios en los mercados financieros. La volatilidad implícita es una estimación de cómo va a variar el valor de un activo a futura y está basada, generalmente, en el precio de las opciones. Por otro lado, la volatilidad realizada hace referencia a la variabilidad observada en el pasado, por lo que se calcula utilizando datos históricos de precios.

A la hora de evaluar el riesgo de una operación y ajustar las estrategias de trading en consecuencia, resulta fundamental comprender estas dos medidas.

Por último, nos encontramos con la gestión del riesgo. Este es un aspecto clave a comprender en el trading, puesto que implica identificar, evaluar y mitigar los riesgos asociados con las diferentes operaciones.

Esto incluye establecer límites de pérdida (stop-loss), diversificar la cartera y hacer uso de técnicas de gestión del dinero, como el tamaño adecuado de la posición y la relación riesgo/recompensa. Contar con gestión del riesgo sólida, es fundamental para preservar el capital y mantener la consistencia en el mundo de los negocios a largo plazo.